Congreso Internacional sobre la Libertad de Expresión /International Congress on Freedom of Expression

Ningún derecho fundamental ha sido tan cuestionado en la última década como el derecho a la libertad de expresión. Actualmente su grado de disputa integra uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, sobre la prosecución de la paz, la justicia y la consecución de la solidez institucional.
En el marco de esta Serie se analizan y contrastan diferentes enfoques disciplinares e internacionales con el fin de facultar un incremento del sistema democrático, de las instituciones, de los actores políticos, de los servicios de la información y de la relación última de los anteriores con los ciudadanos.
Las dramáticas cifras de asesinatos, detenciones y encarcelamientos por la difusión de denuncias de crímenes contra la humanidad, ambientales o políticos, conforman una trágica cadena de situaciones en las que, cada año, se ven involucrados todo tipo de defensores de los derechos humanos y ambientales.
Por otra parte, la frenética emergencia del miedo ha llegado a confundir el ejercicio de la libertad de expresión con la defensa del terrorismo. Ello está conduciendo a que bajo el tipo penal de enaltecimiento del terrorismo se persigan determinados tipos de discursos o mensajes que pretenden disentir políticamente. Con ello se ha creado un clima de auto silenciamiento (chilling effect) que cercena la convivencia democrática al desconocerse, de forma nítida, los márgenes de lo permisible cuando el mensaje es empleado para criticar a las autoridades o las instituciones.
El auge de las tecnologías y de la comunicación telemática, a través de la mass media, ha generado una revolución nunca antes experimentada. Su empleo, no exento de controversia, está desvelando problemáticas que antes quedaban relegadas al entorno del derecho civil y que ahora, por el empleo abusivo y descontrolado, propician la intervención de los estados a través del derecho penal e incluso administrativo. La desinformación mediante el empleo de fake news y el ejercicio extremo de la libertad de expresión mediante el discurso del odio – hate speech – han degenerado en una auténtica revolución global y fugaz en el que el control de los contenidos contrastados se ha quedao relegado en un limbo jurídico. La lenta respuesta de los estados ha terminado confiriendo de forma dubitativa el control de contenidos a los propios servidores de la información, con todos los peligros de seguridad jurídica que ello conlleva.
Finalmente, la elevada sobreprotección de la difusión del mensaje conferida a los medios de comunicación masiva y al discurso político, propicia que su ejercicio incontrolado pueda llegar a suponer un riesgo incontenible.
Por medio de comunicación conjunta del año 2020 del Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Pensamiento y Expresión, la Relatoría especial para la libertad de expresión de la OEA, el Representante para la libertad de los Medios de Comunicación de la OSCE y el Relator de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos; instaron a los gobiernos a no abusar de su posición en cuestiones relacionados con la libertad de información, se denunció la desinformación deliberada a través de fake news y el uso indebido de las redes sociales. Condenaron igualmente las restricciones para acceder en determinados lugares a Internet y las leyes por las que se limita, de manera indebida, la libertad de expresión.
Mediante la presente Serie se establece un referente global en el que Relatores, gobiernos, políticos, jueces, policías, medios de comunicación, activistas, internautas y el amplio público, disponga de una fuente abierta del conocimiento en donde poder consultar estudios recientes y de relevancia científica; impulsando así la internacionalización y excelencia de la UNED y de la Universidad de Buenos Aires como entidades anfitrionas.

Javier A. De luca
David Martín-Herrera

Buenos Aires y Madrid, junio de 2021