Catalina de Siena
Cuerpos encendidos: misticismo y religiosidad
El primer rasgo que destaca en Catalina de Siena es la procacidad con la que
comienza a sentirse atraída por las prácticas piadosas y penitenciales. A los
diecisiete años tomó el hábito de terciaria de la orden dominica en las llamadas Hermanas de la Penitencia. Las mortificaciones corporales y su alejamiento de cuantos le rodeaban fueron aumentando. Cristo es la figura más cercana a Catalina y al que consagra su existencia.
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María Jesús Zamora Calvo profesora de Literatura Española, UAMIsabel Baeza Fernández redactora - locutora, CEMAV, UNED
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