ALEJANDRIA : FARO DE LA HUMANIDAD

 

Punto de vista:
Buscar la actitud humanista en el fenómeno del Helenismo y en la creación de Alejandría, en el fenómeno que supuso la creación del Museo y de la Biblioteca.

COMPOSICIÓN

1. Textos básicos

1. -GRECIA HELENISTICA – Historia de la Humanidad. – Arlanza Ediciones. Rebeca Rubio, José María Blázquez y V.Tsiolis.
2. -LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRIA –Ed. Gredos – Hipólito Escolar Sobrino
3. - EL EGIPTO GRECO-ROMANO- Ed. Especiales – Myriam Sagarribay
4. - GRECIA DESPUÉS DE ALEJANDRO: LOS TIEMPOS DEL DESAMOR-Ed. Especiales – Myriam Sagarribay
5. - ALEJANDRIA Mito y Realidad. Selección bibliográfica. – Paloma Fernández de Aviles.

2. Entrevistas

Egiptólogo y Director de Antigüedades:
Subdirector de la actual Biblioteca de Alejandría

3. Fondos documentales

Museo de Antigüedades de El Cairo
Museo Greco-Romano de Alejandría
Columna de Pompeyo – Serapeum en Alejandría
La nueva Biblioteca.
Las catacumbas
Alejandría: su gente, sus calles, el mar...

4. Lugares de ubicación

Todo el imperio de Alejandro:
Egipto : Alejandría, El Cairo,...
Grecia
Turquía
Sira,
Persia

5. Elemento humano en sus distintas épocas

Alejandría era la mayor ciudad que el mundo occidental había visto jamás. Gente de todas las naciones llegaba allí para vivir, comerciar, aprender. En un día cualquiera sus puertos estaban atiborrados de mercaderes, estudiosos y turistas. Era una ciudad donde griegos, egipcios, árabes, sirios, hebreos, persas, nubios, fenicios, italianos, galos e íberos intercambiaban mercancías e ideas. Fue probablemente allí donde la palabra cosmopolita consiguió tener un sentido auténtico: ciudadano, no de una sola nación, sino del Cosmos (2. Ser un ciudadano del Cosmos...


LOS EGIPCIOS

La civilización egipcia contaba en el año 332 AC con una antigüedad de más de 3000 años y 1000 años antes, durante la época del Imperio Nuevo (1550-1070 AC) había sido el imperio más poderoso de la Antigüedad, extendiendo sus fronteras hasta Asia Menor al Norte y Nubia al Sur. Estas conquistas proporcionaron grandes riquezas que permitieron a los faraones acometer grandes obras y hubo un inmenso auge cultural y artístico en todo el imperio.
Los faraones más famosos de esta época fueron la reina Hatshepsut, Tutmosis II, Amenofis III, Akhenaton, Tutankamon, y Ramses III. Este último defendió con éxito el norte de Egipto de los ataques de los libios y de los pueblos del Mediterráneo. Sus débiles sucesores no pudieron imitar sus victorias y la presencia extranjera creció rápidamente. Se saquearon indiscriminadamente las tumbas reales e imperó el desorden interno hasta finalizar el Imperio Nuevo en el año 1070 AC
Egipto volvió a dividirse en dos zonas: el Sur, bajo el control de los sacerdotes de Tebas, y el Norte, monárquico y con capital en Tanis. La fragmentación de Egipto aumentó con la invasión Libia del delta occidental, pero en el año 747 AC se produjo una reunificación bajo el control de los nubios, que gobernaron casi durante un siglo. Siguió después la invasión asiria y finalmente la persa en el año 525 a.C, que puso fin a la esperanza de un autogobierno duradero y durante la cual, los egipcios llegaron incluso a pasar hambre ya que la mayoría de las tierras cultivadas pertenecían a los templos.
La conquista de Alejandro es tomada por los egipcios como una liberación.

LOS GRIEGOS

La península balcánica que hoy denominamos Grecia, estaba dividida en la antigüedad en numerosas ciudades -estados independientes (pólis) que muchas veces comprendían tan sólo una ciudad y las pocas tierras de su entorno. Unas tierras pobres, con áridas montañas y ríos secos en verano, con una agricultura y una ganadería mediocres, fueron las causas de su apertura al mar y a otras tierras.
El nombre de Grecia y de griegos, es debido a los romanos y deriva de una tribu de Epiro conocida como los gracci o graeci y se dice que fue Aristóteles el primer griego en emplearlo.
En la antigüedad se la conocía por Hélade o Europa y no se circunscribía sólo al territorio peninsular, que en el periodo de mayor expansión abarcó también a lo que hoy es Bulgaria, Macedonia, Albania, Croacia y Bosnia. Las innumerables islas próximas a la costa oriental facilitaron el paso a Asia Menor, surgiendo nuevos asentamientos y ciudades que si bien unas eran libres y otras dependientes de ciudades-estado griegas o del Imperio Persa todas tenían un factor común: la cultura.
Por el oeste el mundo griego había alcanzado las costas del sur de Italia (Tarento y Nápoles) y gran parte de Sicilia (la Magna Grecia, llamada por los romanos).
Estas ciudades nunca formaron una nación, según el concepto que hoy tenemos, lo más aproximado se alcanzó con Alejandro Magno, sin embargo lograron, partiendo de una religión y una lengua común, algo más difícil y eterno en el tiempo: una civilización.

La frase de Antifonte “Dominar con el arte lo que es superior a nosotros por naturaleza”, representa el sentir de esta época y Atenas fue el centro de la cultura. Ella irradió su saber y su pensamiento al resto de la ecúmene griega.

En la primera mitad del siglo V AC los griegos salieron victoriosos de las Guerras Médicas contra el imperio persa aqueménida, la mayor potencia política conocida hasta entonces. Esta victoria dio a los griegos confianza en sí mismos, en el respeto a la persona y en sus instituciones.
(Grecia después de Alejandro)

LOS MACEDONIOS: FILIPO, ALEJANDRO Y SUS DIADÓCOS.

En el año 359 a C, cuando Egipto perdía su independencia a manos de los persas, accede al trono de Macedonia, por el sistema habitual de la época: una serie de asesinatos en familia, Filipo II.
Macedonia, pequeño reino situado al norte de Grecia, escasamente helenizado, era un pueblo de pastores inculto y osado, pero Filipo había estudiado en su juventud, al ser enviado como rehén a Tebas.
Era valiente, listo, cazador infatigable y llevó una vida desenfrenada, se casó varias veces, poseyó grandes dotes militares, inventó la falange y gobernó casi 24 años y murió asesinado dentro de la más pura tradición.

Filipo fue consciente de su poder militar, pero intuyó que para hacer una gran nación, debía introducir en Macedonia la forma de vida de Tebas y la cultura de Atenas, por lo cual proporcionó a su hijo Alejandro los tres mejores maestros de la época: Leonidas para sus músculos, Lisímaco para la literatura y, sobre todo. Aristóteles para la filosofía. También quiso que Alejandro compartiera esta completa educación con los hijos de sus generales y de las familias importantes de Pella, entre ellos estaba el joven Ptolomeo.

Tras la batalla de Queronea, año 338, contra Tebas y Atenas, Filipo había logrado la unificación política de los griegos en la Liga de Corinto y el acuerdo de declarar la guerra a Persia, antiguo enemigo al que los griegos habían vencido en las Guerras Médicas, pero al que no perdonaban haber devastado algunos de sus templos. Aunque la razón principal de esta guerra era buscar una solución a los graves problemas políticos, económicos y sociales de la población, que la extensión y riqueza del Imperio persa podían facilitar. Esta acción fue truncada por su muerte y sería Alejandro quien la realizaría.

Alejandro Magno:

En el año 336 a C, con 20 años hereda el trono de su padre y dos años más tarde, en el 334, cruza el Helosponto con la intención de liberar del dominio persa a las ciudades griegas de la costa de Asia Menor. En la batalla de Granico vencen al ejército persa, siendo la caballería macedonia la gran artífice de la victoria. Conquista varias ciudades costeras, a las que concede la libertad, tipo polis griegas, e instituye la democracia. Posteriormente fue a Gordio donde deshizo el famoso nudo con un tajo de su espada y pasó a Siria donde de nuevo venció a Darío e hizo rehenes a sus familiares. Conquisto Trípoli, Sidón y Tiro, entrando posteriormente en Egipto donde le consideraron como libertador. Desde Menfis bajo por el Nilo hasta la isla de Faros, al lado de la aldea Rakotis y allí fundó Alejandría. Encargando el proyecto de construcción al arquitecto Dinócrates de Rodas. Fue a Siwa a visitar el templo de Amón, del que su madre aseguraba que era hijo, y allí fue recibido como tal. El gran sacerdote predijo que sería el reconciliador y gobernador de la tierra.
Alejandro abandonó Egipto, atravesó Sira, cruzó el Eufrates y el Tigris y en la llanura de Gaugamela se enfrentó a Darío, que huyó para refugiarse en Media (hoy Irán) Alejandro después de esta victoria tomo el nombre de Rey de Asia y se dirigió hacia Babilonia, donde hizo sacrificios al dios Bel-Marduk, reconstruyó el templo y mantuvo al mismo sátrapa. Posteriormente conquistó Susa, donde encontró grandes cantidades de oro, plata y bronce en moneda acuñada y sin acuñar que rápidamente puso en circulación. En Persepolis quemó simbólicamente el palacio de Darío, siendo este el último acto que hace como Rey de Macedonia y Hegemón de Grecia. A partir de ahora se considera soberano del Imperio Universal, ordena la reconstrucción de la tumba de Ciro, del que ya se considera descendiente y se dirige en busca de Darío, quien atravesando las Puertas Cáspicas, fin del mundo conocido, habida entrado en la provincia de Bactriana y había sido asesinado por Besos.
Con los ejércitos menguados, ya que en cada ciudad conquistada había ido dejando guarniciones, tuvo que alistar soldados persas e iranios, provocando el descontento de los macedonios. Llegó hasta Maracanda (Samarcanda) y Tribacta (Buchara), donde contrajo matrimonio con Roxana según el rito local.
Esto disgustó mucho a la corriente tradicional macedonia. Además Alejandro desde la muerte de Darío había introducido el rito persa de la prosquínesis o flexión de la rodilla, al que los griegos se negaron porque en su cultura sólo se doblaba la rodilla ante los dioses.
Posteriormente se dirigió a la India, conquistó Poros y cruzo el río Hifasis (Beas). Cansados por una campaña tan larga, los macedonios se negaron a seguir hacia una lejanía infinita y Alejandro tuvo que rendirse y para acelerar el regreso dividió la tropa en tres contingentes independientes: uno lo haría por mar, otro tomaría la ruta del interior y él mismo con lo mejor de la caballería iría paralelo a la costa.
Su objetivo ahora era Occidente: Norte de África, Italia, España, pero los macedonios se niegan y esta oposición marca una terrible distancia entre Alejandro y sus generales.
En Susa, con la excusa de unificar los pueblos del imperio, se organizan unas bodas colectivas entre griegos y persas y, sin divorciarse de Roxana, se casa con la hija de Darío, Estatira y con Parisatis, con lo que acepta la poligamia.
Meses más tarde con la muerte de su amado Hefestión se sumerge en una gran depresión, sus razonamientos se enturbian y rayan la locura.
Con Alejandro se inicia, por primera vez en Grecia, la afirmación de la personalidad divina del rey ante la humana de sus vasallos.
Al mes de los funerales de Hefestión murió Alejandro, a los 33 años de edad. La posesión del cadáver confería poder y sus generales así lo entendieron. Se iniciaba para la eternidad el mito de Alejandro.
Dos años más tarde Ptolomeo se adueñaría de él y lo trasladaría a Menfis (Egipto) y construyó en Alejandría una hermosa tumba o Soma, que a finales del siglo III de nuestra era había desaparecido.
(Grecia después de Alejandro)-Myrian Sagarribay

Los Diadocos:

Son los generales y amigos de Alejandro, que se reparten su reino después de su muerte:
Antipatro: Fue nombrado gobernador y jefe de los ejércitos de Europa. Aunque el trono de Macedonia se acordó que fuese para Arrideo el hermanastro deficiente de Alejandro.
Pérdicas: El preferido de Alejandro, después de Hefestión, quedó como superintendente del Imperio de Asia.
Crátero: Jefe de los ejércitos asiáticos.
Ptolomeo: Egipto
Antigono el Tuerto: Frigia, Panfilia y Licia
Leonato: La Frigia Helespóntica
Lisímaco: Tracia
Leomedonte: Siria
Eumenes: Armenia y Capadocia, aun sin conquistar.
Algunos generales, como Seleuco, se habían quedado fuera del reparto, con lo que empezaron las intrigas y luchas entre ellos. La muerte de algunos de ellos, como Perdicas y Cratero, permite un nuevo reparto, adjudicándose a Seleuco la satrapía de Babilonia.

LOS PTOLOMEOS (DINASTÍA LAGIDA)

Ptolomeo I Soter: Compañero de estudios de Alejandro y quizá su hermanastro. Seis años mayor, dominaba en él el sentido estético y una inteligencia lógica que demostró toda su vida. A la muerte de Alejandro, sin permiso del resto de sus generales, trasladó a Egipto sus restos y edificó para albergarlos una maravilloso Mausoleo en Alejandría, que a su muerte fue también su tumba.
Tras 14 años de luchas helenísticas logro la estabilidad política, se nombró rey o faraón y fundó una dinastía, que permaneció tres siglos, a la que se le llamo Dinastía Lágida, por su padre Lagos, Dinastía Ptolomáica y Dinastía XXXII.
Griego en idioma y cultura, quiso ser respetuoso con la religión egipcia. Fusionó el dios más importante egipcio: Osiris – Padre del Todo- y su manifestación terrenal el toro Apis, con los helenos de mayor rango y lo convirtió en Serapis, equivalente a los griegos Zeus o Dionisios y nombró a Alejandro Genio Protector de Alejandría.
Ideó un templo en honor de Serapis en el barrio egipcio de Alejandría, en la antigua Rakotis, que se llamaría Serapeum o Serapeo.
Embelleció Alejandría. Construyo un faro en la isla de Faros que resultaría ser el más bello del mundo “medía 160 m de altura y en su cima ardía constantemente un fuego visible a los navegantes desde 50 ó 60 Km. Unió la isla con la ciudad por un dique de 129 m, consiguiendo dos puertos comunicados entre sí por puentes levadizos, el más importante era del este y allí edificó la ciudad real o Basileia. El Palacio Real lo situó en el cabo Loquia en medio de un parque rodeado de un espléndido jardín y dentro de los jardines reales edificó un templo dedicado a las Musas o Museo, donde los sabios pudieran trabajar en paz, sin molestias, libres de impuestos y mantenidos por el estado.
Deseo convertir Alejandría en el centro de influencia más importante del mundo, en lo comercial, social y sobre todo intelectual. Demetrio Falero plasmo en hechos y palabras la idea helenística de Ptolomeo. Todos los sabios conocidos fueron invitados a trasladarse a Alejandría y se incrementaron los fondos de la Biblioteca con nuevas e importantes adquisiciones.
Él mismo escribió una biografía de Alejandro, hoy desaparecida, que conocemos por la que hizo Arriano cuatro siglos y medios después porque se basó en ella.
Al morir sus súbditos le rindieron honores de divinidad.
Ptolomeo II Filadelfo (el que ama a su hermana). Su padre quiso que fuese instruido por Teofrasto que había sido su preceptor después de Aristóteles, pero este en su lugar mandó a Estraton, físico y su alumno más destacado.
Mató a sus hermanos, continuó la política helenística de su padre terminando las obras públicas y civiles. Durante su reinado finalizaron las guerras entre los diadocos.
Fomentó las artes y las ciencias. Encargó a Manetón escribir una historia de Egipto desde la antigüedad hasta los Ptolomeos.
Durante su reinado los judíos adoptaron el griego como lengua y tradujeron la Biblia al griego, versión de los Setenta.
Valoró la potencia de Roma y firmó una alianza con ella.

Ptolomeo III Evergetes (Bienhechor): Fue el más belicoso de los Ptolomeos. Extendió sus dominios y aporto fabulosos botines a Alejandría. Casado con Berenice, hay de ella una hermosa leyenda: Un día ofreció su cabellera al templo, a cambio de la vida de su esposo, la cabellera desapareció y un astrónomo, señalando unas estrellas, dijo que había sido llevada al cielo por los dioses. Aún hoy a esa constelación la conocemos como La cabellera de Berenice.
Finalizo el Serapeum y ordenó edificar otra biblioteca unida a este templo, como anexo a la Biblioteca del Museo.
Alquiló en Atenas, por una fuerte suma de dinero, los manuscritos de los trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípedes para ser copiados, pero guardó los originales y devolvió las copias.

Ptolomeo IV denominado por antífrasis Filopator, (el que ama a su padre): Se cree que lo mandó envenenar. Asesinó a su madre, Berenice, a su hermana, que también fue su esposa, a su hermano y algún que otro rey.
Depravado y orgulloso dejó el gobierno en manos de ministros que cometieron todo tipo de abusos. Su única cualidad: el amor a las letras. Construyó un templo en honor a Homero, a sus jardines sólo podían acceder poetas.
A su muerte Egipto inicia su decadencia política.

Ptolomeo V, Epifanes (el Ilustre): Tenía 5 años cuando heredó el trono, pero fueron los nefastos ministros de su padre quienes realmente gobernaron. Hubo rebeliones ciudadanas y Siria atacó a Egipto, que tuvo que recurrir a su antiguo tratado de alianzas con Roma, cuya ayuda, nunca gratuita, reportaría pingües beneficios a los romanos.
E Museo y la Biblioteca continuaban siendo el centro cultural del mundo. Era la época de Aristófanes.
El texto de la piedra de Roseta, encontrada por los ejércitos de Napoleón, es una dedicatoria de los sacerdotes de Menfis a Ptolomeo V Epifanes, ensalzándolo por los beneficios recibidos (año 196 a C).
El joven faraón cometió numerosos atropellos y desaciertos y fue envenenado por sus cortesanos cuando tenía 29 años.

Hasta el ocaso de la dinastía Lágida se suceden diez Ptolomeos más, todos ellos sedientos de poder, ambiciosos e inútiles como gobernantes. Egipto ha perdido su influencia política entre los países que configuran el mundo helenístico. Ahora es Roma quien decide, quien pone y quita reyes y quien, aliada o enemiga determina los destinos del viejo Mediterráneo.

Ptolomeo VI Filometor (amigo de la madre): También con 5 años, asume la regencia su madre, que a pesar de ser hija del rey de Siria, teme una invasión, que finalmente se produce y el rey es hecho prisionero. Durante este periodo nombran rey a Ptolomeo VIII Ambos reyes pelearan por el trono y Roma interviene como mediadora.
Hay después un largo periodo de paz.

Ptolomeo VII Eupator, nacido de Padre Ilustre: Tuvo un breve reinado. En guerra con su tío Ptolomeo VIII, el Senado Romano, dispuso que le cediera el trono y que a su muerte lo heredaría nuevamente, pero el día de su boda fue asesinado por Ptolomeo VIII.

Ptolomeo VIII Fiskón (el Hinchado), Kakergete (el Malvado): Repudió a su esposa para casarse con la hija de ella. Huyó a Roma, a su vuelta se reconcilió con la reina. De su segunda esposa Cleopatra II, tuvo dos hijos: Ptolomeo IX y X.

Ptolomeo IX Soter II, Latire y Filometor ,el amor que profesaba a su madre no fue correspondido al preferir al hijo menor e intrigó hasta situarlo en el poder.
Ptolomeo X. Se hizo llamar Alejando I. Violó la tumba de Alejandro, la muchedumbre indignada lo echó del país. Poco después moría asesinado.
Ptolomeo XI- Alejandro II. Su crueldad fue manifiesta. El pueblo le dio muerte a puñaladas en los pórticos del Gimnasio de Alejandría.
Al no tener hijos había nombrado a Roma heredera de Egipto y de sus territorios. Al querer Roma ejercer sus derechos entró en conflicto con Ptolomeo IX, quien se autonombró Ptolomeo XII – llamado: Auletes (tañedor de flauta) , para ganar la voluntad de Roma entregó a Pompeyo fuertes sumas de dinero, producto de un aumento abusivo de impuestos, y aceptó desprenderse de Chipre. Los excesos y condescendencias con los romanos le hicieron odioso ante los egipcios, finalmente le derrocaron y se refugió en Roma, quedando el país en manos de sus dos hijas sucesivamente. De nuevo solicitó el apoyo de Pompeyo y volvió como faraón. Dejó dos hijos, los dos de nombre Ptolomeo y dos hijas, una de ellas será Cleopatra VII.
Ptolomeo XIII y Cleopatra VII: Conforme al testamento ambos hermanos contrajeron matrimonio, el tenia 12 y ella 17. Cleopatra que no consiguió el apoyo de los ministros, fue a Siria en busca de un ejército mercenario para abatir a su hermano. Era ambiciosa, calculadora, poseía una dialéctica muy rica con la que era arrogante en cualquier conversación. Hablaba además de egipcio, griego, latín, hebreo y sirio. Era rubia y de tez clara, maestra en cosmética y sabia en el arte de la seducción.
Roma finaliza una guerra civil. Pompeyo, derrotado por Julio Cesar se refugia en Egipto, cuando se dirige allí, le entregan la cabeza de Pompeyo.
Cleopatra al saber que Cesar está en Alejandría se presenta de incógnito. Al día siguiente está de nuevo en el trono de Egipto, junto con su hermano. Este acuerdo no gustó a los partidarios de Ptolomeo que le declaran la guerra. Cesar ante el temor de quedarse aislado en el palacio, ordena quemar las naves egipcias ancladas en el puerto. El fuego se propaga por el barrio griego y arde la gran Biblioteca.
Cleopatra se queda al lado de Cesar, con los egipcios que le son fieles. Recuperada la situación los romanos persiguen a Ptolomeo que muere ahogado en el Nilo.
Cleopatra se casa con su hermano menor de 8 años y convive con Cesar durante 9 meses. El Senado romano critica a Cesar por estas relaciones y en el año 47 a C, Cesar abandona Egipto. Antes de ir a Roma vence al rey del Ponto (Veni, vidi, vici – llegué, ví, vencí) Por Grecia regresa a Roma. Llevando consigo un calendario, conocido como Juliano en su honor, y que dura hasta el año 1582 de nuestra era. El regreso a Roma es triunfal. Cleopatra va un poco después, con su hermano y con Cesarion el hijo de Cesar. Momento en que Cesar es asesinado.
Antonio, miembro del triunvirato que sucede a Cesar, acude a Egipto en busca de dinero. Cleopatra acude a su encuentro. Las relaciones de Octavio y Marco Antonio se deterioran, se le hecha la culpa a Cleopatra, con quien Antonio ha tenido 3 hijos, dejándoles en su testamento territorios pertenecientes a Roma. Antonio vive en Egipto como un autentico faraón. Después de la batalla de Accio, Antonio se suicida y Cleopatra intenta mantener el trono de Egipto, se reúne con Octavio e intenta seducirle, pero Octavio es de temperamento muy distinto a Cesar y Marco Antonio, y además más joven que Cleopatra. Al no lograr su propósito, se suicida con un áspid.
Con ella termina la dinastía lagida.
El Egipto greco-romano. Pág. 30-66

LOS ROMANOS:

Intervienen en el gobierno de Egipto desde Ptolomeo VI. A la muerte de Cleopatra, Egipto es declarado provincia romana y Octavio su rey. Egipto en esta época tenía una población de 7,5 millones de habitantes y Alejandría 500.000 aproximadamente.
Egipto seguía siendo el granero de Roma, y para preservar sus riquezas, ningún romano podía viajar sin autorización expresa del emperador.
La dominación romana duró seis siglos y se puede dividir en dos etapas: La primera abarca desde Octavio (Augusto) hasta la fundación de Constantinopla, en el año 326 y la segunda desde esa fecha hasta la ocupación persa en el 629 d.C.
El periodo más interesante es el primero y Alejandría sigue siendo la ciudad más importante del imperio, sólo superada en habitantes por Roma, pero inalcanzable en cultura.
En época de Trajano se efectuó la remodelación del intrincado sistema de canales, construidos por los Ptolomeos y de los que dependía el comercio por el mar Rojo.
Su sucesor Adriano viajó dos veces a Egipto, en su último viaje murió allí su amigo y favorito Antinoo.
Durante toda esta época continuaron sin problemas las actividades en el Museo y la Biblioteca. Roma fue también tolerante con todo tipo de religiones y cultos netamente egipcios pasaron a alcanzar gran auge.
Las grandes convulsiones vienen con los Severos. Séptimo, ante la gran expansión del cristianismo por el Bajo Egipto, ordenó, por primera vez, una cruenta persecución. Años más tarde su hijo Caracalla, ante los graves motines surgidos en Alejandría en protesta por los fuertes impuestos, se vengó asesinando a un elevado número de ciudadanos, destruyó el Museo, retiró la ayuda financiera tanto en subvenciones como en salarios, y expulsó a los sabios que no fueran egipcios.
Durante los 50 años siguientes, se restauró el Museo y los sabios regresaron a Egipto.
Un nuevo acontecimiento marca la vida de Alejandría: la reina Zenobia de Palmira ocupa la ciudad y los romanos, bajo el mando del emperador Aureliano, en su lucha destruyen buena parte del barrio Real, ante tal desolación los sabios del Museo se vieron obligados a huir o a refugiarse en el Serapeum del barrio egipcio.
La época de Diocleciano trajo nuevos levantamientos contra los romanos. El emperador acusó a los sabios de haberlos fomentado, ordenó su expulsión, quemó los libros e hizo una brutal masacre entre los ciudadanos.
Pero es a Constantino a quien se debe el ocaso de Alejandría y de Egipto, al formar Constantinopla, quiso que la nueva ciudad fuese el centro del universo romano y al amparo de su esplendor acudieron los sabios, desplazando a segundo término a Alejandría y también a Roma. En el año 395 tiene lugar la definitiva separación del Imperio romano en Oriente y Occidente. Egipto pasa a formar parte del imperio romano de Oriente, cuya capital es Constantinopla.
Los sucesivos años supusieron para Egipto y para Alejandría, un irse apagando lentamente, hasta que en el 619 los persas inician su conquista y 20 años más tarde la ocupan los árabes.
El Egipto greco-romano. Pág. 69 a 76

LOS JUDÍOS

Durante el reinado de Ptolomeo VI, los judíos, incómodos en otros países, se instalaron masivamente en uno de los barrios de Alejandría. Recordemos que, ya anteriormente, en la época de Ptolomeo II, habían adoptado el griego como lengua y traducido la Biblia.
De los tres barrios que configuraban Alejandría (griego, egipcio y judío), en tiempos de los ptolomeos, el judío era inaccesible a quienes no pertenecieran a él. No se mezclaron con otras culturas y esto unido a su influencia política y económica produjo reacciones antijudías en los últimos tiempos de la monarquía y durante el Imperio Romano.
Egipto grecorromano.

“La escuela judía es una de las tres grandes corrientes del pensamiento alejandrino. En primer lugar se llevó a cabo la Versión Septuaginta de la Biblia hebrea al griego. Aunque la leyenda dice que Ptolomeo Filadelfo recluyó a los 72 sabios llegados de Jerusalén en la isla de Pharos (los cuales en veinticuatro horas habrían aparecido con otras tantas versiones del libro sagrado), la realidad es que la traducción llevó muchos años y no se acabó hasta el año 130 AC
El llamado Libro de la Sabiduría de Salomón es una obra literaria de autor desconocido pero buen conocedor de la filosofía estoica y epicúrea y de los ritos egipcios. En él se intenta conciliar la figura lejana de Jehová con el hombre a través de Sophia o Sabiduría. Actualmente se incluye entre los libro Apócrifos del Antiguo Testamento.” – Pág. 41/42 de “Alejandría Mito y Realidad”

Aristóbulo: (año 150 AC) Intentó demostrar la superioridad de la Biblia sobre las doctrinas filosóficas.

Filón de Alejandría: “Con él alcanza su cima la escuela judía de Alejandría. Intentó conciliar el platonismo y el estoicismo con la fe judía. Nació entre el 40/30 AC y murió entre el 40/50 d.C., formó parte de una embajada ante el emperador Caligula de Roma (año 40 d. C), Mediante su doctrina del “Logos” Filón hizo que el Jehová hebreo resultase inteligible y aceptable para los judíos alejandrinos. Para ello recurrió al procedimiento de la alegoría. Tuvo un influjo decisivo en la escuela cristiana, a través de Clemente de Alejandría. Sus escritos fueron históricos, filosóficos, comentarios del Génesis y el Éxodo, y otros escritos (Vida de Moisés, El decálogo, etc.) donde se nota la influencia del género helenístico del “encomión” o panegírico. Su doctrina teológico-filosófica penetró en todas las ramas del neoplatonismo, también en la filosofía árabe y en la propia escolástica cristiana.” – Pág. 42/43 “Alejandría Mito y Realidad”

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LOS CRISTIANOS

En el mismo año que Vespasiano es nombrado emperador, el apóstol San Marcos predicaba en Alejandría una nueva doctrina: el cristianismo. En esta ciudad nada sorprendía y menos una nueva religión, sólo los judíos se dieron por ofendidos, mostrando un antagonismo evidente.
En la época de Caracalla, cuando desaparece la actividad del Museo por unos años, surgen otros núcleos culturales, como la escuela de filosofía de Diógenes, o las diversas escuelas catequísticas promovidas por los cristianos, donde Clemente y su discípulo Orígenes imparten teología y filosofía, posibilitando que Alejandría continuara siendo el primer centro de estudios del Mediterráneo.
En época de Diocleciano fueron cruelmente perseguidos.
Y en el año 391, cuando el cristianismo era religión oficial, el obispo de Alejandría Teofilo, solicitó permiso al emperador Teodosio para arrasar los templos paganos. Él mismo al frente del populacho, se dirigió hacia el Serapeum y, después de leer la orden, destruyó la estatua de Serapis. Sus partidarios, finalizada la destrucción, se dedicaron al pillaje. Sobre el lugar que ocupara el templo con su biblioteca, se erigió una iglesia.
(El Egipto grecorromano. Pág. 72 / 73/ 75 /174)

“La segunda gran corriente del pensamiento alejandrino es el cristianismo. La religión cristiana llegó a Egipto en el siglo I penetrando a través de las comunidades judías, encontrándose con dos formas definidas de vida espiritual: la del Antiguo Egipto, con más de cuatro mil años de existencia (de sus ritos y símbolos tomó préstamos el cristianismo) y el carácter helénico y filosófico de la sociedad alejandrina. Aunque el cristianismo no era filosófico, al introducirse en Alejandría hubo de cimentarse en la filosofía.
¿Cuál es el vínculo entre Dios y el hombre? era la pregunta que los alejandrinos se hacían. Filón había contestado: el Logos, Plotino: la teoría de las Emanaciones. La nueva religión contestó que era Cristo. Lo único innovador fue que negaron la divinidad del gobierno imperial de Roma.
El gnosticismo representa una variante: considera el mundo y la humanidad como resultado de un error: sería la obra de una deidad inferior, el demiurgo que creía ser Dios. Esta escuela alcanza su punto más elevado con Valentino y en el año 150 se había extendido por toda la cuenca del Mediterráneo, extinguiéndose antes de la época de Constantino.
La ortodoxia cristiana primitiva tiene como máximos exponentes a Clemente y a su discípulo Orígenes.
Alejandría – Mito y Realidad – Pág. 44 a 48

Clemente de Alejandría: Vivió en el sigo II. Hay dudas sobre su origen: ¿alejandrino, ateniense?, lo único que sabemos es que viajó mucho: Grecia, Italia, Oriente, Palestina y por último Egipto. El motivo de sus viajes fue la búsqueda de conocimientos.
Tenía una instrucción literaria y filosófica poco común, con un profundo conocimiento de los autores clásicos, sobre todo de Platón. Antes de su conversión, ocurrida a lo largo de sus viajes, había sido iniciado en los misterios de Eleusis. Hacia el año 202 /203 dejó Alejandría a causa de la violencia de la persecución. Murió hacia el 216. Sacó al cristianismo de su oscuridad intelectual.
Cuando llegó a Alejandría en el 180 d.C. la ciudad tenía un millón de habitantes, además de ser el centro cristiano más antiguo dedicado a las ciencias sagradas, se encuentra con la influencia de los gnósticos y del judaísmo, que además de su Biblia traducida al griego poseía ya la obra de Filón.
Había además numerosas religiones y cultos orientales y, aunque los dioses olímpicos estaban ya en decadencia, el orfismo y los cultos dionisiacos alcanzaban Asia y todo Egipto. Seguían teniendo un papel relevante los filósofos eclécticos, la escuela peripatética y el estoicismo, los epicúreos, cínicos, escépticos y neopitágoricos. Todo ello hace que, a pesar de una larga tradición de teólogos apologistas que llega hasta el mismo Clemente y Orígenes, nadie pudiera escapar a la influencia del sincretismo helénico.
Tanto la doctrina de Aristóbulo como la de Filón nos han llegado a través de Clemente.
Orígenes: Era egipcio, probablemente nació en Alejandría hacia el año 185 de padres cristianos, de niño quiso compartir el martirio de su padre en el templo de Serapis. Condiscípulo de Plotino, su pensamiento comparte con la escuela neoplatónica aspectos que le harán rozar la heterodoxia: creía en la preexistencia y rechazaba que el castigo fuera eterno.
Se dedicó sobre todo a perfeccionar la teoría de su maestro Clemente. Decidió castrarse a sí mismo, por lo que fue repudiado y tuvo que abandonar la ciudad. Murió en el año 253 en Cesarea o Tiro.
Su obra “Contra Celso” se considera la obra maestra de la apologética de la antigüedad cristiana antes de “La Ciudad de Dios” de San Agustín. Son ocho libros en los que el autor va rebatiendo a su adversario punto por punto, permitiendo comprender los argumentos que esgrimiría Orígenes en sus discusiones con los intelectuales alejandrinos.
El platónico Celso en su obra “Doctrina verdadera” sostenía que Platón no copió a Moisés, sino que Moisés tomo la circuncisión de los egipcios y su sabiduría de los otros pueblos orientales. Así, el cristianismo no sería más que la corrupción de una corrupción: la corrupción de la doctrina judía. Esta teoría anticristiana continuó con Porfirio y Juliano el Apóstata y, aunque Orígenes la rebatió en “Contra Celso” en el año 248, Eusebio a comienzos del siglo IV continuó la polémica en su Demostración Evangélica.
Págs.45 a49 de “Alejandría Mito y Realidad”

LOS NEOPLATÓNICOS

Aunque los Ptolomeos habían hecho llegar a Alejandría a algunos filósofos para que formaran parte del personal del Museo, la filosofía no arraigó en Alejandría, hasta la época de la desaparición de la dinastía, el neoplatonismo alejandrino surge en el comienzo de la decadencia de la ciudad.
El neoplatonismo era fruto de una doctrina de Platón que, seis siglos antes, había enseñado en Atenas que nuestro mundo es una copia imperfecta de un mundo ideal: ésta fue la doctrina que adoptaron y desarrollaron casi hasta la mística los neoplatónicos de Alejandría. El fundador de la escuela fue Amonio Sacas, pero mayor fama tuvieron sus discípulos Longino, Orígenes y sobre todo Plotino.

Plotino: Nació sobre el año 205 y estudió en Alejandría. Participó en una expedición militar contra Persia, donde se puso en contacto con el zoroastrismo, el hinduismo y el budismo. Después fue a Roma donde permaneció hasta su muerte (270) dedicado a la enseñanza. Su alumno Porfirio reunió sus notas y las publicó en nueve volúmenes “Las Eneadas” que se ocupan del problema de la vinculación de Dios con el hombre: no sólo las cosas provienen de Dios: también luchan para volver a él.
Si los cristianos prometen que el hombre verá a Dios, los neoplatónicos piensan que el hombre será Dios.
La escuela siguió floreciendo durante todo el siglo IV. Con Hipatia y con su padre Teón, expira en Alejandría el neoplatonismo.
Hipatia: Matemática. Ultima directora de la Biblioteca, fue martirizada por los monjes cristianos en el templo de Serapis
Pág. 51 “Alejandría mito y realidad”


6. Producciones

CIENCIAS: Matemáticas, Física, Astronomía, Astrología, Medicina.
Los largos viajes por mar de los alejandrinos necesitaban un mayor conocimiento de la geografía, los métodos de medición del tiempo y las técnicas de navegación, mientras que la competencia comercial generó el interés por los materiales y por el rendimiento de la producción. La ciencia pura siguió cultivándose, pero también hizo su aparición la ciencia aplicada.
Los aparatos mecánicos creados por los alejandrinos resultan sorprendentes: bombas para elevar agua desde pozos y cisternas, poleas mecánicas, cuñas... La fuerza del vapor se empleaba para conducir un vehículo a lo largo de las calles de la ciudad durante la procesión religiosa anual; la fuerza del agua accionaba un órgano musical y trazaba figuras automáticamente en una fuente, el aire comprimido se usaba para hacer funcionar un cañón.
Para las mediciones astronómicas se inventaron nuevos instrumentos mecánicos, incluido un reloj de sol muy perfeccionado. Tenían un conocimiento avanzado del sonido y de la luz; conocían la ley de la reflexión y de la refracción que aplicaron a la construcción de espejos y lentes.
El desarrollo de la metalurgia permitió el mayor conocimiento de la química. Los venenos fueron una especialidad y la medicina floreció en parte gracias a que la disección del cuerpo humano estaba permitida, al contrario que en la Grecia clásica.
Desarrollaron la aritmética y el álgebra. La geometría alejandrina se dedicó principalmente a la obtención de resultados útiles para el cálculo de longitudes, áreas y volúmenes. Usaron los números irracionales y desarrollaron la trigonometría esférica.
Alejandría Mito y Realidad.- Pág..53

Euclides : Vivió y enseño en Alejandría en torno al año 300 AC Los “Elementos” es su obra más famosa. A él se debe la elección del sistema de axiomas, la ordenación de los teoremas y el rigor de las demostraciones. No contamos con manuscritos suyos, sus escritos han tenido que ser reconstruidos a partir de comentarios y notas de otros autores.
Los Elementos constan de trece libros. Los libros de I al IV tratan de las propiedades básicas de figuras rectilíneas y círculos. El libro V, está considerado el más importante de la geometría euclidiana: la teoría de las proporciones, con la que se inicia una nueva teoría general de las magnitudes. El libro VI trata de las figuras semejantes y utiliza las propiedades de los números enteros. El libro X clasifica en tipos las magnitudes inconmensurables. Los libros XI al XIII tratan la geometría de los volúmenes.

Arquímedes: El mayor matemático de la antigüedad. Vivió entre el 287 y el 212 a.C, nació en Siracusa, asentamiento griego en Sicilia, y se educó en Alejandría. Volvió a Siracursa donde murió. Sus trabajos incluyen el cálculo de áreas y volúmenes, el cálculo del número “pi”. En mecánica calculó los centros de gravedad de varias figuras planas y sólidas y dio teoremas sobre la palanca. La parte de la hidrostática que trata del equilibrio de los cuerpos que flotan en el agua fue creada por él. También tiene fama de buen astrónomo.

Eratóstenes: Astrónomo, geógrafo, matemático, poeta y filosofo, nació en Cirene hacia el 284 y murió en Alejandría hacia el 192 AC Fue invitado a Alejandría por Ptolomeo III Evergetes como preceptor del heredero Ptolomeo Filopator, cargo que compaginó con el de director del Museo y la Biblioteca.
Se le considera el primer gran geógrafo alejandrino. Recopiló todo el conocimiento geográfico del momento y realizó numerosos cálculos de distancias sobre la Tierra entre ciudades importantes. Escribió una Geografía en la que incorporó los métodos y resultados de sus cálculos e hizo un mapa del mundo.
Como matemático se le conoce por su celebre “criba” para encontrar los números primos. Fue el primero en medir de un modo exacto la longitud de la circunferencia de la tierra.
Se le atribuyen los Catasterismos, que según la definición de Ruiz de Elvira es la conversión de un personaje mitológico en constelación.

Apolonio de Perga. 262-190 AC Es conocido como “el gran geometra”. Estudió matemáticas en Alejandría con los discípulos de Euclides.

Pappo de Alejandría. Seguramente vivió en la época de Diocleciano, siglo III-IV de nuestra era. Su Colección Matemática, constituye el documento más importante que poseemos para el estudio de la historia de las matemáticas en la Antigüedad.

Estrabón : 58 AC al 25 d. C. Trabajó en el Museo. Geógrafo.

Aristarco: Primer gran astrónomo alejandrino. Su obra “Sobre el tamaño y las distancias del Sol y la Luna”, de la que tenemos manuscritos en griego y en árabe, es el primer gran intento de medir las distancias entre el Sol y la Luna desde la Tierra. Es famoso por haber sido el primero en proponer la hipótesis heliocéntrica.

Tolomeo: Años 90-168 Su obra Almagesto supone la culminación de las investigaciones alejandrinas sobre trigonometría. Su “Geografía vetus et nova” es el primer atlas y diccionario geográfico de la humanidad, donde se dan la latitud y longitud de 8000 lugares de la Tierra, siendo la obra de referencia típica durante cientos de años.
Pág. 53-62 “Alejandría, Mito y realidad.


LITERATURA

En el Museo y la Biblioteca trabajaron filólogos y gramáticos, entre los que se encuentran los bibliotecarios Zenodoto de Efeso, Apolonio de Rodas, Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia.
Durante algún tiempo se achacó a la literatura alejandrina su superficialidad, barroquismo y refinamiento, considerándola como una literatura de decadencia. Es innegable que no le interesaban los problemas metafísicos. Se buscaba no sólo la aprobación de los reyes, sino también de los intelectuales a quienes la cultura, el rango y la fortuna hacían capaces de apreciar las delicadezas del arte, la consideración de la belleza del universo como un decorado, las delicias del estudio y los deleites del amor y del vino. En relación con la Grecia clásica, el cambio es importante: el poeta que inventa un instrumento para expresar lo inexpresable ha sido sustituido por el hombre culto que posee un instrumento de expresión y se propone utilizarlo de una manera impecable.
Pág. 63 – Alejandría Mito y Realidad.

Ya en época romana apareció un nuevo género: la novela, muy popular y de larga vida, aunque no fue reconocida como obra literaria sobresaliente y no mereció la atención de filólogos. Iban dirigidas a un publico general, entre el figuraban mujeres y sus temas principales eran la descripción de diversas regiones y el amor ardiente entre dos jóvenes a los que la fortuna separa, pero que al final terminan reuniéndose. Fue la reacción natural de la gente frente a la literatura minoritaria de los alejandrinos. Muchas obras se han perdido, de otras han aparecido fragmentos en las arenas egipcias.
La biblioteca de Alejandría – Pág. 43.

HISTORIA

En la primera época de la dominación romana Estrabon, historiador y geógrafo, hace una expedición al Nilo, transmitiéndonos muchos de los conocimientos que hoy poseemos del Egipto de entonces.

ARTE

El arte se desarrolló de manera espléndida durante la época helenística favorecido por las necesidades suntuarias de los reyes, la opulencia de las grandes ciudades y la existencia de una clase superior muy rica. Un florecimiento sin igual en la historia experimentaron el urbanismo y la arquitectura porque la población urbana creció frente a la rural y fueron numerosas las ciudades de nueva planta que se crearon y muchas las antiguas que se ampliaron y embellecieron. La civilización helenista fue fundamentalmente urbana.
El trazado de las nuevas ciudades, respondía a un plan geométrico, se hacía a base de dos calles principales que se cruzaban en vertical, en cuyos extremos estaban las puestas de la ciudad, y una serie de calles paralelas a ellas más estrellas.
Abundan las construcciones públicas: teatros, gimnasios, estadios, centros educativos, y culturales, pórticos, sotas, etc. y en lugares céntricos: fuentes, estatuas y obeliscos conmemorativos.
Los grupos escultóricos tienen como tema las representaciones antropomórficas de ciudades y de ríos, también leyendas dramáticas, porque el arte helenístico, frente a la serenidad del clásico, se sintió atraído por el mundo interior de las personas, pasiones y sentimientos.
Se hicieron numerosas y notables esculturas como la Victoria alada de Samotracia, la Venus de Milo, o el Púgil sentado.
El arte estuvo también al servicio de las personas y abundaron los retratos de personalidades famosas, reyes y magnates, que adornaron lugares públicos, palacios y viviendas.
Característico de este arte son las Tanagras, pequeñas figuritas de terracota. También lo es la aparición del desnudo femenino, el interés por lo grotesco, por enanos, figuras contrahechas, viejos y viejas, pícaros, gente humilde de la calle, lo que se ha llamado arte de género, y la producción de objetos graciosos y refinados.

FILOSOFIA

Los filósofos helenísticos se despreocuparon de la política y se centraron en la conducta personal, siguiendo el planteamiento moral de Sócrates.
Los estoicos exaltaron las virtudes recogidas más tarde por el cristianismo, como la justicia y la templanza. El hombre, además debía apartarse de las emociones, apatheia.
Los epicúreos pensaban que el hombre buscaba el placer físico y huía de los sentimientos. El placer era la esencia de la vida feliz, posible con una vida sencilla, sin preocupaciones, buscando la ataraxia, la imperturbabilidad.


RELACIÓN

1. Estudio sobre la época helenística. Fundación de Alejandría. Creación y desaparición del Museo y de la Biblioteca.

Helenismo

Es a mitad del siglo IV AC, cuando empiezan a delinearse los perfiles integradores del mundo griego con la cultura oriental. El aumento de población en la península y la escasez de recursos obligaron a muchos helenos a emigrar a ciudades de Asia Menor, Fenicia, Egipto... dando lugar, poco a poco, a una cultura greco-oriental. También la expansión del comercio marítimo hacia estos lugares será la cinta que transporte, en ambos sentidos, dos culturas diferentes con vocación integradora. A todo este proceso se añadirá luego la expansión llevada a cabo por Alejando y sus generales y será entonces cuando los diferentes mundos culturales alcancen el máximo de su fusión.

Al morir Alejandro y repartirse el reino sus generales, los griegos se derramaron por amplios territorios y en las viejas ciudades y en las nuevas que crearon, implantaron, dada su consideración de clase superior, la lengua, las formas de vida, el pensamiento y, en una palabra, la cultura griega.
Nació así el mundo helenístico con una cultura uniforme que ha de perdurar muchos siglos , en un momento propicio cuando los griegos pudieron llevar a otros pueblos su talante y las grandes consecuciones culturales que habían alcanzado en los siglos quinto y cuarto: el teatro, la filosofía, la retórica, la historia y el are (pintura, escultura, arquitectura).

Un moderno estudioso del siglo XIX, Droysen, por equivocación en sus traducciones del griego, denominó HELENISMO o HELENISTICO a todo este periodo histórico, calificativo genérico hasta entonces utilizado para diferenciar a los primeros cristianos que hablaban griego de quienes lo hacían en hebreo.
Grecia después de Alejandro. Pág.23/24.

Fundación de Alejandría

El historiador Arriano, proporciona la información más antigua sobre la fundación de la ciudad. Fue idea personal de Alejandro que encontró el lugar, muy conveniente por el clima, apropiado para establecer una ciudad con un gran futuro económico y político y como enlace del mundo egipcio con el griego.
El mismo, señalo el emplazamiento de los principales lugares de la ciudad y de las murallas. Parte del terreno estaba ocupado por una pequeña población egipcia. El nombre de esta aldea, Racotis, se conservo en el de un barrio de la ciudad.
El arquitecto Dinocrates de Rodas recibió el encargo de diseñar la nueva ciudad y en el proyecto se ajustó a la idea de Hipodamo de Mileto, con dos grandes calles perpendiculares, de treinta metros de anchura, que empezaban y terminaban en sendas puertas de la muralla. Paralelas a estas calles principales se alineaban otras secundarias con lo que resultaba un plano cuadriculado.
En el mar, aproximadamente a un Km., había una isla: Faros, a la que ya Homero citaba en al Odisea. Quedó unida al continente por un sólido malecón y dio lugar a dos grandes puertos.
La ciudad fue dividida en 5 barrios, que llevaban el nombre de las primeras letras del alfabeto. La población era diversa: griegos, persas, galos, egipcios, y especialmente semitas, entre los que ocuparon después un lugar destacado los judíos por la fuerza que les daba el mantenimiento de su unidad cultural.
Conducciones subterráneas llevaban el agua del Nilo a las casas, donde se depositaba, posaba y clarificaba en cisternas abovedadas. Las calles se adornaban con obeliscos y estatuas y contaban con porches para permitir pasear a los caminantes al resguardo de los rigores del sol y en los que los comerciantes establecían sus puestos.
La biblioteca de Alejandría. Págs. 46 –49

Es obvio que la parte monumental de la ciudad se concibió al gusto griego. En cuanto a las viviendas de uso familiar de gentes acomodadas, pronto asimilaron la parte óptima egipcia y se rodearon de espléndidos jardines, donde no faltaban las fuentes.
Las casas de la clase media y baja griega se aclimataron rápidamente al habitat egipcio, no muy diferente al suyo de origen. La constancia en las costumbres durante generaciones, en un país tan inmovilista como Egipto había depurado todo lo relacionado con el día a día.
Sus casas tenían varias plantas, distribuidas racionalmente y con cierta comodidad. Planta baja dedicada a la manutención: despensa, fuego, etc. Primer piso: comedor, dormitorio o sala relacionada con la profesión del jefe de familia y tercer piso se utilizaba como silo, deposito de herramientas, de armas o simplemente como almacén.
Egipto greco-romano –Pág. 91
Nota: Curiosamente los tejados actuales están llenos de materiales diversos.


Creación y desaparición del Museo y de la Biblioteca

En Estrabón se encuentra la primera descripción que ha llegado a nosotros del Museo.
Curiosamente, la Biblioteca más importante de la antigüedad no dispuso de un edificio notable, al menos tan noble como su compañero el Museo. Ni de algo tan esencial, según nuestras ideas, como una sala de lectura. Ni llegó a reunir los cientos de miles de libros que la tradición le atribuye, que tampoco perecieron en el fuego, según cuentan las leyendas.
La importancia de la Biblioteca se debió a la colección de libros y a los estudiosos que en ella trabajaron.
La actividad del Museo y de la Biblioteca de Alejandría fue posible porque el libro escrito al servicio de la lectura individual se había desarrollado durante el siglo IV en Grecia y permitió a los Ptolomeos invitar a su corte a los escritores griegos más destacados para que vivieran sin preocupaciones económicas en el Museo y trabajaran con los libros que se encontraban en la Biblioteca, prácticamente todos los escritos en el mundo griego.
La intención de los reyes no fue sólo altruista. Aspiraban a ocupar un papel hegemónico en la política y cultura griegas, que no se asentaban ahora sólo en la península y en las islas.

El Museo: Construcción dedicada al culto de las musas (las nueve hijas de Zeus, responsables de la inspiración de poetas, músicos, filósofos, científicos, etc). Platón en la Academia y Aristóteles en el Liceo, se preocuparon de consagrar bosquecillos, altares, templos dedicados a ellas, por lo que no es raro que los Ptolomeos dieran ese nombre a una institución destinada a albergar y facilitar la labor intelectual de poetas y estudiosos.
Según Estrabón el Museo estaba incluido entre los recintos de palacio, en el barrio Bruquión y cerca del mar. Tenía un pórtico para pasear, una exedra y un amplio comedor. Todos los huéspedes compartían las instalaciones y uno de ellos era el sacerdote del Museo y presidía la institución, brindándoles la posibilidad de llevar una vida sin preocupaciones materiales, con tiempo para el diálogo, la lectura y dar a conocer sus pensamientos oralmente o por escrito. No conocemos sus obligaciones, pero al estar allí para mayor gloria de la dinastía, los que no eran simpáticos ni ingeniosos corrían el peligro de que les retiraran la invitación.
Pudo ser creado por uno de los primeros Ptolomeos, posiblemente el padre: Ptolomeo I Soter, pues en sus viajes en tierras de los viejos imperios había comprobado que la cultura literaria se concentraba en centros de carácter religioso, donde sus miembros se dedicaban con exclusividad a tareas intelectuales. Estas instituciones habían servido durante milenios como fuerza ideológica para educar al pueblo y reforzar la cohesión social, asegurando la pervivencia de las estructuras sociales. Su utilidad en este sentido fue reconocida por el cristianismo posterior, cuyos monasterios cumplieron estos mismos objetivos socioculturales durante la Edad Media.
También respondía a un viejo deseo, muy enraizado en el alma griega, de alcanzar la inmortalidad por el canto de los poetas.
Posiblemente le motivaron también razones políticas. Aunque su monarquía era griega, cabía el peligro de que la imagen de su helenismo se deteriorara por el peso de la cultura de Egipto, reconocida y admirada por los griegos. De aquí su interés en revalidar ante ellos la antigüedad y bondad de la cultura egipcia: Encargó a Maneto una historia egipcia en griego y favoreció la obra de Hecateo de Abdera, Egipcíaca, en la que se defendía la antigüedad histórica y la superioridad moral de la cultura egipcia, de la que la griega era una simple derivación. A pesar de estas medidas, el peligro podía alejarse de una forma más segura poniéndose a la cabeza de la cultura griega.
Hay otra razón política de orden interno: Ptolomeo creó un reino griego en un país que tenía, y mantuvo viva, una cultura milenaria, de la que se sentían justificadamente orgullosos sus súbditos indígenas y con la creación de una gran institución cultural griega, como el Museo, se podría equilibrar y superar el peso cultural de los nativos.

El Museo es una institución original que recuerda a los centros atenienses, así como a la casa de sabiduría mesopotámica o a la casa de la vida egipcia, sin ser copia de ninguno de ellos.
El trabajo en el Museo se centraba en la investigación científica (matemáticas, astronomía, medicina y geografía) y en la filológica: fijación de los textos de las grandes obras, análisis de sus cualidades y establecimiento de categorías selectivas entre los cada día más numerosos autores, e incluso, entre las obras de un mismo autor. Es el famoso canon.
Esta investigación científica y filológica era característica de los centros mesopotámicos y egipcios.
La especulación filosófica fue escasa en el periodo tolemaico, quizá por el gran prestigio que en ese momento tenían las escuelas atenienses o más bien por no ser un lugar que garantizase la independencia del análisis filosófico, sólo cuando Alejandría está bajo el influjo político romano y ha decaído el poder de los reyes, vivieron en ella filósofos importantes, como Filón de Larisa y Antíoco de Ascalón, cuya influencia se dejó sentir, más que en la propia Alejandría, en Roma y en el círculo de Cicerón y sus amigos.

La Biblioteca. Debió de surgir como consecuencia de la fundación del Museo, para que sus miembros dispusieran de una colección de libros, elemento valioso de trabajo e imprescindible en la nueva ciudad, que no disponía de libros griegos, al menos en la cantidad suficiente para atender las necesidades de los eruditos e investigadores que en ella iban a trabajar.
Hay poca información sobre el edificio e instalaciones y sobre su fundación, quizá fuese sólo una dependencia del Museo. Lo que sí sabemos es que no era como una biblioteca actual. No precisaba de una sala de lectura. La mesa para leer surge en la Edad Media como consecuencia del abandono de la forma del rollo y la adopción de la de códice. Posiblemente la lectura se hacia paseando por los pórticos o sentados en los bancos de una exedra o de los jardines. Tampoco precisaba, ni jamás probablemente dispuso de ellos, grandes depósitos. Para guardar los libros, que no fueron tantos, bastaban unas pequeñas habitaciones, que permitían además conservarlos ordenados, en nichos y cestas, dentro de determinados grupos para facilitar su localización.
La palabra biblioteca evolucionó de mero depósito de libros a institución que adquiere libros apropiados a una finalidad y los guarda con un cierto orden para facilitar su rápida localización y consulta.
El documento más antiguo conservado sobre la fundación de la Biblioteca es la Carta de Aristeas a Filocrates, escrita quizá en el s. II por un judío alejandrino, en la que al hablar de la primera traducción al griego de la Torá o Ley, origen de la célebre versión de los LXX, atribuye esta traducción a una idea de Demetrio de Falero, director de la Biblioteca, que propuso al rey Tolomeo la conveniencia de que los libros sagrados de los judíos se incorporasen al fondo bibliográfico, que sobrepasaba ya los 200.000 volúmenes existiendo el proyecto de llegar al medio millón.
Hay dudas sobre la identidad del rey, unos autores hablan de Tolomeo I, otros creen que el texto se refiere a Tolomeo II. Al hablar de Demetrio Falero es más probable que el rey fuera Tolomeo I, ya que su hijo Tolomeo II Filadelfo fue el que le desterró. El atribuir la fundación de la Biblioteca y del Museo a Tolomeo II Filadelfo posiblemente se deba a que su reinado es considerado como el más brillante de la dinastía lágida.
Lo más probable es que la idea de la fundación de ambas instituciones partiera de Tolomeo I Soter y fuera desarrollada y perfeccionada por su hijo o por sus nietos. La idea de la Biblioteca como complemento natural del Museo es posible que la tuviera Tolomeo I, influido por los templos mesopotámicos o egipcios e incluso por saber del empeño de Asurbanipal, del que sólo le separaban tres siglos, de recoger todos los viejos libros mesopotámicos en su biblioteca de Nínive.
El obispo Epifanio (siglo IV), al hablar de la traducción de la Biblia de los LXX, dice que fue depositada en la primera Biblioteca, situada en el Bruquión, añadiendo que después fue construida otra más pequeña en el Serapeo, que fue llamada hija de la primera.
El templo en honor de Serapis, dentro del barrio de Racotis, donde estaría la segunda Biblioteca, según las excavaciones recientes y al menos en su última y grandiosa forma, se atribuye a Tolomeo III Evergetes.
La intervención de Demetrio Falero en los momentos iniciales de la Biblioteca, durante el reinado de Tolomeo I Sóter, tiene todas las probabilidades de ser cierta., por sus grandes conocimientos bibliográficos y la experiencia adquirida en el Liceo sobre la utilización de los libros para la investigación científica y para la formación intelectual.
Si no fue el primer director, fue al menos el que fijó los criterios de selección y las primeras normas para su ordenación y utilización.
La Biblioteca continuó creciendo durante todo el reinado de los Tolomeos. El reinado de Tolomeo VIII supuso el cierre del ciclo de brillantes colaboradores y de famosos directores. A partir de este momento Alejandría dejo de ser la capital intelectual del mundo griego, puesto que había arrebatado a Atenas y conservado durante siglo y medio.
La emigración de sabios a otras ciudades benefició la educación, ya que los sabios al perder las rentas que tenían en Alejandría tuvieron que dedicarse a dar clases para ganarse la vida y de sus enseñanzas se beneficiaron muchas personas. Es en esta época cuando dos ciudades, Pérgamo y Rodas adquieren gran importancia.
La estrecha relación que tuvieron los Tolomeos con el Museo y la Biblioteca, explica la leyenda que hace coincidir la destrucción de la Biblioteca con el final de la dinastía. El dato de que el incendio ordenado por Cesar, de los barcos que había en el puerto de Alejandría, al extenderse alcanzó a la Biblioteca aparece por primera vez en Séneca en el año 65 d.C. Cesar en la “Guerra Civil” habla de la quema de barcos pero no de la destrucción de la Biblioteca.
Hircio, amigo de Cesar en “La guerra de Alejandría”, tampoco lo menciona, dice que Cesar ordenó derribar unos edificios fronteros al palacio para dejar un espacio libre entre éste y el resto de la ciudad en poder de los enemigos, declarando incluso la incombustibilidad de los edificios de la ciudad hechos de piedra, mármol y argamasa, y en los que ni los techos ni los suelos eran de madera.
Tampoco lo cita Cicerón, contemporáneo del acontecimiento, ni Estrabón que vivió en Alejandría unos años después e incluso debió de trabajar en la propia Biblioteca. Es raro, si se produjo, no hallar en ninguno de ellos un comentario sobre la destrucción de la Biblioteca más importante de la época.
La primera noticia completa del incendio total de la Biblioteca se encuentra en Plutarco que, siglo y medio después, afirma en Vida de César que “el incendio se propagó de las naves a la célebre Biblioteca y la consumió”
Las menciones de los escritores sobre el incendio son tardías y parecen deformadas: gran diferencia en el número de libros, confusión de la pequeña biblioteca del Serapeo con la grande del Museo y un dato revelador recogido por dos de ellos: lo quemado fueron unos rollos que estaban almacenados en los muelles (Egipto exportaba papiro a Roma en grandes cantidades).
Lo cierto es que la Biblioteca y el Museo remontaron esta posible crisis y pasaron a ser los emperadores romanos sus protectores, durante al menos los dos primeros siglos, la de Adriano fue extremadamente generosa. Pero es de suponer que la ayuda económica fuera disminuyendo.
La rebelión de los judíos contra Trajano, en el siglo II, pudo afectar a la Biblioteca, ya que surgió y fue sofocada con gran violencia. Más graves y de mayores consecuencias fueron las luchas que se produjeron en la segunda mitad del siglo III, la situación económica del imperio había empeorado y el interés de los emperadores, por ambas instituciones, disminuido.
La guerra de Valeriano contra Zenobia, reina de Palmira, para recuperar Alejandría destruyó gran parte del barrio Bruquión donde estaba la Biblioteca, en el año 272 d C.
Aunque es probable que esta destrucción se llevara a cabo más tarde, con Diocleciano, en el año 296, que personalmente conquistó Alejandría, sublevada, después de un duro asedio de ocho meses.
El siglo IV fue un mal siglo para la Biblioteca y para Alejandría, Constantino trasladó la capital a Constantinopla y al proteger al cristianismo, la Biblioteca y el Museo creados al servicio de la cultura clásica pagana quedaban desprotegidas, bajo un régimen político que perseguía esa cultura.
El cristianismo fue además para los egipcios, que se sentían sojuzgados por los griegos, un cauce de sus sentimientos nacionalistas y dejaron de sentir como propios el Museo y la Biblioteca, por su doble carácter de helénico y pagano.
En la época del emperador Teodosio (375-395), empeñado en acabar con la herejía y el paganismo, es posible que se produjera el cierre del Museo y de la Biblioteca, ya que según la Suda, enciclopedia compuesta en Bizancio a finales del siglo X, el último huésped del Museo fue el matemático Teón, que vivió en la segunda mitad del siglo IV. Pero su desaparición no supone necesariamente la de las colecciones de libros que hubieran podido salvarse de guerras anteriores.
Ocupaba entonces la sede de Alejandría el obispo Teofilo que consiguió que el emperador le autorizara la destrucción del Serapeo en el año 391.Teofilo, hombre muy culto y degustador de los escritos clásicos, que tomó la iniciativa de destruir el templo y los elementos de culto, no pudo dar el mismo trato a los libros, que posiblemente fueron trasladados a lugar seguro o que la destrucción no afectara a las instalaciones de la biblioteca del templo, la llamada biblioteca hija.
Destruidos los templos y perseguido el culto de los dioses, no lo fueron las personas. El caso de Hipatia, hija del matemático Teón, fue una excepción. Hipatia fue una de las inteligencias más sobresalientes de su tiempo, con ideas platónicas y buena matemática sus clases gozaron de justa fama. Su amistad con Orestes, prefecto de Alejandría, enfrentado a Cirilo, sobrino y sucesor de Teofilo, la hizo impopular. Fue sacada de su coche, en plena calle y arrastrada por el suelo hasta una iglesia próxima, donde murió a causa de los golpes recibidos.
Los estudios clásicos no tardarían en desaparecer en este ambiente, por lo que es absurdo pensar que el fin de la biblioteca fue en época musulmana. La leyenda de que el general Amrú, conquistador del país destruyó y quemo los libros de la Biblioteca, después de consultar al califa Omar, quien contesto que si estaban de acuerdo con el Coran eran inútiles y si tenían algo en contra debían destruirse, por lo que fueron el combustible para las casas de baño durante seis meses, pudo nacer de la gran impresión y desconfianza que debieron tener los analfabetos árabes al encontrarse con numerosos rollos de papiro y por otro lado por la necesidad de explicar la desaparición de la Biblioteca, cuya existencia se conoció más tarde en el mundo musulmán, cuando se tradujeron las obras de los grandes filósofos y científicos al árabe.

La biblioteca de Alejandría. – Pág. 8 / 9 / 72 a 124

2.- Conexiones con otras ciudades helenísticas y con otras bibliotecas.

La época helenística es el periodo histórico en que por primera vez el libro circula ampliamente a través de las fronteras políticas y entre las diversas clases sociales.

Seleucia:

Seleuco, que había heredado la satrapía de Babilonia, y que extendió su reino a Siria y a gran parte de Asia Menor, gracias a sus victorias con otros diadocos, helenizó su reino y creó nuevas ciudades con un gran auge cultural. Trasladó la capital a Antioquia y a pesar de ser la monarquía seleucida un reino griego, la milenaria cultura mesopotámica experimentó un renacimiento. Los templos reconstruyeron las antiguas bibliotecas de tabletas cuneiformes, copiando viejos textos que las guerras habían diseminado y añadiendo otros nuevos, especialmente científicos (matemáticos, astronómicos, léxicos, etc. ( y religiosos (rituales, himnos, etc.). El contacto de las dos culturas produjo una simbiosis y fundamentalmente un enriquecimiento de la ciencia griega en astronomía, medicina y matemáticas.

Pérgamo

El reino de Pérgamo, situado en la región occidental de Asia Menor, donde se encuentra Troya, de corta vida (siglo y medio), tuvo gran peso en el mundo del arte y del libro porque sus reyes, llamados Atálidas (de Átalo) dispusieron de enormes riquezas, que utilizaron para conseguir amistades y prestigio dentro del mundo griego, incluso con espléndidos donativos a las viejas y prestigiosas ciudades. Embellecieron la capital con hermosos monumentos, la dotaron de una gran biblioteca que sólo cedió en fama en al antigüedad a la de Alejandría y, como los Ptolomeos, acogieron en su corte a hombres prestigiosos por su saber.
La simpatía de los reyes hacia Roma llegó al extremo de que el último, Átalo II, al morir legó su reino al pueblo romano, 133.
La biblioteca fue fundada, según Estrabón, por Emenes II, primera mitad del siglo II. No sabemos el numero de volúmenes de su colección, la leyenda, poco verosímil, dice que Antonio regaló a Cleopatra 200.000 volúmenes de Pergamo para compensar las pérdidas que el incendio, provocado por Cesar, había ocasionado en la Biblioteca de Alejandría. Su fama fue grande y llegó a creerse que fue en Pérgamo donde se inventó el pergamino. Con mucha anterioridad se habían usado las pieles, como material de escribir, pero lo que parece cierto es que el nuevo nombre procede de la ciudad, en la que se fabricaron pieles para escribir en gran escala, pues no disponían de papiro abundante, como en Egipto, que no tenía interés en facilitarlo.
Aparte de las bibliotecas de Pérgamo, Alejandría y Antioquia, también hubo otras notables creadas en sus capitales por los reyes, como los macedonios en Pella, Hieron en Siracusa y Mitrídates en el Ponto.

PROCESO

1. La Cultura en la época helenística.

Debido a la protección que la dinastía de los Ptolomeos dispensó a la cultura, en Alejandría confluyeron numerosos eruditos gracias a cuyo esfuerzo los autores griegos clásicos, a base de ser estudiados y comentados, fueron transmitidos a la posteridad-
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2. Cómo se desarrolla

Hay pocas noticias sobre las adquisiciones de libros para la Biblioteca. Ateneo da la noticia de la compra de una gran colección de libros a Neleo por parte de Tolomeo II Filadelfo.
Plutarco, en Vida de diez oradores, cuenta cómo Tolomeo III solicitó en préstamo a los atenienses los originales de las tragedias de Esquilo, Sófocles y Euripides, dejando como garantía del préstamo 15 talentos, que prefirió perder devolviendo las copias y quedándose con los originales.
Galeno cuenta que un valioso ejemplar de Homero, que perteneció a Alejandro, corregido por Aristóteles, se guardaba en un precioso cofre conseguido en Persepolis. También detalla el embargo de los libros que se encontraban en los barcos que llegaban al puerto de Alejandría. Llevados a la Biblioteca y copiados, los originales quedaban en la Biblioteca y se devolvían las copias.
La Biblioteca contaba con un taller o escritorio para la copia de libros. Y posiblemente había unas normas para su formato: anchura columnas, número de líneas por columna, etc. que posiblemente influyeron en toda la producción de libros en la Antigüedad.
Una vez en la Biblioteca las obras se almacenaban con una etiqueta, en la que constaba la procedencia, autor, vendedor, lugar de adquisición, etc. Posiblemente se ordenaban por el nombre del autor, y se colocaban juntos todos los ejemplares de una misma obra.

Fue una biblioteca griega y la práctica totalidad escrita en griego y de autor griego. Habría también traducciones de tabletas cuneiformes y papiros egipcios, principalmente de obras científicas, y posiblemente obras religiosas.

3. Influencias

Muchas tradiciones y costumbres a lo largo de los siglos tienen su origen en este periodo helenístico. Por ejemplo comentaremos algunas:
Eúmenes, secretario de Alejandro, cuando decidió conquistar su herencia (Armenia y Capadocia, aún no conquistadas) realizó la siguiente ceremonia:
Convoco a una reunión a sus compañeros para solicitar su colaboración y puso en el centro de la sala un trono de oro con un cetro y una corona e impuso a los generales, tras la quema de incienso, efectuar la genuflexión de rodilla o prosquinesis. Esto será norma en Roma a partir de Cesar. Más tarde lo adoptará el cristianismo durante los Concilios de Efeso y Nicea, en donde se colocó un trono con la Biblia y se rindieron los mismos honores, y continuó, como ritual, hasta bien avanzada la Edad Media (Grecia d. Alejandro- Myriam Sagarribay- Pág. 62).

Pero la gran influencia fue la actividad cultural desarrollada en Alejandría en esta época:
en la Biblioteca nació el concepto del libro escrito actual. Los alejandrinos trataron de garantizar la corrección del texto del autor, facilitar su conservación, permitir su multiplicación y el acceso a la lectura en cualquier lugar y tiempo.
En pocos periodos históricos la cultura intelectual ha alcanzado cotas tan elevadas como las logradas en la Grecia Clásica, cuyo pensamiento filosófico y literario influyeron poderosamente en la cultura latina, que ha conformado la nuestra occidental. También los griegos dieron pasos de gigante en el pensamiento científico, que fue recogido por los países musulmanes, a los que permitió ocupar un primer puesto en el mundo durante varias centurias, y traducido al latín, principalmente en Toledo, pero también en Sicilia, a partir del siglo XII produjo una revolución intelectual en Europa y dio lugar, en el siglo trece, al nacimiento de las universidades y al de la cultura moderna, que no ha cesado de engrandecerse desde entonces. Las obras escritas y los textos fijados por los alejandrinos, así como las notas filológicas que les añadieron fueron recogidos por los sabios de Bizancio, y de aquí pasaron, ya en el Renacimiento, a la Europa occidental.

La cultura griega tenía una espléndida floración en las tierras conquistadas por Alejandro y gobernadas a su muerte por los generales que le sucedieron, en las que florecía lo que se llama helenismo: las creaciones griegas cultivadas en tierras lejanas al lado de las de otros pueblos históricos, que las fecundaron con sus experiencias. Quizá por estas influencias, la ciencia se desarrolló positivamente, pero también experimentó cambios de orientación y aparecieron seudo ciencias, como la astrología junto a la astronomía y la alquimia junto a la química.
Una servidumbre trajeron el libro escrito y la literatura, que los alejandrinos potenciaron, frente al libro de difusión oral: el desinterés por la comunicación a las grandes audiencias, al público que asistía a certámenes y representaciones, y por los temas capaces de entusiasmarle. También la atención por la técnica de la composición, por la erudición y la jerarquización de los autores y formación de listas selectivas, que favorecieron la lectura de unos pocos, condenando al olvido a la mayoría..
La Biblioteca de Alejandría. Pág.9,10,11