SESIÓN 24. Jóvenes y trabajo social en un contexto híbrido

COORDINADORES/AS:
- Francisco Javier García Castilla, Dpto. Trabajo Social, UNED.
- Ángel De-Juanas Oliva, Dpto. Teoría de la Educación y pedagogía social, UNED.

TEMÁTICA A ABORDAR EN LA SESIÓN DE TRABAJO: La emergencia vivida con la crisis de la pandemia de la COVID-19 ha modificado y modificará nuestras esferas de vida cotidiana. El concepto de vulnerabilidad social tendrá que ser revisado dado que los efectos de la pandemia y de la crisis económica van a ser múltiples y van a coincidir en el tiempo situando a los jóvenes ante la necesidad de dejar de lado lo deseable por lo esencial. Además, el Estado de bienestar ha integrado dinámicas de cambios acelerados que ha obligado a los diferentes sistemas de protección social a adaptarse de forma vertiginosa. Sistemas como el educativo, los servicios sociales, la justicia, e incluso el sanitario con la llegada de la COVID-19, han tenido que diseñar políticas públicas en un corto espacio de tiempo, a dictaminar diariamente decretos y normativas que readapten, constante e inmediatamente, el funcionamiento de los sistemas de bienestar a lo nuevamente exigido, a cambiar medios y costumbres fuertemente arraigadas en nuestra sociedad. Los datos actuales ya reflejan el inevitable aumento del número de personas jóvenes desempleadas, la existencia de multitud de necesidades educativas y problemáticas sociales, la interacción virtual excesiva, la brecha digital en sus diversas generaciones, conflictos, racismo, exclusión, cyberbullying; además de los efectos derivados de la crisis sanitaria. Todo ello, supone enormes desafíos, propios de nuestro contexto singular del siglo XXI, entendiendo que es preciso comprender que esta realidad tiene un mayor impacto en aquellos jóvenes menos preparados, más vulnerables o en riesgo de poder estarlo. Desde el trabajo social, no hablamos únicamente de acercarse a la Administración electrónica a recabar información o tramitar ayudas sociales, sino de aprender a desenvolverse en el teletrabajo o en formación virtual o a distancia con múltiples herramientas y plataformas e-learning que son necesarias para interaccionar adecuadamente en cualquiera que sea el contexto. Además, todo ello implica a los estudiantes de trabajo social una mejor preparación digital ya que, cada vez más, van a exigirles una mayor interacción en contextos tecnológicos. El futuro de la juventud en una sociedad avanzada depende en gran medida no sólo de la educación recibida, sino de aquellas investigaciones y buenas prácticas profesionales que deriven en intervenciones efectivas y éticamente responsables. Y en este proceso de prevención, refuerzo, intervención y apoyo a los jóvenes en sus trayectorias vitales, los profesionales del trabajo social y de los servicios sociales juegan un papel fundamental. El e-social work se muestra como un modelo de intervención capaz de romper barreras físicas, de acortar tiempos y de generar oportunidades a los jóvenes. El trabajador social tiene que presentarse como agente de cambio que aborda la invisibilidad de los jóvenes en los servicios sociales, pero con la necesaria formación en competencias digitales que optimice la intervención dentro de los diferentes sistemas de bienestar. Esta capacitación digital permitirá un correcto ejercicio profesional que a su vez retorne en un empowerment de los jóvenes.

OBJETIVOS:
- Comprender el trabajo social digital como una forma de acción y reflexión que agiliza y suprime barreras ante los jóvenes y les acerca a los servicios sociales.
- Mostrar y compartir experiencias de buenas prácticas de intervención con jóvenes desde el trabajo social digital.
- Destacar la necesidad de adquisición de competencias digitales en los estudiantes de trabajo social ante las exigencias de nuevos contextos, combinando las intervenciones directas y personales con las del entorno virtual a través de herramientas de comunicación síncronas y asíncronas.

PERSONAS DESTINATARIAS: Se pretende contar comunicaciones desde una doble vertiente: por un lado, recopilar iniciativas o experiencias de buenas prácticas de intervención con jóvenes desde los servicios sociales y comunitarios; y por otro, la preparación y exigencia de los estudiantes de trabajo social que, ante estos nuevos desafíos, adquiere un especial interés las competencias digitales para acercar la intervención de manera efectiva ante la población.