TOLEDO
Y ALEJANDRÍA, FAROS DE LA HUMANIDAD |
Guión del documental
Tras la caída del imperio Romano, Europa occidental entró
en la Edad Media. Esta Europa, fragmentada en feudos, se hundió
en la ignorancia y en el desconocimiento de los grandes avances de los
pueblos de la antigüedad..
El saber de las civilizaciones griega, mesopotámica, egipcia,
persa e india, sintetizado en lo que hoy conocemos como cultura helenística,
se preservó en Bizancio y, anteriormente, en Alejandría,
Pérgamo y Antioquia.
Estos centros de conocimiento, antes de su ocaso definitivo, lograron
transmitir su legado a otros puntos, a otras culturas. Y con el paso
de los siglos, de accidente en accidente, fueron llegando a Europa revolucionando
la Medicina, las Matemáticas, las Artes y el Pensamiento en general:
se estaba acercando el Renacimiento, que vino precedido de fenómenos
de recuperación cultural en Sicilia, Nápoles, Tarazona,
Gerona y Toledo.
Los árabes, en su expansión a partir del siglo VII, entraron
en contacto con diferentes culturas, como la India, la Persa y, especialmente,
con el Imperio Bizantino donde conectaron con la cultura clásica
griega allí preservada.
Estudiaron y tradujeron a los clásicos y continuaron la labor
de investigación de la cultura helenística, generando
nuevas producciones. Esta recopilación cultural del Islam llegó
a la Península Ibérica a finales del siglo VIII, de manos
de la dinastía Omeya.
El califato de Córdoba, es sustituido por pequeños reinos
de Taifas. En el año 1050 Toledo es uno de los más importantes.
Y en él gobierna el califa Al-Ma´mun.
Este hombre quiere imitar a su homónimo Al-Ma´mun de Bagdad
que vivió en el siglo IX y fue legendario protector de las ciencias
y las artes.
El rey Al-Ma´mum, en Toledo, se rodea de cuantos científicos
y sabios puede reunir y promueve la biblioteca más avanzada de
la época compuesta, en parte, por volúmenes procedentes
de la gran biblioteca de Córdoba que fue famosa bajo la protección
de los Omeyas.
Jesús
Carboles
Hay un personaje como es Yahyà Ib Ismail al-Ma’mum
en Toledo, que fue rey taifa de esta zona y cuando toma el nombre
de Al-Ma’mum, toma el nombre del rey culto por excelencia del
mundo islámico, que es el califa Al-Ma’mum de Bagdad,
y él lo que intenta es hacer un programa cultural propio, para
demostrar el prestigio y el papel de su reino que era un poco el hegemónico
en todo lo que era el Al-Andalus hispano. El se rodea de científicos
y de sabios, de poetas, juristas, y hace un programa cultural propio
impresionante. Personalmente se ocupa de traer lo que puede de la
biblioteca de Córdoba.. Hace que gente como Azarquiel trabaje
en Toledo, haga mediciones, haga cosas y eso es lo que se van a encontrar
los cristianos cuando llegan, se van a encontrar no un lugar más
con bibliotecas al uso, sino se van a encontrar la biblioteca especializada
más avanzada de su época.
Cuando en 1085, Toledo capitula ante Alfonso VI, los cristianos quedan
deslumbrados por la belleza y cultura de la ciudad árabe. Allí
encuentran obras con temas inéditos para su mundo. Así,
por ejemplo, quedan sorprendidos por la existencia de libros de Medicina,
como los de Avicena donde se diagnostican enfermedades y se proponen
tratamientos, cosa desconocida para ellos.
Jesús
Carboles
La medicina seguía siendo una ciencia casi, casi, religiosa,
cuando de pronto se encuentran los primeros estudios científicos
como tal, como son los de Avicena, cuando se diagnostican enfermedades,
se dan soluciones, cosas de ese tipo, pues evidentemente sorprenden.
Con el reinado de Alfonso VI, Toledo se convierte en la capital Europea
de la cultura y comienza una peregrinación de eruditos de todo
el continente atraídos por los libros allí atesorados.
Ellos pretenden llevar a su corte, monasterio o universidad de origen,
copias y traducciones de las obras de la biblioteca de Toledo. Estos
eruditos con los traductores judíos y mozárabes que allí
trabajan, constituyen un conjunto y desarrollan una labor, que inspiró
el término de Escuela de Traductores de Toledo a Amable Jourdain
en el siglo XIX, aunque tal escuela nunca existió como un lugar
físico o institución concreta.
Los verdaderos iniciadores de esta labor traductora fueron Pedro Alfonso,
también llamado Mosé Sefardí, y Abraham ibn Ezra.
Este trabajo tuvo gran auge en la primera mitad del siglo XII, con la
llegada del que sería arzobispo de Toledo, Raimundo de Sauvetat.
En esta época se desarrollan los estudios arábigos y se
abren los fondos bibliográficos a estudiosos, principalmente
clérigos.
En la ciudad conviven, desde la época visigoda, árabes,
cristianos y una culta comunidad judía, ampliada en los últimos
años con eruditos procedentes de Córdoba y Sevilla que,
huyendo del rigor religioso de los almohades, se refugian en Toledo,
brindando su conocimiento de las lenguas árabe y romance a los
monjes y sabios extranjeros.
Palomero
Los judíos sabemos que llegaron a España en la
época romana y gracias a la legislación visigoda de
dos concilios tenemos unas buenas fuentes respecto a la vida cotidiana,
a los problemas que mantuvieron con las comunidades cristiana y visigoda
y, sobre todo, es en la época árabe cuando la comunidad
judía crece, se desarrolla y alcanza sus mejores momentos.
En la comunidad judía de Toledo va a haber dos momentos básicos,
uno con el islamismo y otro con el cristianismo, en torno al siglo XI
por un lado y entorno a la época de Alfonso X el sabio, por otro,
en lo que se ha dado en llamar Escuela de traductores de Toledo, en
la que los judíos que vivían en Toledo llegaron a realizar
una cultura que no solo influía en su comunidad sino que realmente
ha tenido mucho que ver en la historia de España y en la historia
de Europa.
Para traducir una obra en esta época, un judío, o un mozárabe,
lee el texto en árabe y lo traduce al romance, entonces un latinista
lo traslada al latín.
Palomero
En la historia de España, afortunadamente para nosotros,
frente a las ideas intransigentes que nos han hecho creer que éramos
un país único y católico, somos un país
mestizo, y esto, deberíamos estar orgullosos de saber que nuestro
ADN histórico está formado por muchísimos pueblos
desde prerromanos, romanos, iberos, visigodos, árabes, moros
como se les llama en las fuentes documentales, judíos y, por
supuesto, cristianos, es decir, todo ese mosaico de gentes que formaban
ese mito del Toledo de las tres culturas, que desgraciadamente perdimos
a partir de la intolerancia de la inquisición, es el mito que
debemos recuperar para una España nueva, para la España
del sigo XXI. Una sociedad abierta y multicultural.
De esta manera se fueron trasvasando de una lengua a otra, de una
a otra cultura, obras capitales. Por ejemplo, en Filosofía, los
textos de comentaristas de Aristóteles, como Avicena y Averroes;
en Medicina, las obras de Hipócrates y Galeno; en Matemáticas
de Euclides y Al-Juwarizmi.
A través de su trabajo muchos de aquellos traductores han llegado
hasta nosotros: Domingo Gundisalvo y Juan Hispano, tradujeron libros
de Astrología, Astronomía, Medicina y, además,
generaron producciones originales. Herman Alemán, hizo traducciones
sobre la Ética de Aristóteles, Averroes o el Psalterio.
Y sobre todo Gerardo de Cremona, que después de aprender el árabe,
tradujo 71 obras: como tratados de Matemática y Astronomía
griega; Matemática y Astronomía árabe; Medicina
griega y árabe, Astrología y Filosofía.
En el siglo XIII, Alfonso X el Sabio, un rey culto al estilo de los
grandes califas musulmanes, se convierte en mecenas de artes y ciencias
y, además, desarrolla una producción propia: una Historia
de España; varios tratados jurídicos, como Las Partidas;
un tratado astronómico, las Tablas Alfonsíes basadas,
a su vez, en las tablas de Azarquiel. Y también las famosas Cantigas.
Su reinado fue un periodo de intensa actividad científica y literaria.
Estableció escuelas de investigadores y traductores en Murcia,
Sevilla y Toledo que produjeron obras como Calila e Dimna; El libro
de la Escala de Mahoma, inspirador según algunos de La Divina
Comedia; Picatrix, y muchas otras.
Gonzalo
Fernández
Una obra que se considera una de las primeras de la prosa castellana
Calila e Dimna, en origen es una traducción y enseguida pasa
a ser considerada un monumento de la prosa castellana.
Yo me planteo, hoy en día, qué país se atrevería
a considerar, bueno tenemos la literatura universal y en esa categoría
situamos a las mejores obras de no importa que lengua, pero qué
país se atrevería a considerar como patrimonio suyo
una obra que no estuviese originalmente escrita en la lengua nacional
de su país.
Ese Calila e Dimna además de ser traducido al árabe
y aceptarse como una obra española o de la prosa castellana,
antes, en el siglo VIII, a su vez había sido traducida al árabe
desde recopilaciones de cuentos del sánscrito y del persa antiguo,
del pelvi, y fue un gran escritor del siglo VIII y traductor también
que consideró que esas historias, esas fábulas de animales
merecían ser traducidas y conocidas por los lectores de la
época y enseguida también en la literatura árabe
fue considerado un clásico, la traducción fue considerada
un clásico en la literatura árabe y en la literatura
castellana.
Hoy en día yo creo que nuestras fronteras nacionalistas nos
impiden estar abiertos a estos aportes que mediante traducciones magistrales,
pueden estar al alcance de los lectores que no leen la lengua original.
En la época de Alfonso X, cambió el procedimiento utilizado
en las traducciones. Ya no finalizaban como antaño en lengua
latina sino que, de ordinario, acababan en lengua romance. Esto constituyó
un gran impulso para el desarrollo de la lengua castellana.
Palomero
El saber antiguo, el saber oriental, se trasmite a Europa, primero
a España, a través de esas traducciones que estaban
del griego y del latín en árabe y que los judíos,
sobre todo, junto con los árabes, al tener el árabe
como una lengua franca como hoy sería el inglés para
los comercios, para la cultura, trasladan perfectamente del árabe
, no al latín que es para ellos una especie de lengua enemiga
sino al castellano, al vernáculo, este es un gran acierto del
rey que pone el castellano, primero y luego vendrá el catalán
después, como lengua de cultura. Y eso sucedió aquí,
en Toledo, en los siglos XIII y XIV sobre todo, y eso ha permitido
que grandes avances como los que hoy tenemos, como la imagen, el ordenador,
la astronomía, las matemáticas, hayan podido pasar con
más rapidez de lo que lo hubieran hecho desde oriente a Europa.
Tras la muerte del rey sabio fue decayendo la intensidad del trabajo
de traducción: Las obras más importantes ya habían
sido traducidas, copiadas, distribuidas, y existían otros lugares
donde se realizaba una labor semejante.
En Nápoles y Palermo el emperador Federico II, tío de
Alfonso X, organizó centros de traducción de manuscritos
griegos, árabes y hebraicos al latín.
La influencia de la llamada Escuela de Traductores de Toledo ha sido
enorme. Merced a ese trabajo Universidades como la Sorbona de París,
Bolonia y Montpellier por primera vez pueden incorporar los originales
de los clásicos.
Los escritos aristotélicos sirven de base a Santo Tomás
de Aquino y a la Escolástica.
Jesús
Carboles
A Aristóteles se le conocía muy parcialmente y
muy poquito, se sabía de comentarios, había algún
capítulo muy parcial de su obra, entonces con la llegada de
Aristóteles, que es el pensamiento griego más moderno,
nos habíamos quedado aquí en Europa occidental con San
Agustín y con Platón, y ellos eran nuestra cima, con
la llegada de Aristóteles se produjo una ruptura de la burbuja
en la que estábamos culturalmente y entonces el cambio fue
brutal. La repercusión de Aristóteles y de los comentaristas
aristotélicos, es decir Averroes, es un comentarista aristotélico,
entonces todo lo que implicaba de modernidad la obra de Aristóteles
comentada además por gente tan moderna como Averroes pues nos
hizo cambiar un poco los pilares básicos de la civilización
europea y sobre todo, inicialmente de las grandes universidades que
fueron las que propiciaron ese cambio que dio lugar al Renacimiento.
No hay que decir que el Renacimiento empieza aquí pero sí
que hay que decir que sin la labor hecha en Toledo difícilmente
el Renacimiento hubiera sido como al final fue, con toda esa preocupación
humanística, con esa preocupación por el hombre que
ya empieza en la obra de Aristóteles.
El Canon de Medicina de Avicena se consideró texto fundamental
en las facultades europeas hasta el siglo XVII.
La Trigonometría islámica, el sistema sexagesimal, las
Tablas Astronómicas de Al-Juwarizmi y las obras patrocinadas
por Alfonso X, son el punto de partida de la Astronomía europea
y fuente de los trabajos de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton.
Los árabes trajeron a Europa, además de importantes obras,
el método experimental y el sistema de números arábigos
(diferente al de la numeración romana). El conjunto de estos
aportes fue un paso de gigante hacia el Renacimiento y la ciencia moderna.
¿Podríamos imaginar nuestros cálculos matemáticos
sin el cero?
Palomero
El fenómeno conocido como Escuela de traductores de Toledo,
porque no es una Escuela sino una forma de denominarla, es algo intrínseco
a la ciudad de Toledo y al rey, bien llamado sabio por esto, Alfonso
X. El fenómeno lo estudia muy bien Francisco Márquez
Villanueva en un libro que se llama "El concepto cultural alfonsí"
y nos retrotrae a un tiempo , para que ustedes entiendan bien este
fenómeno complejo de lo que es una escuela, se decía
en época medieval que en París se estudiaba a Dios,
en Bolonia la ley, el derecho, y en Toledo se estudiaba al diablo.
El diablo no era otra cosa que las ciencias naturales.
Actualmente la Nueva Escuela de Traductores de Toledo pretende romper
las barreras mentales y lingüísticas entre el mundo árabe
y occidente.
Palomero
En la historia de España, afortunadamente para nosotros,
frente a las ideas intransigentes que nos han hecho creer que éramos
un país único y católico, somos un país
mestizo, y esto, deberíamos estar orgullosos de saber que nuestro
ADN histórico está formado por muchísimos pueblos
desde prerromanos, romanos, iberos, visigodos, árabes, moros
como se les llama en las fuentes documentales, judíos y, por
supuesto, cristianos, es decir, todo ese mosaico de gentes que formaban
ese mito del Toledo de las tres culturas, que desgraciadamente perdimos
a partir de la intolerancia de la inquisición, es el mito que
debemos recuperar para una España nueva, para la España
del sigo XXI. Una sociedad abierta y multicultural.
El fenómeno de expansión cultural, de interés
por el desarrollo humano, tiene antecedentes. Tirando hacia atrás
del hilo de la historia, desde Toledo, pasando por Córdoba y
Bagdag, llegamos al Imperio Bizantino y de allí al núcleo
cultural por excelencia de la antigüedad : Alejandría.
Desde la Alejandría actual, a través de su mar azul, sus
hermosas calles y plazas, su nueva Biblioteca, recordamos la historia
de esta ciudad legendaria, que, durante varios siglos, fue el centro
indiscutible del conocimiento.
Alejandría lleva el nombre de Alejandro el Grande, primer gran
emperador de occidente.
Alejandro era hijo de Filipo de Macedonia y heredó de su padre
el proyecto de unir a los pueblos griegos y conquistar Persia. Llevándolo
mucho más allá, extendió sus conquistas hasta la
India en Oriente y hasta Egipto en el Sur.
Fue alumno de Aristóteles y, además de genio militar y
estadista, era un hombre instruido. Llevó la cultura y organización
griegas a todas las naciones conquistadas siendo inclusivo con los modos
y creencias de sus pueblos, impulsando la integración y la mezcla.
Taher
A. Khalifa
El periodo ptolomeico es griego, pero se convirtieron en egipcios
y adoptaron la cultura egipcia. Esa es una parte muy importante y
significativa. Adoptaron la religión egipcia y llegaron a ser
dioses. Si pasan por la entrada de la Biblioteca de Alejandría
encontrarán una estatua de Ptolomeo II, en cuyo periodo se
construyó la antigua Biblioteca de Alejandría. Así
que él representa esta cultura que es el amanecer del helenismo,
que es la combinación de estas culturas, especialmente en este
periodo, en esta región del Mediterráneo. Este es el
gran efecto de la cultura egipcia en el helenismo. Incluso los generales
griegos y macedonios que vinieron adoptaron la cultura y religión
egipcias y por eso fueron aceptados por el pueblo egipcio, y eso es
muy significativo, porque no llegaron como invasores, sino que originalmente
venían de camino a Persia, se establecieron aquí y fueron
aceptados por la gente.
Alejandro murió joven, dejando un imperio conquistado y muchas
ciudades fundadas. De todas ellas, esta Alejandría, situada en
la parte occidental de la desembocadura del Nilo, fue la más
importante.
Tras la desaparición de Alejandro, sus generales se repartieron
el imperio.
Ptolomeo I Soter , compañero de estudios de Alejandro y quizá
su hermanastro, se adjudicó Egipto, iniciando una nueva dinastía
de faraones que duró tres siglos y terminó con la muerte
de Cleopatra y la invasión del imperio romano.
Siguiendo el estilo inclusivo de Alejandro, Tolomeo, trató de
sintetizar la cultura y la religión griegas con las egipcias.
De esta síntesis surgió, por ejemplo, el culto a un nuevo
dios: Serapis, en el que coincidían Osiris y Zeus.
Zahi
Hawass
Lo más importante de todo esto es que los griegos que
vivían aquí no sólo adoraban su propio dios.
Es decir, ese convenio entre la civilización griega y la antigua
de Egipto, es algo sin antecedentes en ningún otro lugar, porque
los que vivían aquí, por ejemplo en los oasis, los egipcios
adoraban a Amón, mientras que los griegos adoraban al héroe
mítico Zeus junto con Amón. Ese enlace existía
en el mismo tiempo. El “sentir general” era egipcio en
esta época faraónica, lo muestran los dibujos en los
templos que son egipcios, y grabaciones de la época faraónica
se repitieron en la época greco-romana dentro de los templos.
Ptolomeo elige Alejandría como capital de su reino y decidió
convertir la ciudad en la más importante del mundo en belleza,
economía y cultura. Su base era un plano cuadriculado, con dos
grandes calles perpendiculares adornadas por estatuas y obeliscos. Construida
en mampostería, piedra y mármol había conducciones
subterráneas que llevaban el agua del Nilo hasta las casas.
Construyó en Alejandría, la tumba de Alejandro, o Soma,
la Basilea o barrio del palacio, incluyendo en él un gran Museo
a la usanza griega con su Biblioteca. Con un malecón une al continente
con la isla de Faros, a 1 Km. De distancia, creándose el que
aún hoy es el mejor puerto de Egipto y que transformó
a Alejandría en la capital comercial del Mediterráneo.
La ciudad formaba un plano cuadriculado, con dos grandes calles perpendiculares
con estatuas y obeliscos.
En la Isla de Faros, construyó un enorme faro, de más
de 100 metros de altura, considerado en la antigüedad como una
de las siete maravillas del mundo.
El Museo, a imitación de los templos mesopotámicos y egipcios,
y también del Liceo y de la Academia de Atenas, albergaba a los
mejores científicos, poetas y estudiosos del mundo conocido,
que, invitados por el estado, podían llevar una vida sin preocupaciones
materiales, dedicados al dialogo, la lectura, la investigación.
Inspirador del Museo fue, casi con seguridad, Demetrio de Falero, que
ejerció como gobernador de Atenas, y exiliado por un revés
político, se instaló en Alejandría atraído
por Ptolomeo I.
Demetrio de Falero, tenía grandes conocimientos bibliograficos
y experiencia obtenida en el Liceo de Atenas
La Biblioteca de Alejandría fue provista de todos los libros
que pudieron recolectarse a través de los años. Para conseguirlos
se enviaron legaciones a diferentes lugares y, aquellos que no se podían
comprar, se copiaban. Se dice incluso, que las naves que fondeaban en
el puerto eran registradas y se requisaban cuantos libros se encontraban
para copiarlos después.
La mayor parte de las obras recopiladas pertenecían a la cultura
clásica griega, pero también se incorporaron libros de
los templos egipcios, de historia de otros pueblos, la doctrina irania
de Zoroastro y textos budistas llegados desde la India. Para traducir
la Biblia se hizo venir a la ciudad 72 sabios hebreos.
Es difícil saber el número de libros reunido; las estimaciones
de los especialistas son muy diferentes, oscilando entre los 50.000
y 700.000. Sí sabemos que todos los volúmenes estaban
clasificados por materias y tenían una inscripción con
su origen y contenido.
Existían pormenorizados catálogos, algunos de ellos críticos,
evaluando la calidad de los textos y resaltando los de mayor interés.
Además de estudiarlos y traducirlos, los libros se depuraban
hasta dar con la versión más fiel al original, se realizaban
comentarios y se copiaban con diversos destinos.
A esta extraordinaria recopilación, hay que sumar la no menos
ingente producción de los sabios, que siglo tras siglo, trabajaron
en Alejandría produciendo obras de gran influencia futura:
En Matemáticas, Euclides, que vivió en torno al año
300 AC, creó el sistema de axiomas, la ordenación en teoremas
y el rigor en las demostraciones. La definición del espacio euclidiano
sigue incluida en los textos de matemáticas actuales.
Arquímedes estudió en Alejandría. Fue un gran creador
de ingenios, que servían desde la agricultura hasta la guerra.
Calculó los volúmenes y centros de gravedad de diversos
cuerpos; dedujo la magnitud del número Pi. Sus trabajos en hidrostática
son conocidos por su célebre teorema.
Herón fue creador de engranajes, autómatas y aparatos
basados en la fuerza del vapor.
Eratóstenes, además de Director de la gran Biblioteca,
fue un gran astrónomo, geógrafo, matemático y filósofo.
Dibujó el mapa del mundo con las distancias entre las ciudades
más importantes, siendo el primero en medir el perímetro
de la Tierra.
Claudio Tolomeo, en el siglo II, con su Almagesto, culmina las investigaciones
trigonométricas en Alejandría. Creó un modelo explicativo
sobre las evoluciones de los planetas y las estrellas que, aunque errado,
se mantuvo hasta los tiempos de Galileo.
Galeno desarrolló obras básicas sobre el arte de curar
y la anatomía que dominaron hasta el Renacimiento.
Hubo otros muchos aportes de importancia en los campos de la lingüística,
gramática, etc... En Alejandría se alcanzaron cotas muy
altas en la evolución del conocimiento y es impactante la idea
de que la teoría heliocéntrica, la máquina de vapor,
los avances en tantos campos, se alcanzaron entonces, tardando mas de
1.000 años en retomar las investigaciones para llevarlas más
allá.
Con el ocaso de la dinastía Ptolomeica comenzó el declive
de Alejandría. A mediados del siglo I AC, se incorporó
al Imperio Romano, continuando la actividad cultural aun con distintos
avatares. Sabios, Museo y Biblioteca se vieron inmersos en algunas turbulencias
que no dejaron de afectarles, pero hasta el siglo IV siguieron estudiando,
produciendo y enseñando, ahora bajo el patrocinio de los emperadores
romanos.
Por último la ciudad, y principalmente el Museo y la Biblioteca,
sintieron el golpe de la intolerancia religiosa y, al día de
hoy, no ha sido posible precisar las circunstancias concretas de su
desaparición .
¿Seria el incendio provocado por Cesar, durante el reinado de
Cleopatra? ¿Serían las diferentes revueltas en las que
se vio envuelta posteriormente la ciudad? ¿O más bien
el auge de Constantinopla?
Tal vez nunca sabremos lo que se destruyó o pudo salvarse, pero
lo cierto es que, muchos sabios alejandrinos continuaron su labor en
otros lugares. Probablemente muchas copias, quizá originales
de sus obras, pasaron a otras bibliotecas llegando así al Imperio
Bizantino y de allí al mundo árabe y occidental, produciendo
una revolución en Europa y favoreciendo el desarrollo de las
universidades y de la cultura moderna.
Con el descubrimiento en Toledo de los textos alejandrinos se inicia
el Renacimiento europeo. Toledo fue el núcleo principal por el
que se transmitió la ciencia griega y árabe al Occidente
latino.
Entre Alejandría y Bagdad se constituyó el centro de gravedad
de un núcleo cultural, que llegó por el Este a Samarcanda
y que culminó por Occidente en Toledo.
El proceso que hasta aquí hemos seguido nos muestra cómo
nuestra civilización surge del esfuerzo combinado de muchos seres
humanos, de diferentes épocas y pueblos. En los momentos y lugares
donde, por amor al conocimiento, tolerancia y amplitud de miras, se
hace posible el intercambio entre culturas y gentes, el saber tiene
un enorme impulso, que se expande en la distancia y en el tiempo, surgiendo
con ello la posibilidad de evolución del Ser Humano.
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