Del laboratorio a la comercialización: patentes y propiedad intelectual
Consideramos que estamos ante una invención cuando se crea algo nuevo, procedente del ingenio, que no existía antes. Algo diferente a un descubrimiento, que implica encontrar algo ya preexistente en la naturaleza. Si un científico fabrica un componente para curar una enfermedad, estaríamos ante una invención. Sin embargo, si ese mismo científico identifica la bacteria que provoca una enfermedad hablaríamos de un descubrimiento. La invención se puede proteger mediante una patente. Una patente sería un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva la invención patentada, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular. Como contrapartida, la patente se pone a disposición del público para general conocimiento. Las patentes tienen un periodo de validez de 20 años desde que se solicitan, pero hay que renovarlas anualmente, pagando las correspondientes anualidades. Pasado ese periodo, o si se deja de renovar, el monopolio de la patente desaparece y cualquiera puede fabricar o comercializar la invención.
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María Ángeles Farrán Morales profesora del Departamento de Química Orgánica y Bio Orgánica, UNEDMaría Mar García Poza examinadora en el Área de Química, Oficina Española de Patentes y MarcasJuan Ramón Andrés Cabero redactor - locutor, UNED Media
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