Tema 1: Clases y estamentos sociales

La gens y la familia conformaban el núcleo de la sociedad y se correspondían con los dos elementos esenciales de distribución de la población, el pagus y la domus. El núcleo familiar era de base patriarcal y estaba dominado por la figura del pater familias, de quien dependían no sólo personas, sino también todo aquello que se encontrase bajo su dependencia económica.
Con la aparición de la propiedad privada se generó una acusada diferenciación social que provocó el distanciamiento de los más adinerados. Con esto, los patres seniores de las clases más altas exigieron el privilegio exclusivo de ser senadores. Por ende, el acceso quedó reservado a un reducido sector de gentes y de familiae. Los descendientes de los patres más eminentes fueron los patricios, que originaron el patriciado romano.
La comunidad romana también se organizó sobre la base de las curias, el más antiguo ordenamiento político de la sociedad romana.
En la Roma republicana la teoría constitucional contemplaba el derecho de todos los ciudadanos romanos a participar en la vida política. En la práctica, el funcionamiento del sistema tendió a proteger los intereses del grupo oligárquico, si bien la constitución republicana presentó dos vías institucionales en su evolución: la patricia y la plebeya.
Con la conclusión del conflicto patricio-plebeyo (494-287 a.C.), la sociedad romana se estabilizó de manera progresiva. Tras la aprobación de las leges Licinio-Sextiae se produjo la consolidación de la denominada nobilitas, es decir, una nueva nobleza patricio-plebeya que sustituyó en la dirección del Estado a la antigua aristocracia, y que englobaba a las familias que contaban entre sus miembros con alguien que hubiese alcanzado una magistratura de primer orden: censura, pretura o consulado.
En la Roma imperial un gran porcentaje de la población provincial accedió al estatuto jurídico de la ciudadanía romana. Paralelamente, creció el número de latinos en las provincias y se adoptaron las medidas suficientes para impedir que los libertos accediesen directamente a la ciudadanía romana. Por otro lado, el sistema esclavista entró en una nueva fase en la que tras la manumisión el antiguo propietario del esclavo seguía obteniendo beneficio del ahora liberto.
El nuevo sistema imperial se fundamentó sobre la base territorial legada por el sistema republicano, vinculada a una nueva superestructura jurídico-política.

Miguel Ángel Novillo López profesor ayudante doctor-UNED

Raquel Viejo Montesinos realizadora CEMAV, UNED