LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO

Punto de vista:

Se intenta buscar la actitud humanista en el fenómeno de La Escuela de Traductores.

Composición

1. Textos básicos
2. Entrevistas
3. Fondos documentales
4. Lugares de ubicación
5. Elemento humano en sus distintas épocas
6. Producciones


Relación

1. Estudio de la época de la Escuela de Traductores
2. Conexiones con otras Escuelas de Traductores
3. Influencias epocales de ese momento histórico en Toledo


Proceso

1. Las Escuelas de Traductores
2. Cómo se originó la Escuela de Traductores de Toledo
3. Cómo se desarrolla
4. Hacia donde se encamina
5. Influencias.

INTRODUCCIÓN

Las invasiones bárbaras habían roto la unión del Mediterráneo, de la cultura bizantina apenas llegan vagas noticias; todo el paso de oriente a occidente está bloqueado. Gracias al contacto con Bizancio por parte del pueblo árabe (quienes estudiaron la cultura griega) y a través de Sicilia y España, se nutre la vida intelectual de Europa, por entonces atrasada con respecto al acervo cultural acumulado en Al-Andalus.

El mayor espíritu de tolerancia en Al-Andalus se da en el Califato Omeya (musulmanes, judíos, cristiano, mozárabes y mudéjares conviven), todo ello es una simbiosis y una síntesis de la cultura alejandrina (culturas persa e india). Córdoba es el mayor foco cultural: se traen bibliotecas enteras de oriente, como por ejemplo la del Califa Al-Hakam, protector de sabios y patrocinador de estudios científicos (400.000 volúmenes), destacan la astronomía y la filosofía, a pesar de la oposición de los alfaquíes (ortodoxos) que quemaron bibliotecas como la de Al-Hakam, quemada por Almanzor, o las obras de Ibn-Hazm quemada en Sevilla por Al-Mutadid. El Califato de Córdoba tuvo su mayor auge en el s/X, época en la que llegan a España estudiosos u otros viajan fuera de España a divulgar los saberes.

Sobre la traducción: Gracias a las traducciones se conservan textos perdidos originalmente con la decadencia del mundo árabe, por ejemplo: El Libro de la Lámina Universal (Abi B. Jalaf), El Libro de las Láminas de los Siete Planetas (Abul-Qasim B.al-Samh), etc. La traducción no fue solo puro proceso de transmisión (tópico difundido en el Renacimiento). Los sabios de la España musulmana hicieron avanzar la suma de los conocimientos de la época y enriquecieron los escritos con sus propios comentarios junto a las traducciones. También junto a estas traducciones florecen otros estudios científicos que tienen lugar en Tarazona (1119-1152 DC con el Obispo Miguel), en Burgos (donde se traduce a Avicena), Sevilla (donde se traducen obras de astronomía y astrología por Juan Sevillano) y Toledo (capital visigoda depositaria de ciencias y transmisor del conocimiento de Grecia).

La introducción de los textos árabes en los estudios occidentales divide la historia de la ciencia y de la filosofía de la Edad Media en dos épocas:

  1. Los restos de la cultura latina, que, en su mayor parte, no aportan progreso.
  2. El conocimiento de las obras griegas unido al incremento del pensamiento árabe (s/XIII: se comprende la riqueza de la ciencia greco-persa y arábiga).

Hay un gran choque de las mentalidades europeas con lo nuevo, dándose revueltas y finalizando en un panteísmo brutal (se producen condenas papales, prohibiciones en Paris y quemas de libros).


Composición

1. Textos básicos

“La escuela de traductores de Toledo” -( Libro y Folleto) – Centro de Estudios y Actividades Culturales – Consejeria de Educación y Cultura. COMUNIDAD DE MADRID.

“El concepto cultural alfonsí” – Francisco Márquez Villanueva – Editorial Mapfre.

“Luz frente a Oscuridad: La escuela de traductores de Toledo y el mito fundacional de la cultura universitaria” – Enrique Viaña Remis _ Universidad de Castilla –La Mancha, Fundación Europea de la Cultura.

“Las traducciones toledadas como encuentro de culturas” – Mariano Brasa Diez.

“Historia de los heterodoxos españoles” – Marcelino Menéndez Pelayo _ Biblioteca de Autores Cristianos.

“Sobre la Escuela de Traductores de Toledo” – Mª Teresa Gárrulo. Documentación afro-asiática. Serie nº 18.

“La escuela de nigromancia de Toledo” – Jaime Ferreiro Alemparte – Anuario de Estudios Medievales 13-1983.

“La Escuela de Traductores de Toledo y sus colaboradores judíos” – Diputación Provincial de Toledo.

3. Entrevistas

Director de la Escuela de Traductores de Toledo
Responsable de Patrimonio (Diputación Provincial de Toledo)
Real Fundación de Toledo.
Archivo de la Catedral de Toledo.

4. Fondos documentales

Biblioteca de la Catedral de Toledo
Archivo Museo Sefardí y otros.

5. Lugares de ubicación

Catedral - Sinagoga del Tránsito - Monasterio del Tránsito – Barrio de la Judería – Santa María la Blanca – Muralla de la ciudad y cauce del Tajo – Puerta del Sol – Puerta de Bisagra – Artesanías.

6. Elemento humano en sus distintas épocas


Capital del reino visigodo lo fue después de uno de los reinos taifas más importantes; durante este periodo Toledo conoció un desarrollo científico extraordinario en el campo de la astronomía y la agronomía. En el s/XI (1085 DC), fue conquistada a los árabes por Alfonso VI para Castilla. En la época en la que se desarrolla la Escuela de traductores de Toledo, conviven en España tres culturas: cristiana, árabe y judía y el nexo de unión entre ellas, la forma de comunicación, son las lenguas vernáculas.


Cristianos: Poco cultos, con dificultades para hablar y expresarse en latín, incluso los clérigos y obispos. El modo de expresión se basa en los dialectos ibero románicos, de entre ellos el castellano, que ganó una abrumadora y decisiva hegemonía peninsular, primero al utilizarlo como lengua puente en las traducciones de los textos árabes y después por ser lengua final de las mismas.

Alfonso X, el sabio: “El hecho central y decisivo de su reinado es la opción del castellano como clave de un ambicioso proyecto de renovación intelectual. Esta opción destruía el monopolio del latín y lo relegaba a la categoría de lujo o entretenimiento para unos cuantos y supone uno de los hechos más decisivos en el devenir histórico de los pueblos hispánicos. Don Alfonso daba este paso a partir de un sobrio diagnóstico de la realidad de sus tiempos y sus reinos. El diario contacto humano con las realizaciones de la cultura árabe, que en la práctica era actualizada por los judíos, le hizo ver la gran oportunidad de hacer a sus reinos beneficiarios integrales de unas riquezas envidiadas por toda la Cristiandad. El castellano era el nexo de unión de las tres culturas.” F. Márquez - Prólogo :“El concepto cultural alfonsí “

Alfonso X no manifestó benevolencia o simpatía explícita, hacia moros ni judíos,.en su obra poética, histórica ni jurídica. En la biografía de Mahoma incluida en su “Estoria de Espanna” se recogen toda suerte de notas peyorativas acerca del Profeta y en las “Cantigas de Santa Maria” se airean sin reparos los usuales estereotipos negativos: el judío codicioso, diabólico y asesino de niños o el moro traicionero, de aspecto aborrecible y piel casi negra. En las “Partidas” el estatuto jurídico reservado a moros y judíos se mantiene según la tradición eclesiástica acerca del trato de infieles. Lo que sí se mantuvo en la práctica fue la existencia continuada de las tres religiones, pero sin asumir una actitud militante, la comunidad cristiana sitúa más allá de toda discusión su supremacía y se reserva siempre el derecho de ser juez y parte en el caso de eventuales conflictos.
La medida en que una situación de esta clase pueda ser calificada de “tolerancia” queda desde luego como cuestión de puntos de vista o de un simple escarceo semántico.
Esta actitud es quizá la única que oficialmente podía tener en su condición de príncipe cristiano, pero no le crea ningún problema a la hora de ejecutar su vasto plan cultural hombro a hombro con moros y judíos.” Pág. 97 a 99 de “El concepto cultural alfonsí”.

El 8 de Mayo de 1254 extendió la carta fundacional a la escuela iniciada años atrás por Alfonso IX en Salamanca. Se ignora la teología y favorece los estudios jurídicos. El profesorado estaba formado por clérigos de origen compostelano y seglares boloñeses, que distaron de realizar ninguna labor brillante.
El 28 de diciembre de 1254 funda la universidad de Sevilla, en cuya carta fundacional habla de “escuelas generales de latino et de aráuigo”, para lo que trajo maestros de Oriente.

Árabes: En Toledo había en la época de la conquista cristiana unos 21.000 árabes y 4.000 mozárabes. Si bien la nobleza árabe huyó hacia el sur, la reconquista no supuso la expulsión de la población musulmana, por lo que muchos se quedaron.

Toledo, tras la conquista islámica, dejó de ser la capital del reino visigodo, pero se convirtió en una de las principales ciudades de Al-Andalus y tras el desmembramiento del califato de Córdoba pasó a ser la capital de una de los reinos taifas más importantes de la península. Sus califas alientan y protegen el estudio y las artes. Crearon un centro de estudios astronómicos del que surgieron las Tablas Toledanas, basadas en el meridiano de Toledo, que eran las más precisas de la época y en las que se basó posteriormente Alfonso X. La ciudad disponía además de grandes bibliotecas como de de Ibn Al-Hanasi.

La civilización islámica conoció entre los siglos IX y XIII un esplendor científico y artístico sin parangón. En el siglo IX, Al-Mamún había fundado en Bagdad la denominada Bayt-al-Hikma (Casa de la Sabiduría), que fue escuela de traductores, biblioteca, observatorio astronómico y academia de ciencias. En ella se tradujeron numerosas obras de las civilizaciones griega, india y persa y se sentaron las bases para el desarrollo de las matemáticas, la astronomía, la historia y la geografía.

Desde la India, a través de Bagdad, se introducen los números indios, el cero y la coma decimal, que fueron asimilados por la matemática árabe.

Con las traducciones de los clásicos la civilización árabe también asimiló las ideas de Platón, Aristóteles, Ptolomeo y Galeno.

Todos estos conocimientos llegaron primero a Córdoba y de allí pasaron a Toledo.

En todas las tierras del Islam se daban índices de alfabetización muy superiores, respecto a Occidente y otras culturas. Establecieron una avanzada cultura urbana, fundada en la accesibilidad a diversas modalidades de enseñanza y en la presencia del libro, allí un producto barato (habían desarrollado la tecnología del papel) y respaldado por un eficaz sistema de producción.

En el sigo XII surge en España el denominado estilo mudejar en el arte, síntesis del arte califal y el románico.

Judíos: Cuando Alfonso VI conquista Toledo, la comunidad judía representaba el 15% de su población , aproximadamente 4.500 personas, que siguieron viviendo en la judería, dedicada como siempre al comercio o al servicio de reyes, arzobispos y nobles, como recaudadores de impuestos y administradores.
Bajo el dominio musulmán, los sefardíes que vivían en la ciudad visigoda, se arabizan totalmente, hasta el extremo de que muchos de sus documentos, incluso los utilizados en sinagogas se redactan en árabe. En 1157 llegan a la ciudad los sabios de las academias de Sevilla y Lucena, que huyen de las zonas conquistadas por los almohades y entonces se funda en Toledo la escuela judía toledana, bajo la protección de poderosas familias como la de los Al-Fajjar, y florecen entonces los estudios talmúdicos.
“Los hispanohebreos, identificados con la cultura árabe, aparecían como únicos dueños de vastas provincias del saber apenas representadas dentro ni fuera de la Península. Orgullosos de su incontrastada superioridad, representaban el concepto de avance intelectual un poco a la manera en que en el siglo XV habían de hacerlo también los primeros humanistas de formación italiana. Los judíos sólo sentían indiferencia o desprecio hacia el latín, lengua en la que apenas encontraban nada que aprender y que para colmo arrastraba para ellos el peso muerto de su identificación con la Iglesia y sus actitudes antisemitas. Los judíos veían una oportunidad de sumarse al nuevo poderío de Castilla y su soberano, realizando para ellos un tipo de incorporación de la cultura islámica que sólo tenía razón de ser en la lengua común a las tres comunidades religiosas que convivían en la Península. Ellos ofrecieron al monarca (Alfonso X) un programa de castellanización de la cultura islámica, ellos hicieron posible el proyecto alfonsí, y actuaron como catalizadores de la identificación entre saber y lengua vulgar.” –Fco. Marquez Villanueva “El concepto cultural alfonsí” Pág. 43-44.
“Los judíos españoles no miraban como ajenos ni como impuestos los dialectos iberorrománicos, a los que se habían adaptado con la misma espontánea rapidez que antes al árabe. Los dialectos iberorrománicos se les ofrecían como razonable sustituto del latín, que representaba su segregación de la sociedad cristiana. Muchos judíos, especialmente las mujeres, no conocían en realidad otra lengua y esto contribuye al fenómeno de su uso para su vida religiosa. Como observaba Menéndez Pidal, “los judíos fueron los impulsores de la traducción del Antiguo Testamento en castellano en el siglo XIII “el pueblo cristiano no se servía del texto castellano de la Biblia para sus ceremonias religiosas, pero los hispano-hebreos sí lo hicieron, y se consideró peculiaridad suya leer el Antiguo Testamento en castellano”.
”La historia de la pedagogía judaica demuestra que la traducción era parte integrante del equipaje cultural del judío español medio” “Los traductores eran por lo común judíos cultos (mozárabes en algunos casos) que se movían en un área de triglosia, puesto que si tenían al hebreo por lengua sacra consideraban la árabe como suprema lengua culta. Al traducir del árabe ofrecían un texto vernáculo a algún clérigo local que a su vez lo pasaba a una traducción latina. Como la lengua de éste era a veces confusa, la etapa final requería a menudo la presencia de un nuevo colaborador, que era otro clérigo (por lo común foráneo) versado en correcta prosodia y sintaxis latina”
“El judío traductor de árabe surgía así como elemento clave del nacimiento y configuración de la prosa culta castellana”. Págs. 66 ,67,68, 69 “El concepto cultural alfonsí”.


7. Producciones

ÉPOCA AÑO ACONTECIMIENTOS/OBRAS/TRADUCTORES

RAIMUNDIANA 1125 DON RAIMUNDO DE SALVETAT LLEGA A LA SEDE ARZOBISPAL DE TOLEDO. Traducciones del árabe al latín
1126/1130 DC Abelardo de Bath: Recensión de las Tablas Astronómicas de Al-Huwarizmi (1126 DC)
1130/1145 DC Plato Tibuninus, matemático, astrónomo y astrólogo, no conocía bien la lengua, le ayudaba el judío Abraham bar Hiyya
1141/1143 DC Viene a España Pedro el Venerable, Abad de ClunySe traduce el Corán al latín
1140/1180 DC Iohannes Avendehut Hispanus y Domingo Gundisalvo arcedianos y deanes de Cuellar (más filósofo que traductor éste último), recogen la ciencia árabe y la legan a Europa: traducciones de Tratados sobre Astrología, filosofía, astronomía, Medicina, composiciones propias. Aristotelismo neoplatónico y sufismo místico.
1167/1175 Gerardo de Cremona: matemática y astronomía griega; matemática y astronomía árabe; física y mecánica; medicina griega y árabe; astrología y filosofía
Fin s/XII Alfredo de Sareshel, Rodolfo de Brujas, Roberto de Chester y Hernán Dálmata (dos sabios de la época, además de traductores)
TRANSICIÓN 1187/1257 Menor actividad traductora. Lo más relevante: uso del romance como lengua final y calidad de las traducciones.
Miguel Escoto, traducciones de Aristóteles Marcos de Toledo, traduce del árabe al latín, tratado de medicina y religioso, además de un tratado griego sobre biología.
Hernán Alemán, la Ética de Aristóteles, Averroes, el Psalterio
ALFONSINA 1221 Nace Alfonso X. En este periodo las traducciones tienen como lengua final el romance y toma mayor relevancia el grupo de traductores judío.
1250/1260 Traducciones: Calila e Dimna, Azafea, El Libro de la octava esfera, El Libro de la Alcora, El Libro de las Cruces.
1263/1272 Tablas astronómicas (obra de referencia hasta el advenimiento de la ciencia moderna utilizadas por Copérnico), El Libro de la Escala de Mahoma, o Mir´rai (narra la subida del Profeta a los cielos), inspirador, según Miguel Asín Palacios de “La Divina Comedia de Dante”: Picatrix (manual de magia basado en textos de Hipócrates), el Libro de Ajedrez
Jun.1276/May 1279 Compilaciones: Grande e General Estoria


Relación

1.Estudio de la época de la Escuela de Traductores

Desde la tercera década del s/XII hasta bien entrada la mitad del s/XIII se dio en Castilla una ingente labor de traducción del árabe al latín, primero, y, más tarde, del árabe al castellano fruto de un esfuerzo de consuno de sabios moros, cristianos y, sobre todo, judíos, en lo que dio en llamarse La Escuela de Traductores de Toledo.

Estas versiones, latinas o castellanas, de textos árabes, inyectaron en los centros de enseñanza peninsulares y ultrapirenaicos un gran caudal de conocimientos nuevos que cambiaron casi por completo la trayectoria del saber latino preparando el camino para el formidable avance que supuso el Renacimiento.

En la época RAIMUNDIANA cristianos, moros y judíos se encontraban fatalmente separados y, a la vez, se necesitaban mutuamente, lo que les obligó a un esfuerzo común pero con diferentes funciones: los cristianos como receptores de la ciencia recogida y desarrollada por los musulmanes y los judíos como mediadores entre ellos.

A) La ciencia en la época medieval. El intercambio cultural entre cristianos, moros y judíos (en Europa) comenzó antes del 1130, pero solamente cuando los prejuicios de religión fueron vencidos (sobre todo en España, y concretamente en Toledo, donde se conceden a los judíos los mismos derechos que a los cristianos), en los s/XII y XIII y los tres grupos trabajaron juntos fue cuando las ciencias florecieron.
Los cristianos en Europa, caído el imperio romano, se aislaron de Bizancio, heredero del intelectualismo helénico y los nuevos reinos de origen germánico no ayudaron mucho al mantenimiento y desarrollo del saber romano. Los árabes, con su capacidad receptora y sincrética, eran los depositarios del saber griego, recogido en sus contactos con los bizantinos, y de la ciencia india, que recibieron junto con la persa, en el oriente (filosofía y didáctica, matemáticas, astronomía, astrología, geometría y medicina); los conocimientos árabes, además de dar fuerza a las ciencias, inspiraron temas y formas literarios (en la poesía provenzal, en la obra de Dante y Ramón Llull). El pueblo hebreo se movía por tierras islámicas y cristianas, estableciendo un doble intercambio comercial e ideológico, aunque siempre se encontraron sujetos a los poderes islamismo-cristianismo, actuaron como lazo entre ambos.
Toledo poseía una tradición: contaba con libros, mecenas y traducciones y, sobre todo, convivían en ella judíos, cristianos, musulmanes, mozárabes y mudéjares que tenían como lengua propia primero el árabe y, más tarde el romance.
B) Toledo, tradición y mecenas. Toledo, colocada en el centro de la península, entró en la historia como colonia romana en el s/II de la era común; más tarde los visigodos establecieron en ella escuelas; con la rendición de Toledo a Tarik (715 DC), se aprovechó de la cultura que le fluía de Córdoba, unida a su vez al oriente y norte de África, donde el Islam estaba en contacto con chinos, mongoles, malayos, sirios, griegos y coptos y, por todas partes, con los judíos. En Córdoba se reunían escritos de los grandes maestros clásicos y al-Hakam II organizó una biblioteca con más de 400.000 volúmenes y contaba con sabios, escribanos e “iluminadores”, incluso trabajaban en ella dos mujeres, Lubna y Fátima, muy dedicadas a la gramática y poesía. Parte de los libros de esta biblioteca fueron a parar a Toledo como resultado de la invasión de los Almohades.
Cuando Toledo se constituyó en un modelo los reinos de Taifa, sus reyes siguieron con la tradición, y se creó en la ciudad un centro de estudios astronómicos del cual salió una redacción de la Tablas Toledanas. Además tenía grandes bibliotecas (como la de Ibn al Hanasi, que importaba los libros del oriente).
El pueblo hispano-hebreo. Los judíos se arabizaron de tal manera que las minutas de la sinagoga de Toledo se conservan escritas en árabe hasta finales del s/XIII y los nacidos en Toledo escribieron en esta lengua, de la que llegaron en hacerse maestros. Los sabios expulsados de las academias de Sevilla y la de Lucena y del resto de territorios árabes, fueron invitados a venir a Toledo por el rabí Yehuda Aben-Yosef Aben-Ezra y se establecieron en la ciudad convirtiéndola en el centro de estudios talmúdicos más floreciente de la península, apoyado por familias judías poderosas que actuaban de mecenas.

C) Don Raimundo, propulsor de traducciones y mecenas de traductores. Natural de Salvetat, en Gascuña fue traído por su predecesor en la sede metropolitana, el Arzobispo Bernardo, que murió el 2 de abril de 1125, confirmando entonces el Papa a Don Raimundo en este puesto y en 1128 consiguió que sus clérigos quedaran exentos del servicio de las armas y, entre otros hechos, en los últimos años de su vida se dedicó a la urbanización de Toledo. Todos los autores aceptan su posición como mecenas de traductores y Menéndez Pidal menciona que fue la fuerza de las circunstancias las que le obligaron a ello (el contacto con los extranjeros, su pertenencia a la orden de San Benito que mantenía escuelas filosóficas y teológicas en distintos puntos de Europa. Además es la época de las cruzadas y la expansión del cristianismo, Pedro el Venerable, de la orden de Cluny recorre diversos países y viene a España en 1141. El Corán fue traducido entre 1141 y 1143. Los clérigos mozárabes, cuya lengua materna es el árabe, podían traducir al romance, mientras que los otros, más eruditos lo ponían en latín. Además el sector judío tenía sus academias, lo que apoyó a que Don Raimundo creara la suya propia, pero haciendo hincapié en las traducciones, no en la enseñanza. Finalmente el Arzobispo luchó por la supremacía de su sede frente al resto de la península, se preocupó del bienestar de sus clérigos, de la urbanización de la ciudad y el regadío de sus campiñas, poseyó bibliotecas con abundancia de textos árabes y tuvo cierta jurisdicción sobre la brillante aljama: dado su carácter ambicioso querría rivalizar con otras ciudades y sedes catedralicias de Europa.


2.Conexiones con otras Escuelas de Traductores

Tras su engrandecimiento y entrada en contacto con pueblos de superior cultura, el califato abbasí (750 DC) experimentó gran ansiedad por familiarizarse, sobre todo, con la ciencia y la filosofía griegas, y de primera intención en el terreno de la medicina. Los siglos IX y X conocieron en Oriente otra masiva oleada de traducciones, cuyo catalizador iban a ser los cristianos nestorianos y el siriaco como lengua-puente entre el griego y el árabe, con anterioridad al abordaje de versiones directas.
Agentes abbasíes rebuscan en el ámbito bizantino toda obra prometedora, lo mismo que después los cristianos han de procurarse en viajes a la España musulmana los textos originales del saber oriental.
El califa al-Ma’mun (813-833 DC) funda en Bagdad un centro especial para centralizar dichas actividades, poco más o menos, una autentica “escuela de traductores” que llega a ser conocida como Bayt al-Hikma o “casa del saber”. Los cristianos nestorianos de Siria desempeñan el mismo papel que los judíos representarían en España siglos más tarde. El más activo y celebre es Hunayn ibn Isaac (809-873 DC) que se proponía llevar a Bagdad el espíritu de las escuelas helenísticas de Alejandría.
Con su característico entusiasmo por las modas bagdadíes, la Córdoba califal se hace pronto eco de tales tareas, incorporándose a la etapa final de las mismas, caracterizadas por la revisión depuradora. En 951 un equipo compuesto por un monje bizantino, un judío español y ciertos médicos musulmanes depura en Córdoba la traducción de Dioscórides realizada por Hunayn.
Los intentos realizados en otras partes funcionaron de un modo distinto y con éxito incomparablemente menor. La labor solitaria realizada en Monte Casino por el
ex-musulmán Constantino Africano (1010-1087 DC), al igual que las traducciones que en la abadía de Saint Denis produjeron el llamado Hábeas Dyonisiacum, desconocieron el uso clave de la lengua puente. “El método de la abadía de Saint Denis, debido al contacto de la cultura carolingia con Bizancio, utilizaba una lectura oral del griego que un traductor pasaba al latín y otro ponía por escrito. El uso de tres intérpretes y dos lenguas tendía a multiplicar los errores, frente a la solución toledana de usar dos traductores y tres lenguas “- M.Brasa Diez “Las traducciones toledanas como encuentro de culturas”.

3.Influencias epocales de ese momento histórico en Toledo

“Al amanecer el siglo XI los reinos cristianos del Occidente peninsular acaban de superar el riesgo de su destrucción a manos de Almanzor y pueden contemplar, con el derrumbamiento del califato cordobés, un futuro por primera vez prometedor. Es también el momento de dirigir una mirada en torno para contemplar su legado cultural latino-eclesiástico en el lamentable estado de que dan amplia fe los documentes notariales leoneses. La cultura de aquellos reinos venía alimentándose de la tradición mozárabe-isidoriana, que comenzaba por haber sido una operación de salvamento del saber antiguo. Realizada a toda prisa en los últimos momentos de su ocaso, dicha tradición se vio después reducida en al-Andalus a un callejón sin salida por la competencia de la superior cultura árabe. La latinidad, en tales condiciones, miraba a la antigua Bética como su venero intelectual.
Con anterioridad a la apertura del camino de Santiago la España cristiana, arrinconada en los más pobres confines de una Península ya de por sí periférica, apenas se ha hallado presente en la conciencia de la Cristiandad latina. Como muestran las gestas francesas, la única España que contaba era la musulmana, imaginada como una mítica tierra de opulentos infieles, expertos en nigromancia y dueños de magníficos caballos. Casi su única contribución permanente fue el comentario al Apocalipsis de San Beato de Liébana (siglo VIII), copiado y recopiado por espacio de siglos, a modo de obsesión testimonial de un grupo humano incapaz de superar el trauma del derrumbamiento visigótico. Las bibliotecas y scriptoria de sus monasterios no lograron nunca igualar a las del oriente peninsular (Vic, Ripoll), y estaban lejos de las de Francia e Italia.
Siguiendo el ejemplo de Carlomagno, que se había enfrentado con un empobrecimiento general del saber y había abierto su corte a monjes procedentes de los monasterios irlandeses, depositarios entonces del tesoro de una buena o al menos aceptable latinidad, los reyes de Castilla abrazaron este mismo Renacimiento carolingio, que en Francia continuaban los pujantes monjes de Cluny. Ese fenómeno que hoy se conoce como “europeización” vino a tratarse de una experiencia semi-colonial, que puso los principales obispados y abadías de Castilla y León en manos de monjes franceses, sin ningún previo conocimiento de las realidades locales. Aceptables latinistas en conjunto, despertaron al mismo tiempo fuertes antagonismos en la clerecía autóctona y se mostraron, en cuanto grupo, incapaces de establecer ningún contacto profundo ni arraigarse mínimamente en el panorama humano de aquellos reinos.
Nunca del todo gran vistos, los monjes de Cluny significaban ya poco hacia el segundo tercio del siglo XII. Dado el concepto de su vida monástica con un regla basada en rezo y trabajo y que no preveía la labor docente, no buscaran o no supieran encontrar clientes ni discípulos para su cultura, puesta al servicio de Roma bajo el aglutinante de una sólida latinidad. Después sus sucesores , los cistercienses, se definieron como pietistas ajenos por principio a grandes preocupaciones culturales” Pág., 49-52 _”El concepto cultural alfonsí” - Francisco Vázquez Villanueva

La conquista de Toledo coincidió con el movimiento renovado y unificador en el mundo cristiano occidental del Papa Gregorio VII y esto contribuyó a dar a Toledo el signo de unificar entre sus muros a árabes, judíos y cristianos.
Las cruzadas permitieron el contacto con la cultura árabe, y la necesidad de fortalecerse intelectualmente al comprender la superioridad del mundo islámico.
El interés de los monjes de Cluny y de la Orden del Cister, fue quizá afrontar también intelectualmente el problema más espinoso de la cristiandad de la época: preparar filosóficamente la cruzada contra los albigenses (los cátaros). La herejía albigense provenía de los contactos con la cultura árabe a través de los cruzados.


Proceso

1. Las Escuelas de Traductores

En toda la historia antigua y medieval no hay acaso un fenómeno similar al movimiento de traducciones desarrollado en España del siglo XII al XIII. De un modo sistemático y en etapas extraordinariamente cortas se lleva a cabo la empresa ingente de verter al latín todo el principal fondo literario, científico, matemático, médico, astronómico y filosófico de los árabes y judíos y junto con ello las fuentes antiguas de ellos, sobre todo las obras de Aristóteles y sus comentaristas griegos. Demuestra este hecho una sorprendente permeabilidad cultural, estimulada por una curiosidad científica ávida y optimista.(Pág. 559 H. Filosofía –J.Hirschberger).

“El desarrollo en suelo español de una sostenida empresa intelectual centrada sobre la labor traductora respondía a una profunda necesidad compartida por todo Occidente, para el que en cierto momento llega a hacerse imprescindible la apropiación del saber antiguo a través de los árabes. Si la Cristiandad se muestra ansiosa de dicha masiva transfusión de conocimiento, no es de olvidar que no se trataba con ello sino de un recuerdo de lo sucedido en Oriente cuatro siglos atrás. (“Existen similitudes y diferencias interesantes en el proceso por el cual los árabes adoptaron la filosofía griega y los europeos la filosofía árabe”- W.Montgomery Wat “La influencia del Islam sobre la Europa medieval”).

Un esfuerzo tan fructífero y tan prolongado es sólo concebible sobre el fondo de una sociedad dispuesta a limitar los alcances del conflicto religioso, como de un modo tácito ocurría en conjunto bajo el Islam y también en ciertos ambientes urbanos de la España de aquellos siglos. Esta labor traductora no pudo reproducirse fuera de la Península, ni dejó de ser eminentemente hispana a pesar de incluir a muchos nombres extranjeros, que sólo allí encontraban los medios y el ambiente adecuado para el logro de sus tareas.” Pág. 73-76 “El concepto cultural alfonsí”.


2. Cómo se originó la Escuela de Traductores de Toledo

Al hablar de Escuela pensamos en un centro físico donde tendría lugar esta labor intelectual. Algunos especialistas consideran que debió existir una institución organizada, como una incipiente universidad, pero fue más bien un equipo de intelectuales que trabajaron juntos en las bibliotecas y en la catedral de Toledo y siguieron unos métodos comunes para traspasar los conocimientos orientales a las comunidades cristianas y de ellas a toda Europa.

“La denominación de “escuela de traductores” es efectuada por Amable Jourdain a comienzos del siglo XIX. No hubo ninguna Bayt al-Hikma toledana, pero tampoco fue un acuerdo ocasional de individuos para trabajar juntos en algún polvoriento sotabanco toledano. Sólo es concebible bajo el respaldo de una previa tradición, ya que su labor exigía una infraestructura sólida no sólo en lo relativo a técnicas, sino también a mercado de auxiliares, conocimiento del mapa intelectual y un tipo de circulación o disponibilidad de códices que obliga a pensar en alguna forma de bibliotecas o repositorios de libros selectos. Se ha pensado en la biblioteca de la catedral como posible solución, y al parecer ésta poseía a mediados del siglo XIII ciertos armarii arabum frecuentados por los traductores, pero no hay seguridad de que estuvieran allí un siglo antes” – Pág. 76 “El concepto cultural alfonsí”.

Tras la conquista de Toledo en 1085 por el Rey Alfonso VI, la capital visigoda sucedió a Córdoba como centro cultural de España y de Europa. Muchos de los libros de las bibliotecas de Córdoba (que llegó a contener 400.000 volúmenes) habían pasado a Toledo y otros muchos continuaban llegando de Oriente. Don Raimundo, arzobispo de Toledo (1125-1152 DC) organizó la Escuela de Traductores de Toledo, para llevar a cabo las traducciones al latín de los libros científicos y filosóficos árabes que tenían tanta demanda en la Europa cristiana. En estas traducciones colaboraban eruditos árabes, judíos y cristianos que trabajaban juntos traduciendo textos árabes que transmitían el pensamiento de los grandes autores griegos como Platón, Aristóteles, etc., que estaban casi olvidados en la Europa medieval.

La Escuela de Toledo, continuó desarrollándose y alcanzó gran esplendor en el siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, quien además de impulsar las traducciones mandó instalar un observatorio astronómico en el famoso castillo de San Servando en Toledo, y allí se calcularon las Tablas Alfonsíes, que todavía tres siglos más tarde admiraban al célebre astrónomo polaco Copérnico, que las estudiaba y anotaba de su puño y letra.
Alfonso X el Sabio (1252-1284) desarrolló en la Corona de Castilla una cultura de síntesis, entre cristianos, musulmanes y judíos. Su reinado fue un periodo de intensa actividad científica y literaria, dirigida por él mismo. Estableció escuelas de investigadores y traductores en Murcia, Sevilla y Toledo, que transmitieron al mundo occidental la cultura oriental y gran parte de la clásica.
Por su iniciativa se tradujeron al castellano la Biblia, el Corán, el Talmud, la Cábala, Calila y Dimna, colección de fábulas indias, el Tesoro de Brunetto Latini, etc.

La Escuela de Toledo alcanzó tanta fama que fue visitada, como antes lo había sido Córdoba, por numerosos eruditos extranjeros. Pedro el Venerable (abad de Cluny 1092-1156) expresó su sorpresa al descubrir en Toledo libros escritos en papel, que él llama pergaminos de trapo. El papel, usado en España, era desconocido en Europa. El libro de papel más antiguo que se conserva en Occidente es un misal toledano del siglo XI.


3. Cómo se desarrolla

Tiene dos etapas muy diferenciadas:

- La primera bajo el mecenazgo del arzobispo de Toledo: RAIMUNDO DE SAUVETAT . Originario de Gascuña (Francia) y perteneciente a la orden de Cluny, vino a España acompañando al arzobispo Bernardo d’Agen, colaborador ideológico e intermediario ante la Santa Sede de Alfonso VI de Castilla en su labor de combatir a los musulmanes. A la muerte de Bernardo, fue su sucesor en la mitra de Toledo (1125-1152 DC). Raimundo se preocupó del desarrollo urbano de la ciudad, fomentó los estudios arábigos, facilitando a los estudiosos de la época el acceso a los fondos bibliográficos acumulados en la ciudad, probablemente en la biblioteca de la catedral (antigua mezquita) y estimuló la labor de la Escuela de Traductores, que ya había producido interesantes frutos con Pedro Alfonso (Mosé Sefardi), Abraham bar Hiyya o Abraham ibn Ezra, verdaderos iniciadores de la escuela, convirtiendo a Toledo en uno de los centros culturales más activos de Occidente.


“El interés de D. Raimundo de Salvetat, al que todos los autores consideran como fundador y supremo mecenas de la escuela, se debería a instancias del último de los grandes abades de Cluny, Pedro el Venerable (1094-1150 DC) en el viaje a España (1142 DC) que cambió de raíz sus ideas acerca de las relaciones entre la Cristiandad y el Islam. El buen abad comprendió entonces que la imagen que de los musulmanes se tenía en Occidente era grotescamente irreal, así como de la futilidad de la Cruzada, hasta entonces idea favorita de su propia orden cluniacense. Persuadido de la ventaja de un planteamiento de lucha intelectual, se apresuró a reunir en torno a una traducción del Alcorán la primera serie de materiales islamológicos de la Europa Cristiana, llamada a ser en adelante “Collectio Toletana”.
No existe base para considerar esta labor traductora como institución de orden declaradamente eclesiástico. Aunque muchos de sus traductores pertenecieran al alto clero (Domingo Gundisalvo, Herman el Aleman) y al menos ciertas tareas se realizaran bajo el mismo techo de la catedral. No hay indicios de ningún otro mecenazgo, pero es evidente que las tareas no hubieran podido desarrollarse sin el beneplácito de los titulares de la sede metropolitana. La mayor gloria de éstos fue la amplitud de espíritu con que no obstaculizaron el libre juego de un trabajo que rendía tributo al saber no cristiano y rozaba a veces la heterodoxia.
Es preciso reflexionar después no sobre el muy problemático espíritu de “tolerancia” de aquellos orgullosos eclesiásticos franceses, sino sobre el sentido de urgencia y necesidad o, si se quiere, el relativo optimismo que les hacia cerrar los ojos para no suscitar obstáculos. Para su gloria el Toledo del siglo XII no encendió hogueras ni para personas ni para libros.” Pág. 77, 78 “El concepto cultural alfonsí”.

Pieza clave en la formación de la Escuela de Traductores fueron los judíos, como transmisores de diversas culturas, por su penetración en los mundos árabe y cristiano. Muchos de sus filósofos habían escrito en árabe (Ibn Gabirol y Maimonides) y tenían especial interés en traducir sus obras al hebreo, junto con otras de autores árabes, para los judíos del área cristiana.
Esta oportunidad histórica fue aprovechada por los cristianos occidentales para la versión latina. En la recién conquistada Toledo (por Alfonso VI, rey de Castilla, en 1085 DC), saturada aún de vida y cultura oriental y bajo el patronazgo del arzobispo Don Raimundo , trabajan con ejemplar espíritu de colaboración el arcediano (dignidad en las iglesias catedrales, diácono) DOMINGO GUNDISALVO y sus auxiliares judíos IBN DAWUD (Juan Hispano, converso) y SALOMÓN, conocedores del árabe, del hebreo y del castellano naciente, junto con otros eruditos cristianos, españoles y extranjeros, como GERARDO DE CREMONA, MIGUEL ESCOTO, ALFREDO ANGLICO Y HERMAN ALEMAN. (Pág. 560 Historia de la Filosofía – J. Hisrschberger)

La forma de trabajo que utilizaban era la siguiente: En todas las traducciones de obras árabes o hebreas colaboraban un judío, que hacía una versión oral del romance, (que sin dejar por el momento huella escrita en la lengua vulgar, fue para ésta un eficaz ejercicio de exposición didáctica) y un cristiano, que trasladaba esta versión romance al latín.
En esta primera etapa desarrollada bajo el mecenazgo del arzobispo Don Raimundo, se impulsa la traducción de obras de filosofía y religión del árabe al latín.

- La segunda etapa tiene lugar en el reinado de ALFONSO X EL SABIO. Prosigue la costumbre de que en las versiones de lenguas orientales trabajen a la par judíos y cristianos y fruto de su labor son varias traducciones latinas, pero es más frecuente que la obra quede en romance y que el cristiano ponga en castellano más literario la versión oral de su compañero. Esta preferencia por un texto romance, absteniéndose de pasarlo al latín, respondía a los afanes del monarca respecto a la difusión de la cultura, pero es indudable que obedeció también a la intervención de los judíos, poco amigos de la lengua litúrgica de los cristianos. La consecuencia fue la creación de la prosa castellana. También la grafía quedó sólidamente establecida, puede decirse que se mantuvo hasta el siglo XVI.

El uso del castellano como puente para la traducción de los textos arábigos al latín tuvo consecuencias importantes para el desarrollo del español en su etapa temprana, como ya se ha apuntado. Las traducciones española, a pesar de ser un tosco borrador oral interpuesto entre dos lenguas muy elaboradas y precisas como el árabe y el latín, constituyeron un formidable ejercicio para la formación de un modo de expresión que luchaba por ser artístico. Como resultado del mismo, la prosa española del siglo XIII se había amoldado a la sintaxis árabe.
Hasta el siglo XIV no volvió la prosa europea (latina) a convertirse de nuevo en el modelo de la prosa castellana. Como es natural, la decisión de Alfonso X de convertir al castellano en lengua de llegada no redujo el efecto de la sintaxis árabe en la prosa castellana, muy al contrario, porque las obras traducidas por ese método alcanzaron una difusión mucho mayor dentro de España. Su decisión de abandonar el latín como lengua de llegada tuvo, efectivamente, importantes consecuencias respecto de la esfera de influencia que este vasto corpus documental iba a tener fuera de las fronteras del país. Muerto Alfonso X, el trabajo de sus escuelas disminuyó en intensidad y redujo su campo de acción, pero algunas de sus obras se acabaron durante los reinados de sus sucesores.


4. Hacia donde se encamina

La actividad traductora había sido decisiva para el crecimiento intelectual del Islam. El mecenazgo prioritario con que se fomentan las tareas de traducción constituye un destacado aspecto de la sociología cultural de Oriente que ha de reproducirse después en la Península Ibérica tanto islámica como cristiana. Lo hará primero a través de califas y reyes de taifas y después de príncipes eclesiásticos, infantes y reyes como don Fadrique, Alfonso X y Pedro IV de Aragon. Va a llegar dignamente, por último, hasta los grandes nobles (don Enrique de Villena, marqués de Santillana) y maestres de órdenes militares en el siglo XV.
Posteriormente los sultanes magrebíes continúan la política cultural de las traducciones, sólo que entonces del español al árabe.
A lo largo del siglo XV la fuerza motriz que impulsa la corriente de traducciones es netamente de índole regia o señorial, concluye Peter Russell “Traducciones y traductores en la Península Ibérica”.
“Y en todo momento la historia de las antiguas bibliotecas castellanas corre paralela con la de las traducciones hechas al amparo de nobles y seleccionadas con miras a complacerlos y adoctrinarlos”, comenta Margarita Morreale Apuntes para la historia de la traducción en la Edad Media


5.Influencias.

La actividad traductora desarrollada en Toledo supuso un impulso sin precedentes para universidades como Paris, Bolonia y Montpellier. La enseñanza universitaria, basada en el análisis y discusión de textos, se nutre, a partir del s/XIII a partir de traducciones elaboradas en Toledo y se impregna del aristotelismo, el sufismo, el emanatismo y, sobre todo, el averroísmo contenido en ellas. Gracias a las traducciones las obras de Aristóteles se convierten en textos universitarios con Santo Tomás y la Escolástica. En Literatura, El Libro de la Escala de Mahoma es una fuente más que probable de “La Divina Comedia”.

La aportación de La Escuela fue especialmente significativa en Medicina, Matemáticas, Astronomía y Astrología. El Canon de Medicina de Avicena (traducido en el s/XII), se consideró texto fundamental en todas las Facultades occidentales hasta el s/XVII. La Trigonometría islámica, el sistema sexagesimal, las Tablas Astronómicas de Al-Juwarizmi y las obras patrocinadas por Alfonso X son el punto de partida de la Astronomía europea y fuente de los trabajos de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton.

Tan importante como la propia transmisión de conocimientos, fue la adopción del método experimental que caracterizó el florecimiento de las ciencias y las artes en el mundo árabe islámico, basado en la experiencia, la observación y la analogía, básico para el desarrollo de la ciencia moderna y el Renacimiento europeo.


CONCLUSIONES

El fenómeno conocido en Toledo como “La Escuela de Traductores” originado por el aporte específico de las culturas coincidentes en ese momento preciso, produce, por la mezcla y cristalización en el crisol que representa la ciudad de los aspectos más positivos de sendos pueblos, una proyección más allá de las primeras intenciones de judíos, árabes y cristianos: la universalización del saber producido hasta el momento y, con ello, la posibilidad de mayor conocimiento y evolución.