ESTUDIO SOBRE EL CONOCIMIENTO
EN LA PRAGA DE RODOLFO II

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La figura Rodolfo II ha sido presentada de diversas formas. Se ha llegado a decir que hay una interpretación de Rodolfo II por cada autor que lo ha estudiado. Los enfoques más desfavorecedores lo presentan como una persona con cierta enfermedad mental que ya le venía de familia, con antecedentes como el de Juana la Loca. De inteligencia mediocre, incapaz de gobernar, se fugaba de la realidad en el fondo de su castillo refugiándose en un mundo de belleza y de fábula.

Una imagen más equilibrada lo define como un pésimo gobernante y magnífico mecenas.

Pero Rodolfo también ha tenido sus defensores y especialmente a partir del siglo XX se ha reevaluado su figura y la obra generada en su entorno [1] . Algunos lo han visto como un gobernante con una inteligencia y un modo de hacer poco convencional pero efectivo, que lograba hacerse con la situación pese a su escaso margen de maniobra [2] y como el protector y promotor de la mayor concentración desde el punto de vista del conocimiento en su tiempo.

Rodolfo II hizo de Praga la capital del Imperio, lo que constituyó para esta ciudad una de sus épocas doradas. Praga, ciudad de frontera, corazón de Europa, asiento de un continuo cruce de culturas, tal vez por estas circunstancias ha vivido una situación inestable, de gran efervescencia, donde las corrientes culturales han tomado un sesgo propio. Especialmente desde esta época, el atributo de mágica queda asociado a la ciudad de Praga.

Este estudio comparte el punto de vista con otros trabajos anteriores [3] y futuros en los que tratamos de rescatar algunos de los momentos de la historia que nos han parecido significativos y muchas veces poco conocidos y, a la vez, establecer una especie de ruta histórica que ha seguido el conocimiento en Occidente. Estos momentos que tratamos de rescatar se caracterizan principalmente por un espíritu de tolerancia, que posibilita el intercambio entre diferentes culturas y de desarrollo del conocimiento más allá de los límites y creencias establecidas.

En la subdivisión de este estudio, lo que llamamos compositiva y relación, es un intento de ordenar los materiales que nos han servido como fuente de información, intentando agrupar los factores que entraron en juego en la compositiva y relacionando el objeto estudiado con su medio en la relación. El lector que necesite situarse históricamente tal vez prefiera comenzar su lectura por el proceso, donde los sucesos están referidos por orden cronológico. En la síntesis final predomina el factor interpretativo.

Al lector que tenga la buena voluntad de leer este estudio le aviso de que no se trata en modo alguno de una obra de especialistas y que en él he tratado de compilar la información reunida por el equipo de documentación para elaborar el guión del video. Si llegara a manos de algún verdadero conocedor del tema, esperamos sepa disculpar la falta de profesionalidad de este trabajo. Por último, en un esfuerzo de honradez, tengo que confesar que he partido, ya antes de comenzar el trabajo de documentación, de una predisposición de simpatía por lo que significó Rodolfo II y su corte y, sin duda, eso ya determina la selección y relación de los datos en un cierto sentido. En todo caso, he tratado de documentar convenientemente las afirmaciones hechas.

 

COMPOSITIVA

CIENCIAS Y FILOSOFIA

  • Rodolfo II y la corte de Praga

Ya bajo el reinado de Maximiliano II se concentraron en la corte imperial un gran número de humanistas que se orientaron hacia el estudio de los clásicos y, como veremos más adelante, mantenían una extensa red de contactos por toda Europa. Tanto en la corte de Maximiliano II como en la de Rodolfo II, que mantuvo buena parte del entorno de su padre, se concentró una élite de historiadores, anticuarios, coleccionistas, especialistas en botánica, minerales.... [4]

Se llevó a cabo un gran número de ediciones de nuevas obras así como de reediciones y traducciones de otras más antiguas. Además de esto, tanto Rodolfo II como muchos miembros de su corte atesoraron grandes bibliotecas, a las que hay que sumar las que ya había en monasterios como el de Strahov [5] .

La observación de la Naturaleza y la experimentación tomaron gran intensidad. Se llevan a cabo estudios anatómicos. Las colecciones, jardines y casas de fieras son modelo para los artistas que generan múltiples reproducciones [6] . Los libros de botánica y zoología, así como el interés por reunir especies por exóticas que fueran, corresponden a un propósito de aunar la diversidad de las manifestaciones vitales. Las investigaciones para alagar la vida e incluso las leyendas asociadas a esa época, como la del Golem, nos indican una línea de investigación orientada a comprender y operar sobre los aspectos más esenciales de la vida.

Hay fascinación por los viajes en los que se acompañan con descripciones topográficas, etnológicas, arqueológicas...Se producen gran cantidad de inventos e ingenios mecánicos. Los alquimistas desarrollan la farmacia y la mineralogía. La observación de los astros y la íntima comprensión de sus evoluciones dan pasos históricos. Se estudia el comportamiento de la luz y se describen las leyes de la óptica.

Pero todas las cosas que se observan forman parte de un todo y de un orden. Hay un sistema de correspondencias que liga los astros, las plantas, los minerales, los fármacos, los colores... y también las diferentes partes del ser humano, concebido como un microcosmos. Hay armonía en el universo y se trata de descubrir el lugar que cada cosa ocupa en la creación. Las leyes que rigen los comportamientos naturales son expresiones de la voluntad divina. La íntima comprensión de la realidad no puede alcanzarse sin la guía de cierta iluminación interior [7] .  Este modo intuitivo de acercamiento a la realidad subyacente a los fenómenos sensibles, funde las figuras del sabio, el mago y el artista.

El afán por las recopilaciones de todos los saberes conocidos va acompañado de diferentes intentos de reorganización o síntesis del conocimiento en general, preocupación propia del renacimiento tardío.

El conciliar los opuestos en un todo armonioso del conocimiento. Pero para fundamentar esa síntesis hacia falta sustentarla en una verdad sustancial que muchos pensaron que se mantenía oculta [8] .

Las colecciones de arte y objetos raros o con un significado especial, la alquimia y la astrología fueron de interés central para Rodolfo II, y consecuentemente, se formó una gran corte de personas dedicadas a estos temas. Este fenómeno no era exclusivo de Praga, aunque allí se dio la mayor concentración, sino que en mayor o menor medida, se daba en todas las cortes de Europa, entre las que a menudo se creaba una especie de competencia por obtener avances en estos campos y en atraer los sabios de más prestigio.

En el castillo de Praga se llevaban adelante experimentos de todo tipo, dado el interés de Rodolfo por verificar todas las hipótesis que se defendían, llegando a implicarse directamente en muchas actividades, desde las artesanales hasta las de carácter ocultista. Algunos de sus colaboradores más directos como Hajek, que parece que fue su asesor en estos temas, o Michael Maier, eran alquimistas y médicos de la corte, dentro de la orientación de la medicina paracelsiana que tenía una gran influencia entonces.

En la astronomía o astrología se combinaban las pulcras mediciones y rigurosos estudios matemáticos, que ya auguraban la cosmología moderna, con la preparación de horóscopos y predicciones que sus destinatarios tenían en mucha valoración condicionando sus expectativas y decisiones.

Convivían entonces las tendencias hacia la ciencia empírica y naturalista que se impondría posteriormente, con otras exploraciones que se sustentaban en una imagen del mundo y del conocimiento diferente de la que tenemos ahora, tras varios siglos de racionalismo.

Ahora veremos algunos ejemplos de personajes relevantes que nos pueden servir para hacernos una idea:

 

  • Jonh Dee (1527-1608)

Es uno de los personajes de la corte más documentados. Transcribo aquí la descripción que R. J. W. Evans [9] hace de él:

Dee, who was born in 1527, was one of the most learned men of the sixteenth century. A leading mathematician, astronomer, and bibliophile, he gathered together perhaps the best scientific library in Europe; he was a spokesman for geographical exploration, a correspondent of Ortelius, teacher of Philip Sidney, and fried of Daniel Rogers. His real reputation, however, lay in the occult sciences: he acted as a kind of court astrologer to Elizabeth I, and the surviving catalogue of his library shows the wealth of arcane literature which it contained. Dee’s broad meta­physical position was characteristic of an intellectual of his time: he believed in the theory of the microcosm, in hidden forces underlying the visible world, in cosmic harmony. His views Ted him (like Bruno) to advanced astronomical speculations. At the same time he believed (with Bruno) that access to these mysteries could be achieved through such things as symbols, intellectual `keys’, and combinations. In a letter to Cecil he described his delight at finding a copy of Trithemius’s Stegano­graphia (a treatise on ciphers and secret writing), and he was a great disciple of Roger Bacon, for whom he wrote an Apologia and whose writings on the mysteries of nature he annotated.
ll this combined in Dee with an intense spiritualism. Kiesewetter’s analysis of both him and Kelley as mediums is probably conceived too much according to later theories of occultism, but there is no doubt that Dee felt the spirit world to be a full reality. Whatever the origin of the messages which it communicated to him, Dee believed them unwaver­ingly, and when set against the contemporary mood of intellectual striving the schemes of universal reform and regeneration which he derived from his seances grow much more comprehensible. A estos datos añadiremos que siendo el astrólogo de María Estuardo redactó el horóscopo de Felipe II cuando visitó Inglaterra. Gozaba de gran prestigio tanto en los círculos de estudiosos como nobiliarios y el mismo zar intentó atraerlo a Rusia en 1586.

Jonh Dee consideraba tener una misión en relación a una revelación oculta. Es el apóstol de una reforma universal apoyada en la comprensión de la verdad de la tradición antigua y en el trabajo en el plano sobrenatural. Para él, el conocimiento de la cábala no contraría, sino que fundamenta la verdad del cristianismo. Aunque su fe tiene una universalidad que trasciende los límites doctrinales, entablando relación con católicos y reformistas y, a su vez, sufrió el acoso desde los dos bandos. Esta misión define la orientación de sus viajes por centro-Europa y sus contactos en cortes y universidades [10] .

Acompañado por su ayudante Kelley, viaja  a Polonia al servicio del magnate polaco Albert Laski. Allí Dee toma contacto con miembros de la universidad interesados en el estudio de los textos clásicos y herméticos, realiza estudios sobre el misticismo numérico y manipulaciones cabalísticas.

En 1584, él y Kelley se dirigen al Praga, donde Dee busca a Rodolfo II como un vehículo para la misma reforma que había predicado a Laski. Ya en épocas anteriores tomó contacto con los Habsburgos  y de hecho dedica su obra capital, la “Monas hieroglypica”, al emperador Maximiliano II. De sus viajes en esa época venía una extensa red de contactos en centro Europa.

Sobre su estancia en Praga se tienen datos muy fragmentarios. Pudo establecer contacto con el emperador a partir de la mediación embajador español San Clemente. Organizó sesiones espiritistas orientadas al contacto con los arcángeles Uriel y Gabriel. En 1586, bajo la presión que provenía una intriga del partido católico, el emperador dictó su destierro a Alemania. Pero Vilem Rozmberk, uno de los nobles más notables de Bohemia, lo acoge en su castillo de Trebon donde permanece con Kelley hasta 1589, en que este último vuelve a Praga y mientras Dee parte a Inglaterra.

Kelley disfrutó de una suerte desigual en Praga. Para muchos se trataba de un descarado charlatán y para otros de un maestro alquimista. Lo que si se sabe es que fue nombrado noble por el emperador y llegó a poseer varias propiedades. Al tiempo fue encarcelado y no están plenamente esclarecidas las circunstancias de su reclusión y muerte.

Al haber permanecido varios años en Bohemia es muy posible que Dee creara un grupo de seguidores y llegara a tener una influencia posterior. Al volver a Inglaterra donde se enfrentó al ostracismo y la difamación.

 

  • Giordano Bruno (1548-1600)

Transcribo también aquí la caracterización que hace Evans de Bruno [11] :

Bruno of course created a whole metaphysical edifice now barely comprehensible to the modern reader, but it is important to see that this was rooted in the universalist and mystical tendencies of the occult revival of the late sixteenth century. He was an emblematist, a philosopher whose works hang heavy with visual and literary symbolism, a Hermetist, Cabalist, and Lullist, a mage communicating the secret traditions of the world of hidden spiritual powers, a Catholic at odds with the Roman Church, a wandering `adept’ seeking a `transmutation’ of the human condition. Recent research has shown how ambitious were his plans for a universal reform, as they found exposition in books, public lectures, and disputations during the decade after his first appearance at Paris in 1582.
Bruno was perhaps the most original thinker of the second half of the sixteenth century...

Tras su estancia en París, visita Inglaterra para dirigirse posteriormente a Alemania. En estos viajes enseña una disciplina llamada el “arte de la memoria” y difunde sus ideas en numerosas obras.

En Oxford mantiene una famosa polémica con los doctores aristotélicos sobre el modelo copernicano.

Adhiere a la teoría heliocéntrica de Copérnico que para él coincide con una visión espiritual del universo donde el sol es también el centro [12] . Nos presenta una imagen de un universo compuesto por infinitos mundos. Una homogeneidad de la materia que compone la Tierra y los astros, los cuales se desplazan por causas intrínsecas. El universo es un ser vivo cuya alma es Dios.

Defiende que sus teorías no contradicen a las escrituras, las cuales no pretenden revelar una verdad histórica sino que se trata de narraciones con una intención moralizante.

Ataca las ideas de la reforma acerca de la no valoración de las buenas obras para la salvación y la creencia en la predestinación [13] .

Durante sus viajes por Europa suscitó gran interés y es altamente probable que formara un grupo secreto de seguidores, principalmente entre sus alumnos alemanes (los brunianos o giordanistas). Esta idea se apoya, entre otros datos, en los ulteriores desarrollos de sus estudios, planteamientos y procedimientos por varios autores.

Las circunstancias concretas de su visita a Praga en 1582 permanecen desconocidas. Permaneció varios meses en la ciudad y publicó un libro llamado “200 artículos contra los matemáticos”. En él ataca los planteamientos del matemático Mordente, con el cual ya había tenido contacto en París y ahora estaba empleado por el Emperador. Como en muchas de sus obras, vuelve a exponer sus ideas sobre la religión universal, la antigua religión egipcia que ha dado origen al cristianismo y otras religiones. Esta verdad religiosa se preserva en la tradición oculta. Promueve la salvación de la humanidad por el trabajo de una élite espiritual.

Aparte de esta publicación, continuó en Praga sus estudios llullianos y herméticos (era un gran estudioso del mallorquín Ramón Llull). Se sabe de diversos contactos e influencias en personas ligadas a la corte. Dedicó un libro sobre el arte combinatoria a San Clemente (el embajador español que introdujo a Dee). El emperador le concedió una subvención de 300 táleros [14] .

En 1591 vuelve fatalmente a Italia invitado por el noble veneciano Giovanni Mocenigo. Bruno muere en la hoguera, en Roma, en el año 1600.

  • Tycho Brahe (1546-1601) [15]

Astrónomo y astrólogo. Noble de origen danés, bajo la generosa protección de Federico II de Dinamarca, dispuso de la isla Hven como hacienda, en la cual construyó un castillo-observatorio, el Uraniburg, donde alternaba su trabajo científico con la vida de fasto.

En 1572 constató la existencia de una nueva estrella. Esto, unido a su demostración de que un cometa estaba por encima de la “esfera de la Luna”, fue un gran golpe contra las concepciones aristotélicas vigentes, que presuponían que por encima de “la esfera de la Luna” el cielo era eternamente inmutable.

El gran aporte de Tycho Brahe es el procedimiento y la exactitud de sus mediciones. Hasta entonces se disponía principalmente de las Tablas Alfonsíes y de las Copernicanas, que contenían muchas inexactitudes. Tycho Brahe decidió hacer mediciones sistemáticas y completamente precisas, para lo cual inventó y construyó nuevos instrumentos de medida.

No adhería, a diferencia de Kepler, al copernicanismo y describía un sistema en el cual los planetas giraban alrededor del Sol que giraba, a su vez, alrededor de la Tierra.

Tras ciertas dificultades con el sucesor de Federico II, abandonó su isla Hven y viajó por Europa hasta aceptar la invitación de Rodolfo II de convertirse en matemático imperial (1599), en condiciones de gran privilegio. Una vez instalado, no tardó en invitar a su lado a Kepler que le sucedió en su puesto a su muerte en 1601.

Tycho Brahe era consultado por Rodolfo y realizó varias predicciones, que en buena parte eran malos augurios, lo que le hizo acreedor del sobrenombre de “el mal espíritu” del emperador.

Tycho Brahe invitó a Kepler a trabajar como ayudante suyo. Le encargó trabajar como matemático sobre las observaciones, acumuladas durante años, de las posiciones de Marte. Las relaciones de Kepler con Tycho Brahe y su familia fueron tormentosas y en varias ocasiones encontró resistencias para disponer de todos los datos.

Pese a todo, que Tycho Brahe y Kepler pudieran trabajar juntos fue una conjunción muy afortunada, ya que no había mediciones en esa época que fueran tan precisas. Gracias a estos datos y para su contrariedad, Kepler se dio cuenta de que la órbita de revolución de Marte no era una circunferencia sino una elipse (primera ley de Kepler [17] ).

Las tres leyes de Kepler se presentan como el comienzo de la cosmología moderna y Newton se basó en su estudio para darles una explicación coherente a partir de la Ley de gravitación universal. En Kepler se unió la audacia a un enorme trabajo de cálculo para concebir y demostrar un comportamiento de los objetos celestes explicable desde la física (el universo es un mecanismo de relojería). Estos trabajos (los de Kepler y Newton) modificaron radicalmente nuestra representación del universo y todas las construcciones posteriores parten de ellos.

Los historiadores de la ciencia presentan las tres leyes como lo sustancial de los trabajos de Kepler y sus intereses místico-filosóficos como extravíos medievales. Sin embargo, sus prioridades eran bien distintas.

No nos referimos a la astrología, aunque Kepler vendió horóscopos, como era costumbre entre los de su gremio. En varias ocasiones tomó una actitud crítica hacia el abuso de tales prácticas, aun sin dejar de admitir la idea de que los astros tienen cierta influencia sobre la vida y las tendencias de las personas.

Las ideas de Kepler sintonizan con el Neoplatonismo del renacimiento. Su adhesión al modelo copernicano se basa en razones físicas o metafísicas ya que el Sol es el símbolo de Dios Padre, la fuente de luz y calor....

Busca en sus investigaciones  comprender la obra del creador, que necesariamente se basó en las formas geométricas puras, anteriores a la creación, para plasmar sus leyes en un mundo geométrico y armónico. Nosotros podemos captar el eco de esa armonía porque también esas formas perfectas residen en el fondo de nuestra alma.

Para desvelar el misterio parte de las ideas pitagóricas. Así, en su primer libro “Astronomía nova” explica las distancias entre las órbitas de los planetas relacionándolos con las proporciones entre esferas que englobarían cada uno de los cinco sólidos pitagóricos. En su última gran producción, “De Harmonice Mundi” pretende encontrar una relación matemática entre las armonías musicales, los polígonos regulares y los movimientos de los planetas aplicando este esquema de comprensión a numerosos ámbitos de la vida. Para él esta fue la cumbre de su trabajo: “.....puedo esperar cien años para encontrar un lector, puesto que Dios ha esperado seis mil para tener un testigo”.

Además de sus tratados de astronomía, Kepler desarrolló el fundamento de la óptica. Se ocupó de la compilación de las observaciones de Tycho Brahe y de su publicación en las “Tablas rudolfinas”, de gran importancia para la astronomía y la náutica. En sus últimos años escribió “Somnium”, que relata un viaje a la Luna y que puede considerarse como la primera obra de ciencia-ficción en un sentido moderno.


RELIGIÓN

  • Rodolfo II y su época

En principio, Rodolfo II era católico. En su educación en España fue aleccionado por Felipe II para que se formara como líder de la contrarreforma, más allá de la postura ambigua de Maximiliano II. Con este fin, hizo participar a Rodolfo II en muchas actividades religiosas incluida la asistencia a algún auto de fe.

Esta celosa educación parece que no consiguió más que el profundo rechazo de Rodolfo II al catolicismo intolerante. Mantuvo, eso sí, el gusto por modos y costumbres españolas, pero en cuanto al asunto religioso se desmarcó de las actitudes de Felipe II. Con el tiempo, también dejó de participar en los actos religiosos y se negó a recibir los sacramentos, si exceptuamos el paréntesis en que el singular nuncio de la Santa Sede, Pistorius, fue su confesor.

Los enfrentamientos entre las sectas religiosas del cristianismo ya auguraban la guerra de los 30 años, que fue devastadora. Rodolfo II, que era animado constantemente a tomar posturas de fuerza, se las arregló casi siempre para no entrar en la contienda, tomando una postura de equidistancia [18] . Esta actitud a menudo logra decepcionar a ambas partes que ven defraudadas sus expectativas. Sin embargo, en tiempos futuros e incluso entre algunos del bando católico la época rudolfina será recordada como una edad dorada de tolerancia [19] .

Parte del enfrentamiento con el papado venía de un rechazo del emperador a lo que consideraba injerencias en sus asuntos de estado. Para escándalo de las jerarquías católicas, admitió en cargos de primera línea a colaboradores de otras confesiones [20] .

Tampoco parece que Rodolfo II congeniara con los protestantes y le disgustan sus disputas sectarias  y demandas de privilegios. En todo caso, no participó personalmente en ninguna persecución contra ellos, en contra de lo que pudieran temer cuando Rodolfo fue coronado, ya que culminación del Concilio de Trento (1563) y la matanza de la noche de San Bartolomé en París (1572) creaban una enorme susceptibilidad ante un rey católico venido de España.

En 1609 promulgó al Carta de majestad, donde por primera vez se explicitaba por escrito la libertad de culto. Hay cierta continuidad de la política religiosa de  sus predecesores, que siempre tuvieron una actitud más tolerante que los austrias españoles. El reinado de Rodolfo II, al admitir la pluralidad de confesiones que ya tenía un antecedente en la paz de Ausburgo (1555), llevaba una dirección  opuesta a las monarquías de España, Inglaterra e incluso Francia que caminaban hacia el monolitismo confesional. Esta actitud, más las reticencias del emperador a la injerencia de Roma en los asuntos de su reinado, se puede ver como un antecedente del estado no confesional [21] .

Los intereses espirituales de Rodolfo II se orientaban más hacia la alquimia, magia, astrología... a las cuales prestaba gran dedicación. El abandono de los sacramentos y la frecuentación de magos y alquimistas, además de un progresivo alejamiento de la vida pública, dieron pie al rumor de que Rodolfo II estaba endemoniado, propagado por el sector católico. Tal vez esto ocurrió cuando dicho sector ya abrigaba expectativas de sustituir al emperador por un contrarreformista más entusiasta.

Rodolfo II dio protección a un buen número de sabios, artistas y artesanos que sufrían persecución por motivos religiosos en su lugar de origen.

A las referencias de las diferentes confesiones que voy a presentar ahora, añadiré tres apuntes sobre el ambiente religioso de la época.

El primero está referido a la creencia de que se estaba viviendo en un tiempo definitivo, creencia que se daba en todas las corrientes religiosas. Esto fue así en su aspecto apocalíptico, ya que estaban ampliamente extendidas creencias sobre la proximidad del juicio final e incluso se profetizaron varias fechas. Pero también había un “milenarismo”, no sólo cristiano, que auguraba la llegada de una época dorada, de paz y prosperidad vivida por una humanidad reformada.

El segundo apunte se refiere a las tendencias de conciliación religiosa que se manifestaban de diferente manera, pero que estuvieron muy presentes en la época y especialmente en el fenómeno rudolfino. Este texto de Evans, que a su vez hace referencia a Friederich Heer, puede ilustrar esta idea [22] :

Friedrich Heer, in a highly stimulating book, has called this movement the `third force’ in sixteenth-century Europe. Heer himself is largely concerned with the first half of the century: he studies the endeavours of Humanism to create a new Pelagian ethic, frustrated by the entrenched powers of the Church and the latent Manichaeism of both Church and the primitive mass of the peoples But the concepts with which he is working-the `third ideal’, the Imperium Tertium, the empire of the spirit, the reconciliation of opposites are equally applicable, if not more so, to the rarefied, embattled, intellectualized thinkers of subsequent years. They were the articles of faith of many contemporary scholars. Heer’s `Old Europe’, the open mind which still seeks to create unity out of extremes of mood and experience, formed the ideal of the universalists and pansophie writers of the Mannerist age, of the Hermetists and adherents of the prisca theologia.

El tercero es la búsqueda de la verdad religiosa en el pasado, contigua a la pasión por los clásicos de la antigüedad que se dio en las humanidades. En el cristianismo muchos buscaron volver a la sencillez de las escrituras, a la vida del cristianismo primitivo. Otra línea de búsqueda fue la tradición oculta como en el caso del neoplatonismo, hermetismo y cabalismo.

  • Los husitas:

Dejamos que Jacqueline Dauxois [23] , nos describa la situación religiosa que encontró Rodolfo al llegar al trono de Bohemia:

“En Praga, a los odios tradicionales en­tre católicos y protestantes, reactivados por la instalación de los jesuitas en 1556, se suman las antiguas cuestiones creadas por las corrientes típi­camente bohemias: husitas, utraquistas y hermanos moravos.
Rodolfo detesta las querellas religiosas y respira todavía asqueado el olor del auto de fe toledano. Sin embargo, estudia el problema que comenzó a complicarse en Bohemia un siglo antes de Lutero y que con­dujo a Juan de Hus a la hoguera el 6 de julio de 1415.
Juan de Hus, primer rector de la facultad de teología de la Univer­sidad de Praga, predicaba en checo, no en latín, en la capilla de Belén y en los sínodos anuales de Bohemia. Reclamaba el regreso a las virtudes de la Iglesia primitiva, se encolerizaba con el antipapa Juan XXIII, que prome­tía indulgencias a quien interviniese en una cruzada contra Ladislao de Nápoles, protector de Gregorio XII.
Después de la ejecución de Juan de Hus, la aristocracia de Bohe­mia, de Moravia y de Silesia retomó sus ideas, que se propagaron entre los campesinos pobres de los pueblos. Miles de husitas se instalaron en Tabor para vivir según las enseñanzas de Cristo. Algunos de ellos fueron encarcelados. Una delegación se presentó en el castillo a pedir su libera­ción. Los consejeros reales la negaron. Los husitas los arrojaron por la ventana. Fue la primera defenestración de Praga. La crisis degeneró en guerra cuando Segismundo, emperador y rey de Hungría, en parte res­ponsable de la condena de Juan de Hus, lanzó una cruzada contra los husitas. Ante el peligro que amenazaba al país, los dos grupos de husitas, los moderados de Praga o utraquistas [24] y los intransigentes taboritas de Bohemia del Sur, se unieron para combatir a los imperiales, y enseguida redactaron los Cuatro Artículos de Praga, mediante los cuales reclama­ban la libertad del sermón, la comunión bajo las dos formas, la pobreza de los eclesiásticos y el castigo de los pecados mortales por las autoridades civiles, principio de la Inquisición. La negativa del rey provocó una guerra que duró desde 1419 hasta 1436. Al cabo de ese tiempo, el país se halla­ba agotado. Conversaciones iniciadas en el Concilio de Basilea y proseguidas en Praga, desembocaron en un acuerdo: los Compactatos, que autorizaban la comunión bajo las dos formas. Los taboritas intransigentes que rechazaban todo compromiso fueron vencidos en la batalla de Lipany, en 1434. La Dieta de Jihlava confirmó los Compactatos y la situación permaneció estable hasta el siglo XVI, cuando, al difundirse el luteranismo en Bohemia, numerosos husitas volvieron al catolicismo y los taboritas formaron la Unión de los Hermanos Bohemios.
Rodolfo, que detesta todos los fanatismos, hereda esas querellas ancestrales y busca un compromiso con interlocutores que ya lo habían sido de su padre: el burgrave Guillermo de Rosenberg, a la cabeza del partido protestante de los Estados de Bohemia, y el jefe católico, el prín­cipe Zdenek de Lobkovitz.”.

En 1594, Rodolfo II nombra como vicecanciller de asuntos eclesiásticos, para disgusto de la Iglesia católica, a Christoph Zelinski, calvinista, bajo cuya administración hubo cierta paz religiosa.

El Emperador Fernando II, disolvió y persiguió violentamente a la iglesia utraquista.

A mediados del sigo XVI casi no quedaban católicos en las tierras del Imperio de los Habsburgo. Los monasterios y las estructuras católicas se desertificaban. Como el emperador era católico, este con los jerarcas católicos formaban una cabeza sin cuerpo.

Circulaban profusamente las biblias en idiomas vernáculos. El panorama religioso era bastante confuso y móvil, ya que el rito y las interpretaciones podían cambiar fácilmente de una aldea a otra. Personas y congregaciones cambiaban con frecuencia tanto ideas como afiliaciones y se daba una gran proliferación de sectas cristianas.

En Bohemia, los habitantes de etnia alemana aceptaron fácilmente las doctrinas de Lutero. El luteranismo se difundía también entre los utraquistas. Una minoría importante adoptó progresivamente el calvinismo. Las influencias suizas se sintieron con especial fuerza entre los Hermanos Bohemios que conservaban la esencia del husismo radical.

Las reivindicaciones de los reformistas en el sentido de conseguir una mayor libertad de culto iban de la mano de las pretensiones políticas de los estamentos, en el sentido de conseguir una mayor autonomía con respecto a los príncipes y el emperador.

La universidad de tradición protestante era el Carolinum. En la época de Rodolfo su situación era inestable en el sentido de que no dependía del estado ni de la Iglesia. Esto le hace depender económicamente de los estados protestantes. En principio, la línea de esta universidad era bastante moderada en el aspecto religioso, de hecho, su rector Jessenius, de tendencia neoplatónica, contaba con amigos de diversas confesiones. Pero la causa protestante trató de incorporar a la universidad a su contienda con el catolicismo, especialmente tras el triunfo de la promulgación de la Carta de majestad por Rodolfo II en 1609 [26] .

  • La contrarreforma:

Los jesuitas son llevados primero a Viena por el emperador Fernando I y luego se trasladan a Praga en 1555, con el objetivo de reconvertir a los bohemios al catolicismo y hacerlo de forma no cruenta. Eran la “milicia espiritual” de la Contrarreforma y estaban dirigidos en Praga por Pedro Canisio. Preparados intelectualmente, fundaron centros de formación donde asistían los hijos de nobles y burgueses [27] . En Praga fundaron el Klementinum, una universidad que llegaría a tener grandes dimensiones y cuyo edificio es actualmente biblioteca nacional. Su labor misionera no tuvo gran éxito en principio, al menos entre la población, pero fueron ganando en influencia progresivamente.

Los Jesuitas con el Papa y Felipe II se proponían una reconquista total. Dentro de la corte se apoyaban el llamado partido español. Parte de la nobleza de Praga se aliaba con la Contrarreforma en la línea de Felipe II, en comunidad de intereses con los nuncios papales y los embajadores españoles. La relación se reforzó con matrimonios entre nobles de Bohemia y España, algunos de ellos promovidos por la emperatriz María, madre de Rodolfo. Aparte de la militancia católica, los miembros del partido o la facción española hacían uso de costumbres y modas de la corte de Madrid, importando gran cantidad de objetos religiosos, artísticos o de lujo, en un momento en que lo español tenía, en ese ámbito, connotaciones de exquisitez y exotismo.

La embajada española llegó a constituir una especie de corte paralela y centro de propaganda católica. En el partido español se desarrollaba una táctica de coordinación política, apoyo a las órdenes religiosas y al culto, y un ostentoso ejemplo personal de devoción [28] .

Popel Lobkovitz era su máximo exponente y fue canciller hasta 1594, en que fue encarcelado acusado de alta traición y de enriquecerse escandalosamente a expensas de la corona [29] . Popel Lobkovitz quería instaurar una especie de dictadura católica en la misma línea que llevaban entonces adelante el archiduque Matías [30] y Fernando de Estiria que sucedería en el trono.

Previamente, se puede decir que los jerarcas católicos que habían quedado en estas tierras tras la difusión del husismo, tenían un talante bastante moderado. De hecho, los primeros obispos de Praga hasta 1590 y al igual que el emperador, eran renuentes a aplicar las disposiciones del concilio de Trento y prohibir las prácticas utraquistas [31] .

A medida de que la contrarreforma se fue abriendo paso, tomó actitudes cada vez más confrontativas.

En 1600, la Santa Sede envía otro refuerzo espiritual con los frailes capuchinos, orden mas austera y “dura” dirigida por Lorenzo de Brindisi, apasionado orador y propagandista, que tiene también la misión de devolver a Rodolfo II al seno de la iglesia. Este, que permite en principio que los capuchinos se instalen en Praga, luego se niega a recibirles.

Esto ocurre una época de gran desencuentro entre la curia romana y el emperador. El nuncio Spinelli representaba al catolicismo más radical, queriendo forzar la voluntad de Rodolfo y alentando diversas intrigas. La cosa cambió bastante cuando la Santa Sede mandó en su representación Pistorius, personaje mucho más moderado, que antes de convertirse al catolicismo había sido luterano y calvinista e incluso había publicado algunos estudios cabalistas. Bien sea por su moderación o por sus intereses afines, el nuncio trabó una buena relación con Rodolfo, especialmente en los años 1604-5. Está documentado que desmintió los rumores sobre la posesión del emperador y le diagnosticó estar afectado de melancolía [32] .

A partir de 1600 los enfrentamientos entre católicos y protestantes se radicalizan, la corriente moderada y los intentos ecuménicos no logran formar una base fuerte. El catolicismo va ganando terreno y se suceden las conversiones de personajes de peso.

Fernando de Estiria, de formación jesuítica y ultra militante de la Contrarreforma, ya en su gobierno de Estiria había ordenado la expulsión de todos los protestantes que no accedieran a convertirse al catolicismo (entre los exiliados estaba Kepler).  Tras ser coronado rey de Bohemia en 1617 y emperador en 1620 revocará la Carta de majestad de Rodolfo II.

La Cábala es una expresión mística de la religión judía. Basada en el estudio de los textos sagrados, aspira a la comprensión de sus significados ocultos. Sus aspectos esenciales son la filosofía de la creación del mundo o de las emanaciones divinas y la manipulación de los números y letras, que acerca a la comprensión, pero que también tiene una aplicación operativa.
La Cábala rebasó el ámbito de los guetos judíos y tuvo gran influencia en la corriente neoplatónica y pitagórica del Renacimiento, con la cual sintoniza en varios planteamientos. Muchos de los estudiosos de la corte de Praga recibieron su influencia, cuando no eran directamente cabalistas como es el caso de Dee. Más allá de esto llegó a formarse un cabalismo cristiano a partir de la obra de Pico de la Mirandola.
En las bibliotecas de la corte se encontraban textos básicos de esta doctrina como el Sepher Yetzirah o Libro de la Creación, el Cabalistarum Dogmata de Pico de la Mirandola y El "Sepher Zohar" o Libro del Esplendor escrito o recopilado en España en el siglo XIII. Pistorius, que fuera más tarde confesor de Rodolfo II, publicó una recopilación de textos cabalísticos en 1587.
Con la expulsión de los judíos de España en 1492, deja de ser el centro referencial de los estudios cabalísticos. En Palestina surgen en el siglo XVI figuras como Isaac Luria y Moisés Cordovero cuyas ideas se propagan por Europa. Creen en una reforma inminente del género humano por la regeneración espiritual.
También la diáspora española hace crecer la importancia de las comunidades centroeuropeas. La comunidad judía de Praga era muy extensa (una cuarta parte de la población) y vivió con Rodolfo II una época de prosperidad. Algunos miembros de su comunidad desempeñaban un papel central en las finanzas imperiales.
Judah el ben de Loew Bezalel, uno de los rabinos más famosos del Renacimiento, vivió en Praga en esta época. Cabalista característico defiende los aspectos irracionales y sobrenaturales de la Cábala en oposición a la corriente racionalista de Maimónides. Propugna la reforma de la humanidad apoyándose en unos nuevos principios educativos y en la recuperación de la armonía. La leyenda le atribuye la creación de un Golem o autómata hecho de barro, al que insuflaría vida por procedimientos mágicos.
Solo conocemos una entrevista entre el rabí Loew y Rodolfo II. Además de esto son seguros contactos comerciales frecuentes de hebreos con miembros de la corte. Varios colaboradores cercanos del emperador se convirtieron al judaísmo como Philipp Lang, Ktihbach y Nelle. Es muy probable que hubiera más relaciones pero que no estén documentados ya que la situación de prejuicio evitaba contactos abiertos.

 

ARTE

  • Rodolfo II

Rodolfo II se distinguió como un coleccionista insaciable. Seguramente ya trajo la afición de España, ya que Felipe II tenía en posesión grandes colecciones de arte a las que se sumaban una gran cantidad de reliquias y objetos de carácter religioso.

Rodolfo, menos inclinado a las reliquias que Felipe, buscaba con afán, además de obras de arte, objetos raros por su excepcionalidad, propiedades, atributos mágicos...

Acumulaba enormes colecciones en las cámaras internas del castillo y tenía agentes por Europa a la búsqueda de más adquisiciones, como Hans Khevenhüller, su embajador en la corte de Madrid.

Especialmente a partir de 1590 sus adquisiciones de arte toman una dimensión que ya sobresale sobre otros monarcas y coleccionistas de su tiempo. En la corte de Praga se van concentrando los pintores que formarán lo que se ha llamado la Escuela de Praga, cuyas figuras más representativas son Bartolomé Spranger, Hans von Aachen y José Heinz [34] . El estilo imperante en la pintura es el manierismo, así como profusión de emblemas y referencias simbólicas.

Reproducimos algunos párrafos de la obra de Philippe Erlager [35] :

Fernando I y Maximiliano II habían atraído ya a muchos artistas, la mayor parte procedentes de Italia y de Flandes. Cuando Rodolfo llegó a ser emperador, Giuseppe Arcimboldo era el principal de ellos. Pintor oficial de la Corte, le servía además de consejero artístico y organizaba las fiestas.
Arcimboldo sufrió también la influencia de la literatura a la moda. Bajo el impulso de los humanistas, se formó un lenguaje alegórico en el que se mezclaban reminiscencias antiguas y medievales, a veces contradictorias. Abundaban los libros de emblemas y de símbolos. El hombre del Renacimiento, que buscaba en todas partes alusiones, creía encontrar “las grandes verdades misteriosas”, según una expresión de aquel tiempo. Identificaba a cada virtud, a cada vicio con un animal, una planta, un fruto.
Muchos otros pintores vivían en la Corte del emperador y se esforzaban en satisfacer sus deseos: Bartolomé Spranger desde 1581, Hans von Aachen desde 1582, José Heinz, Jorge Hoefnagel, Roelandt Savery de Courtrai, Pedro Stevens de Malinas. Juan Brueghel no llegó hasta 1604.
Aunque Hans von Aachen se dejaba a veces llevar al realismo caricaturesco, pintaba sobre todo mitologías propias para contentar al señor. En su cuadro Victoria de la Verdad bajo la protección de la Justicia, Rodolfo tiene las facciones de un león (con el que se identificaba) rodeado de dos diosas. Spranger, por su parte, compuso varios lienzos destinados a exaltar la justicia imperial. Rodolfo experimentó un gran alivio con ello. La representación de las cosas reemplazaba siempre a la realidad. Esto se extendía hasta el erotismo. Por sexual que fuese, el emperador hubiera podido tomar como suya la expresión de Tasso: “Los ojos son los que más se aprovechan, por medio de ellos es como se tiene más placer en el amor.” Encargó a sus pintores muchos desnudos. Hans von Aachen, especialmente, fijó para él escenas muy osadas.
“Como coleccionista, el emperador lo fue hasta el último extremo. Se cree en la obligación de tener todo lo que conoce” decía la archiduquesa María de Estiria.
Persiguiendo a través del mundo las obras de los grandes maestros, adquirió un gran número de cranachs, de ticianos, de corregios, de brueghels. Fue el iniciador de la colección de arte gótico de la Albertina. Tuvo por Alberto Durero una pasión que no todos compartían. El museo de Viena le debe siete de los nueve cuadros que posee de él.
Nada escapaba a su codicia. Su culto por la mitología le condujo a buscar ávidamente las obras de arte antiguas. Entre las maravillas que de este modo enriquecieron su tesoro, hay que citar el torso en mármol de un muchacho al que se le dio el nombre de un hijo de Níobo, Ilioneus.
La pieza maestra de la colección era la Gemma Augusta, mármol que representaba la apoteosis de Augusto. Rodolfo no dudaba de ser el sucesor legítimo de los césares romanos. Profesaba, además, una admiración particular al emperador de la paz. Desde entonces se identificó con toda naturalidad con Augusto, del que adoptó el signo zodiacal, un signo curioso, porque el Capricornio se termina con una cola de pescado. Este emblema se encuentra en muchas obras que hacen de Rodolfo el nuevo Augusto. Otros numerosos objetos llevan la inscripción: Astrum fulget caesareum. La estrella de César se oscureció a menudo durante su reinado, pero el que brillara era un gran consuelo.
A Rodolfo le sorprendió mucho la especialización de los coleccionistas modernos. No se le hubiera pasado nunca por la cabeza preferir una categoría de objetos a otra. Del mismo modo que le gustaban las antigüedades, le apasionaban las creaciones de sus contemporáneos. Observatorio y laboratorio, el Hradschin se convirtió por añadidura en un taller: obreros expertos trabajaban en él sin descanso. Rodolfo se mezclaba a ellos, se iniciaba en sus técnicas, hacía a veces retocar sus obras maestras, se adiestraba en fabricarlas él mismo. No era raro ver al César con la blusa de cuero de los artesanos.
El Gabinete de las Artes y de las Maravillas, prodigiosa cueva de Alí Babá reservada al tesoro, ponía a cubierto cada día más objetos llegados de fuera o hechos en el castillo. "Grabados de aquellos tiempos nos muestran la clase de espectáculo que ofrecían las salas... Las paredes estaban guarnecidas hasta la mitad con armarios, sobre los que se apilaban bronces antiguos y conchas, medallas y amuletos. Los cuadros se escalonaban hasta el techo”.
“Entre las lámparas de candelabros, había esqueletos de animales suspendidos con hilos como extrañas marionetas. En este decorado las armaduras de los guerreros famosos montaban silenciosamente la guardia”.
“Y todo eso carecía de importancia en relación con el contenido de los armarios : esculturas, cruces, vasos, camafeos, tapicerías, marfiles, péndulos, armas, cubiletes, medallas, instrumentos diversos, sin hablar del fabuloso conjunto de piedras preciosas, algunas de las cuales seguían en estado bruto. Las esmeraldas más bellas que se conocían entonces, provenientes de Persia, se encontraban al lado de orfebrerías de Cellini, de manuscritos raros, de la propia vara de Moisés y de un grano de la tierra que Dios tiró a Adán.
Rodolfo experimentaba ante las joyas tal placer que creía recibir de ellas influjos benéficos. No solamente sabía tallar los diamantes, sino que inventó un procedimiento especial. Los diamantes tallados por la mano de Su Majestad doblaban su valor.Su pasión por las piedras sirvió para renovar el arte del mosaico. Su mesa en mosaico era una pieza inestimable incrustada de granates, ágatas, calcedonias y amatistas”.

El papel de Rodolfo II como protector de las artes no se circunscribe a la subvención económica. Él invita, alienta, lisonjea, dirige y sugiere, otorga títulos de nobleza a varios artistas.

Aunque los arquitectos italianos construyen palacios e iglesias llevando el estilo renacentista a las calles de Praga, Rodolfo parece más interesado en la creación de ambientes y en el castillo de Praga más bien se acometen reformas que nuevas construcciones. Se edifican jardines y zonas de recreo, casas de fieras, establos para caballos. En estos lugares se pueden admirar una buena cantidad de especies exóticas. Se dedican recursos a la construcción de fuentes que incorporan mecanismos y autómatas, tan en boga entonces.

Además de diversas bombas y máquinas de agua, se desarrolla la mecánica en diferentes aspectos. Los relojes son máquinas perfectas que reflejan el trabajo del universo. Relojeros como Jost Burgi, alcanza gran refinamiento técnico y los lujosos relojes van acompañados de vistosos artefactos. Se llega a medir el tiempo en segundos. Habernel produce instrumentos de astronomía. También se elaboran mecanismos que reproducen las revoluciones planetarias. Rodolfo presta oídos a varios inventores que persiguen e incluso dicen haber logrado el movimiento continuo.

Atribuido a Arcimboldo o tal vez a Dressel, un laúd relacionaba tonos musicales y colores. También se crean automatismos musicales. La música expresa relaciones matemáticas. Kepler investiga la armonía de los movimientos celestes tras los pasos de los pitagóricos y su música de las esferas. Maier ilustra sus tratados de alquimia con músicas que crean un ambiente favorable a sus trabajos [36] .

Diversos oficios artesanales alcanzan gran producción y desarrollo. La orfebrería, el tratado de las gemas que junto a las piedras de Bezoar [37] no solo se tratan como objetos de lujo sino que además se le atribuyen propiedades curativas. El trabajo con el llamado cristal de Bohemia se perfecciona y adquiere gran fama. Los medallistas y grabadores dan difusión a los diseños artísticos estampándolos en metal o grabando las planchas para imprimir.

Tal vez pueda servir esta enumeración de producciones para hacerse una idea de la variedad y nivel que llegaron a tener las artes aplicadas en ese entorno.

El estilo imperante en la pintura es el manierismo que abandona el objetivismo, el equilibrio y la racionalidad renacentista para expresar una experiencia subjetiva de la realidad. El arte, la magia y la ciencia participan de un mismo fondo. Las producciones artísticas, cargadas de símbolos y alegorías pretenden trasmitir verdades reveladas o comprensiones profundas de la realidad más allá del mundo de las apariencias [38] . La emblemática adquiere gran desarrollo. Este tipo de lenguaje se generaliza y los emblemas y alegorías se utilizan con profusión en obras de distintos campos como la ciencia, la religión o la política.

El inicio de la popularización de este estilo de expresión por medio de símbolos y alegorías podemos rastrearlo en el principio del Renacimiento italiano de forma paralela a la difusión de las doctrinas neoplatónicas y cabalísticas que veremos más adelante. Libros como la Hypnerotomachia Polifili y la Hieroglypica causaron gran impresión en el siglo XV y sirvieron de inspiración para la producción artística en numerosas cortes de Europa. A esto habría que sumar una traducción oral que pasa a través de arquitectos, diseñadores y escultores [39] .

 

 

RELACION

 

La corte de Praga como foco de un movimiento europeo

Buena parte de los componentes de la corte de Rodolfo II ya vienen de la corte de Maximiliano II. Este último incluyó en ella a artistas e intelectuales tanto católicos como protestantes e impulsó el humanismo renacentista. Rodolfo dominaba diversas lenguas lo cual , sumado a su educación cosmopolita, le permitió integrar varias tradiciones culturales.

Los humanistas de la corte de Maximiliano II tienen una relación de amistades y contactos epistolares que se extiende desde Inglaterra hasta la frontera turca, dentro de un ambiente cosmopolita. Los intelectuales en esa época viajan mucho y la relación epistolar, normalmente en latín, se convierte en un género literario que hace a la difusión e intercambio de ideas en lo que ha sido llamado la “República de las letras”, una retícula de relaciones con diferentes focos geográficos [40] . El humanismo europeo se referenciada en los textos clásicos, sus fuentes son griegas y romanas así como la Biblia y los textos cristianos en general, entonces en reinterpretación. Pero en la segunda mitad del siglo XVI los nuevos datos de las investigaciones, las noticias de viajes y descubrimientos hacían que los clásicos resultaran insuficientes como esquema de interpretación [41] .

En opinión de Evans, la preocupación principal del humanismo tardío es la conciliación de los opuestos en un nuevo orden armonioso del conocimiento. Esta sería la explicación de sincretismos como los de Brahe o los médicos paracelsistas y de la pasión por compilar el conocimiento humano en bibliotecas y colecciones [42] .

Para ilustrar la gran amplitud de intereses de los estudiosos de la época, así como la diversidad de influencias que se concentraban en este ambiente referimos aquí una descripción de la biblioteca de Sambucus, Historiador de la corte de Maximiliano II y de Rodolfo II, que el bibliotecario del emperador, Boltius,  se apresuró a incorporar a la biblioteca imperial a su muerte. Esta relación de libros se repite, al menos en la diversidad de temas que incluye, en muchas de las bibliotecas particulares contemporáneas [43] :

“A survey of Sambucus's collection of scientific and occult books thus provides a useful introduction to the kind of literature on which the best minds in Vienna and Prague could draw. He had many of the standard classics on astronomy. As well as Copernicus he possessed the Prutenic tables (88), Ricci on the motions of the spheres (396/3), Schrecken­fuchs's commentary on Peuerbach (66) and Primum Mobile (67/2), Cardano's Peuerbach commentary in the Basle editions of 1554 (66/2) and 1578 (75), books by Pighius, Dryander, Schóner (the Tabulae Astronomicae), Oronce Finé, Gemma Frisius, seven works on the comet of 1577, including that by Hájek, various ephemerides and almanacs, and a number of manuscripts, among them classical and Arabic astro­nomical writings such as those of Albumazar, Albubalar, Sacrobosco (four printed copies and one manuscript), and Delfini's Expositiones in Peuer­bach (I895). He also owned much that was primarily astrological: Tais­nier's Astrologiae, udiciariae Isagogica of 1559 (408/2), Valentin Naboth's Enarratio Elementorum Astrologiae (Cologne 1560, 395) Guillaume Postel's Signorum coelestium vera configuratio (768), and several copies of Peucer's Commentarius de Praecipuis Divinationum Generibus (263, 416, 416/2, 920/5), Nifo's De verissimis temporum Signis (2548), and manuscripts like the Rhetorii de 12 signis zodiaci (1015) or the astrology of `Guido' (1874).
Astrology merged into medicine with books like the Amicus Medicorum of Joannes Canivetus (1229, 1491) and the Medicina Astrologica of Cornelius Schylender (Antwerp 1577) (242/4). Sambucus had much in this field too, including eight works of Paracelsus, with editions by the Paracelsans Dorn, Bodenstein, and Ruland. He possessed a profusion of pharmacopoeias and herbals, including Theophrastus, Estienne, Fuchs, Dodoens, Lobel, Clusius, and eleven copies of Dioscorides. But his collection of natural philosophy and occult studies is Sambucus's most interesting contribution of all. He had Porta's Magia Naturalis in the Antwerp edition of 1560 (278), Agrippa's De Occulta Philosophia (728), two copies of Cardano's De Subtilitate (138, 1446), Finé's edition of Roger Bacon (De mirabili potentate artis et naturae), Artemi­dorus on oneiromancy (544), and Taisnier on chiromancy (Opus mathe­maticum, Cologne 1562) (1734/2). He owned a series of the prisca theologia and the Neoplatonists; a manuscript entitled Zoroastreorum et Platoni­corum dogmatum anacephaleosis Plethonis (2612); Plotinus, Porphyry, Proclus, Patrizi; complete editions of, and commentaries on, Plato; and a collection published at Leiden in 1552 of Jamblichus, Porphyry, Proclus, Psellus, Pymander, and Asclepius. Deeper still in the magic art were Scalich's Occulta (already mentioned) (1506/3), a manuscript of Heliodorus's Carmina de mystica philosophia (2613), Lull's De Secretis Naturae(bound with a tract by Albertus Magnus) (221) and his Clavicula, republished at Cologne in 1579 (2300). The latter appeared with works by `Aquinas' and Rupescissa on alchemy; all found their way on to Sambucus's shelves along with similar volumes like Geber's Summa.”

En el mismo sentido este otro texto Evans nos describe como los hijos de los nobles bohemios viajan a educarse en las universidades europeas:

“During that time the young nobleman would be accompanied by a preceptor, frequently from a much humbler background. These peregrinations around Europe involved large numbers of Czechs and many of the places they visited are recorded, either in local sources or in university registers and the like abroad.
The most adjacent region was of course the territory of the Empire, and scholars from Bohemia made their way to many of the German universities, especially Heidelberg and Herborn (for those inclined to Calvinism), Wittenberg, Marburg, Frankfurt an der Oder, and (above all) Leipzig.I The university most in spirit with Bohemia was Altdorf, near Nuremberg, the brain-child of the Camerarius family and based on the famous progressive Gymnasium of Sturm in Strasbourg. Altdorf's links with Prague were to become militantly political by the time of the rór revolt, and it gave strong support for the Calvinist candidature of Frederick of the Palatinate, but in its first period (academic privileges were granted by Rudolf II in 1578) the contacts were much broader-not only with Bohemia but also with Blotius in Vienna and the Breslau circle-and embraced wide fields of science, medicine, and the arts.
Next to the Empire came North and Central Italy, which always preserved close relations with Central Europe. Many Italians settled in Prague during Rudolf's time, particularly traders, architects, and artists; and their colony was large enough to support a congregation (15~3), a chapel (which still survives), and a hospital The Czechs who visited Italy were by no means exclusively Catholic; in Siena we find not only Lobkovic (1588), Dietrichstein (1593)á and Martinic (1598), but also Protestants like Žerotín and his cousin Ladislav Velen, Liechtenstein and Slavata (not yet converts), Jan Albin Schlick, Zdeněk Brtnický of Valdštejn, Albrecht Jan Smiřický, and Jessenius.
A smaller, but still significant number travelled further west; there were Czech students at French universities, notably Orleans, and some found their way to England.I These were men like Jan Bernart of Přerov, a member of the Brethren, who appeared in Oxford from 1581, Václav Lavín the doctor, recipient of an Oxford B.D., and his pupil Karel Zerotín who attended at Elizabeth's court in 1587 Jan Diviš, Karel's younger brother, had links with the Essex circle, and members of the Smiřický and Valdštejn (Waldstein) families were also in England, espe­cially Zdeněk Brtnický of Valdštejn who travelled under the guidance of Stephen Lesieur. Others to come were Fradelius, the Ramist Opsi­mathes, and the leader of the 'estates, Václav Budovec.' Contacts with Spain were of a different kind: the fascination of Spanish taste and atmosphere which percolated down from a small, though not exclusive clique of high aristocrats, favoured by the activities of the ambassa­dor San Clemente and the bond of a limited number of influential marriages.”

Con la corte española

Rodolfo viaja a España a los 11 años de edad acompañado de su hermano Ernesto y de sus séquitos, entre los que se encontraban los tutores Trubbach y Busbecq. Residen en compañía de Juan de Austria, Alejandro Farnesio y el infante don Carlos, en las residencias de Aranjuez, el Alcázar, El Pardo y la Casa de Campo. Los hermanos acompañan a su tío Felipe II en viajes por la mayor parte de la geografía española. Asisten a numerosos actos religiosos como procesiones y oficios, fiestas de santos y reliquias e incluso a un auto de fe en 1568.

Los archiduques estudian latín y griego clásicos, español y francés, ética, política, historia, geografía y matemáticas, impartidos en buena parte por sus profesores traídos de Viena. Felipe II hace un seguimiento diario de su educación.

La corte de Madrid está viviendo unos años cruciales en lo que respecta al desarrollo de las artes, las colecciones y las disciplinas científicas y humanísticas. Bajo la dirección de Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial, se crea en 1582 la Real Academia de Matemáticas: En esta academia se cultivan todas las ramas de la matemática que por aquel entonces también incluían disciplinas como la música, la astrología o la numerología. Tenía un sentido humanístico: concepción enciclopédica del saber humano en su conjunto, puente de los saberes científicos y la contemplación filosófica, y una neta orientación neoplatónica y llullista [44] .

El sentido estético, las inquietudes culturales, los ideales políticos, las colecciones, los jardines, destilerías, laboratorios.... encontramos en el entorno de los archiduques multitud de elementos que se repetirán en la corte praguense. Cuando Rodolfo regresa a Viena tiene el porte de un caballero español y ha incorporado las maneras y el lenguaje de la corte madrileña.

La relación entre la corte de Felipe II y la de Rodolfo II era muy estrecha, muchas veces a pesar del propio Rodolfo, que se volvió muy reticente a las consignas, presiones e ingerencias provenientes de España y, en general, del partido católico. Sin embargo, Madrid era una fuente de abastecimiento principal en lo tocante a objetos de lujo, artísticos, información, novedades y también como puente con las tierras de América, de donde se traían objetos preciosos y exóticos. En ese sentido un papel principal de los embajadores de Rodolfo en Madrid fue el de “agente de compras” [45] .

Tanto Felipe II como la emperatriz María, madre de Rodolfo, trataron de consolidar la unión de las ramas de la dinastía con el matrimonio con la infanta Isabel Clara Eugenia, con la cual estaba prometido desde que ella contara sólo con la edad de cinco años, pero este matrimonio nunca llegó a consumarse. También se canalizaban las relaciones con España por medio de “partido español” de la corte de Praga, ya referido.

La relación venía definida por el interés de Felipe II de incorporar a su sobrino en el proyecto de imponer la contrarreforma en toda Europa y lograr la unidad católica, misión para la cual se sentía llamado. Había toda una ideología sobre el papel de la dinastía de los habsburgos como defensores el catolicismo frente a los moriscos, turcos y protestantes. Así tenemos referencias frecuentes de presiones por parte de los embajadores españoles y de los nuncios de la Santa Sede en el sentido de tomar medidas coercitivas contra los movimientos reformistas, intentos que normalmente se vieron frustrados por la actitud evasiva del emperador, cuando no directamente contrariados.

Con el neoplatonismo del renacimiento

El estudio y práctica de la magia, la alquimia, la cábala, la astrología.... no son patrimonio exclusivo de la corte de Rodolfo II. Muy por el contrario se pueden inscribir dentro de una corriente que alcanza gran poder de influencia en el Renacimiento.

No nos cabe duda de que la valía de las personas que se dedicaban a tales cosas en la corte de Rodolfo II era muy distinta. Pero, aparte de charlatanes y de los sucesos de carácter mágico, o incluso tenebrosos que nos narran las leyendas sobre esa época [46] , debemos considerar que en toda esa corriente había una imagen del hombre, de la naturaleza y del mundo, físico y espiritual, que inspiraba un tipo de búsqueda o investigación de la esencia íntima del hombre y del universo.

En ese tiempo no se contemplaba la separación de las ciencias que tenemos ahora y no existía el divorcio entre conocimiento y existencia, ni la separación entre fe y razón. El sabio, el mago y el artista podían confluir en la misma persona. Así ocurre que muchos estudiosos se dedicaban a diversas disciplinas indistintamente, o incluso priorizaban aquellas que podían tener para ellos un significado trascendente, han pasado a la historia del conocimiento, escrita por personas de formación racionalista, exclusivamente por sus aportes en el desarrollo de la ciencia (o la filosofía o el arte) tal como se desarrollaron en un futuro, delegando al olvido sus devaneos místicos o mágicos como pecados más o menos perdonables por la “ignorancia” imperante en su tiempo.

Reproduzco aquí unos fragmentos de las “Interpretaciones del humanismo” de Salvatore Puledda, ya que me parece que describen espléndidamente como se formaron estas tendencias al principio del Renacimiento.

En este primer texto, Puledda habla sobre el impacto en el Renacimiento de la traducción que realizó Marsilo Ficino del “Corpus Hermeticum” [47] :

“Los textos herméticos, que contienen enseñanzas filosóficas, prác­ticas mágicas y alquímicas, según la crítica moderna, fueron escritos probablemente entre el siglo II A.C. y el siglo III D.C. y son expre­sión de ambientes sincréticos greco-egipcios. Sin embargo, no es posible descartar que transmitan enseñanzas mucho más antiguas . Ficino y sus contemporáneos atribuyeron a estas obras una gran antigüedad y creyeron redescubrir en ellas la religión egipcia, o lo que es más, la religión originaria de la humanidad, que habría pasa­do luego a Moisés y a las grandes figuras del mundo pagano y cris­tiano: Zaratustra, Orfeo, Pitágoras, Platón y Agustín. Ficino llegó a creer que existió siempre, en todos los pueblos, una forma de reli­gión natural que habría asumido aspectos diversos en las distintas épocas y en los diversos pueblos. Esta concepción resolvía el pro­blema, tan sentido en aquellos tiempos, de la conciliación entre di­ferentes religiones (especialmente el Cristianismo y el Islam), y la cuestión de la Providencia divina para los pueblos que, por razones históricas y geográficas, no habían podido conocer el mensaje cris­tiano. De esta manera el Cristianismo era redimensionado a una religión histórica, a una manifestación de la religión primitiva de la humanidad. Aún más, la verdadera raíz del Cristianismo debía ser buscada en aquella religión originaria y no en las formas barbáricas de la Iglesia medieval”.

Más adelante, en el epígrafe llamado “La nueva imagen del mundo”:

“Todas las corrientes filosóficas del Renacimiento están saturadas de «naturalismo», pero en este caso el término asume un connotación especial, que nada comparte -es más, que es incompatible- con la concepción moderna.
El mundo natural no es -como en la visión científica actual­ pura materia inanimada sujeta a leyes mecánicas y ciegas, sino un organismo viviente dotado de energías en todo semejantes a las del hombre. Infinitas corrientes de pensamiento y de sensaciones lo atra­viesan, uniéndose a veces, y a veces oponiéndose entre sí. Al igual que el hombre, posee sensación e intelecto, siente simpatías y anti­patías, placer y dolor. Según la concepción hermética, el universo es un gigantesco individuo dotado de un alma invisible que siente y conoce, el alma del mundo, y de un cuerpo visible, dotado -como el humano- de distintos órganos y aparatos. El universo es un macroantropos.
Por lo tanto, la clave para acceder a la comprensión del mundo natural está en el hombre. El hombre es el código, el paradigma del universo, ya que, como microcosmos, presenta las mismas caracte­rísticas fundamentales. La estructuralidad, la armonía del cuerpo humano, el hecho de que todas sus partes se interrelacionan y desa­rrollan funciones complementarias, se reflejan en la solidaridad y la unidad del universo. Los distintos planos del ser en los que el uni­verso se articula -los minerales, las plantas, los animales, los seres humanos, las inteligencias superiores- no están separados ni se ig­noran recíprocamente: están unidos por hilos sutiles, por misterio­sas correspondencias. Cierta estrella lejana, cierta piedra, cierta plan­ta, a pesar de la diversidad y de la distancia que las separa, están ligadas entre sí por una relación aún más profunda y esencial que la que existe con otras estrellas, piedras o plantas de distinto tipo. Cada una, en su plano, es la manifestación de una forma ideal; cada una es el signo de un aspecto esencial de la naturaleza.
El hombre, precisamente porque comprende en sí todos los pla­nos del ser, por su naturaleza proteiforme -una maravillosa sínte­sis del resto de la naturaleza- es capaz de seguir los hilos misterio­sos que se extienden de un extremo al otro del Universo, de descu­brir los influjos secretos que unen a seres aparentemente distintos y lejanos. Él puede leer en la naturaleza los signos que la mano de Dios ha escrito, como si fueran las letras del libro sagrado de la creación.
Pero además, si el alma y el intelecto actúan intencionalmente sobre el cuerpo humano, ¿por qué no deberían actuar también sobre el cuerpo del mundo, del cual el humano es una extensión? Si la Luna hace crecer las aguas, si el imán atrae al hierro, si los ácidos atacan a los metales, ¿por qué el hombre, que es todas estas cosas juntas, no puede ejercer una acción sobre cada aspecto de la naturaleza? Él puede conocer los odios y amores, las atracciones y repulsiones que acercan o separan a los elementos. Pero mientras estas fuer­zas obran de manera inconsciente, el hombre puede usarlas y domi­narlas conscientemente.
Así, el humanismo del Renacimiento concibe la relación entre el hombre -en este caso el hombre superior, el sabio- y la naturaleza, fundamentalmente como una relación de tipo animista, mágico.
El sabio es un mago que, utilizando sus facultades intelectuales y anímicas, somete a las fuerzas de la naturaleza o coopera con ellas. Su arte puede acelerar, detener o transformar los procesos naturales cuyos secretos conoce. La astrología, la alquimia, la «magia natural» son las «ciencias» características de la época.
Es cierto que la astrología conlleva un fuerte elemento de determinismo y de fatalismo, y por esto fue ásperamente combatida por Pico que, en cambio, era favorable a la magia. Si el destino de los hombres, de los países, de las civilizaciones es dictado por los movimientos de los astros, que a través de sutiles vías llegan a deter­minar sus comportamientos, no hay lugar para la libertad en la gran máquina del Universo. Pero hasta las concepciones astrológicas del humanismo se conforman al espíritu de la época, poniendo en pri­mer plano al hombre y su libertad. Así, el conocimiento de los influjos astrales es entendido como el comienzo de un proceso de libera­ción de la esclavitud que éstos imponen y, en un plano cósmico, aporta las pruebas de la solidaridad que une entre sí todas las partes del Universo.
La ciencia de los astros y de las leyes de la naturaleza implica el uso de las matemáticas. Pero este uso es bien diferente del que le dará la ciencia moderna. Fiel a la concepción pitagórica y platónica, el humanismo renacentista no concibe a los números y las figuras geométricas como simples instrumentos para el cálculo o la medición. Los considera entes en sí, expresiones de la verdad más profunda, símbolos de la racionalidad del Universo, comprensibles sólo a través de la facultad más característica del hombre: el intelecto. Así, el humanista Luca Pacioli, que redescrubre la divina proporción o sección áurea, considera a la matemática -tal como lo hicieran Pitágoras y Platón- fundamento de todo lo existente. Se trata, por lo tanto, de una matemática mística y no de una ciencia que en­cuentra su legitimación en medir, proyectar o construir.
Por cierto, estos aspectos son también de fundamental impor­tancia durante el Renacimiento. El hombre de esta época es eminen­temente activo: intenta, prueba, experimenta, construye, impulsado por una ansiedad de búsqueda que lo lleva a poner en discusión y someter a verificación las certezas consagradas por la tradición secu­lar. Este espíritu de libertad, de apertura, constituye la condición para la revolución copernicana y todos los grandes descubrimientos de la época. Pero en la base del trabajo técnico, del arte, subyace siempre la idea de un mundo natural que no se contrapone al hom­bre, sino que es su prolongación. Y es por esta razón que la actitud hacia las matematicas y la técnica de Alberti, Piero della Francesca y Leonardo, que hicieron vastísimo uso de ellas, es substancialmente diferente a la del técnico y del científico moderno. La diferenciación entre alquimia y química, astrología y astronomía, magia natural y ciencia se desconoce en esta época y vendrá mucho más tarde. Aun Newton, en pleno siglo XVIII, escribe un tratado de alquimia... y los ejemplos de este tipo se podrían multiplicar.
Para el humanismo del Renacimiento existe en la naturaleza un orden matemático que puede ser descubierto y reproducido. Este orden es divino y reconstruirlo a través del arte significa «acercarse a Dios, haciéndose como Dios, creador de cosas bellas.»”

Federico V del Palatinado y los rosacruces.

Aquí exponemos las hipótesis de F. A. Yates [48] . La autora sigue la pista de un movimiento que combina a las fuerzas políticas reformistas de Inglaterra, Alemania y Bohemia con los hermetistas y cabalistas, representados por los rosacruces. El movimiento apunta a la superación de las confrontaciones religiosas y al advenimiento de una nueva era fundamentada en nuevos principios. Políticamente promueve la coronación de Federico V del Palatinado con su esposa Isabel Estuardo como reyes de Bohemia, con la esperanza de que pudieran llegar a ser emperadores. Por el significado que le atribuían y las esperanzas que se ponían en este matrimonio, llega a tomar un carácter mesiánico en algunos círculos.

Si bien los príncipes alcanzan a reinar en Bohemia por unos meses en 1619-1620 (serán llamados “los reyes de invierno”) todo acaba desastrosamente ante las tropas de Fernando II en la derrota de la Montaña Blanca. A partir de entonces, se convierten en unos proscritos.

Aunque estas notas se refieren a sucesos ocurridos tras la muerte de Rodolfo II,  al estar implicados personajes de la corte de Praga como Maier, que fuera alquimista y médico personal de Rodolfo, nos puede dar cuenta de las relaciones e ideas que ya se estaban gestando en un momento inmediatamente anterior:

“En este análisis de Fludd y Maier hemos tratado de demostrar que estos dos filósofos "rosacruces" formaron parte de la órbita del movimiento palatino encabezado por Federico. Las obras de ambos fueron editadas por un impresor del Palatinado, De Bry, si bien las de Maier también lo fueron por Jennis, que era una firma asociada a la de De Bry. Se ha revelado así la importancia de los impresores y editores en el movimiento, y también hemos comprobado que la filosofía hermética procedente de Inglaterra, representada por Fludd, fue divulgada en la región del Palati­nado junto con el movimiento simbolista alquímico representado por Maier, probablemente como parte de un plan cuyo objetivo era establecer lazos con Bohemia y especialmente con Praga, que era el principal centro alquimista de Europa. Parece, pues, que en el Palatinado se trataron de fomentar las corrientes de pensa­miento que favorecieran, por medio de una alianza, la integración de Inglaterra a una política de expansión hacia Bohemia. Evi­dentemente, la aventura bohemia del Elector Palatino no es, como se creía antes, un asunto de política superficial ni de ambición mal orientada, sino que dentro de este movimiento había co­rrientes cuyos propósitos eran sumamente serios.
En el Palatinado estaba en formación una cultura producida directamente por el Renacimiento, pero con el agregado de ten­dencias más nuevas; esta cultura puede definirse con el adjetivo "rosacruz". El príncipe alrededor del cual estas corrientes se reunieron fue Federico, Elector Palatino; sus exponentes aspira­ban a crear una expresión político-religiosa de los designios que el movimiento tenía en relación con Bohemia. Empezamos ahora a sospechar que todos los misteriosos movimientos de los años anteriores, desarrollados alrededor de figuras tales como Philip Sidney, John Dee y Giordano Bruno, se concentraron en la pro­paganda de Cristián de Anhalt a favor de Federico. El movi­miento palatino no fue la causa de estas profundas corrientes, y mucho menos fue su única expresión, sino que fue un intento de dar expresión a aquellas corrientes político-religiosas, de rea­lizar el ideal de una reforma hermética cuyo centro fuera un verdadero príncipe. Dicho movimiento trató de unir muchos ríos ocultos en una sola corriente; la filosofía de Dee y la mística caballeresca inglesa se unirían a las corrientes del misticismo alemán. Y la nueva alquimia limaría las diferencias religiosas y encontraría su símbolo en las "bodas químicas", con las que se aludía al "matrimonio del Támesis con el Rin". Nosotros sabe­mos que este movimiento fracasaría rotundamente, en una catás­trofe en la que se lanzaría por un precipicio al abismo de la Guerra de los Treinta Años, pero entre tanto había creado una cultura, un Estado "rosacruz" cuya corte residía en Heidelberg y una literatura filosófica publicada en ese mismo Estado, y cuyas manifestaciones artísticas fueron el movimiento de emble­mas alquímicos que se desarrolló alrededor de Maier y las obras de Salomón de Caus.”


PROCESO [49]

Tras la abdicación de Carlos V en 1556 el Imperio queda dividido en dos. Felipe II reinaría desde España sus vastas posesiones y la parte norte es cedida a Fernando I, hermano de Carlos.

Esta división habría de ser provisional hasta la muerte de Fernando. Sin embargo, este quiso que su hijo Maximiliano I le heredara. Felipe II accedió, pero a cambio los hijos de Maximiliano, Rodolfo y Ernesto, deberían trasladarse a España para recibir una educación  católica, ya que en el sentido religioso, la ortodoxia católica de Maximiliano era dudosa [50] .

En España, Rodolfo recibe su educación en compañía de su hermano Ernesto, Juan de Austria, Alejandro Farnesio, el príncipe Carlos y la joven reina Isabel. Felipe, que pone atención en su formación, le introduce en la vida religiosa, que en esa época y corte se caracterizaban por la práctica de un catolicismo devoto y austero, en la resuelta y severa militancia contrareformista.

Pero a esto hay que sumar que Rodolfo tiene la oportunidad de aprender de grandes humanistas y que, con toda probabilidad, le ayudaron a desarrollar otra esfera de intereses. Madrid contaba con una corte de figuras intelectuales y científicas, así como extensas colecciones de arte y se pueden detectar varias características afines a la actividad posterior de Rodolfo en la corte de Praga.

En 1971 Rodolfo vuelve a la corte de Maximiliano, que se dispone a preparar su sucesión. En 1572 es coronado rey de Hungría, en 1575 rey de Bohemia y en 1576 rey de romanos, tras la muerte de su padre, que muere negándose a recibir los sacramentos.

Para llegar a la promoción de Rodolfo había sido necesario superar la reticencia de los nobles del Imperio. Ya las formas envaradas y distantes que había adquirido en la corte española no fueron del gusto del lugar [51] . Pero a partir de la matanza de los hugonotes en la noche San Bartolomé en París, en el año 1572, y de la represión de duque de Alba en Amberes se extendió un temor generalizado a los ataques del bando católico y esta atmósfera hizo que Maximiliano, ya enfermo, se tuviera que emplear a fondo para lograr que la candidatura de su hijo saliera adelante.

La confrontación entre las diferentes confesiones cristianas que acompañaría todo el reinado de Rodolfo II ya se evidenció en la dieta de Ausburgo (1582) donde los enfrentamientos hacían imposible poner en orden los asuntos del Imperio. Las facciones religiosas intentaban prevalecer o poner al emperador de su parte, pero en tales cuestiones Rodolfo siempre fue evasivo. Él estaba muy interesado en la decisión sobre la adopción del calendario Gregoriano, que pretendía corregir el desfase del calendario Juliano en uso y que los católicos apoyaban por venir del Papa Gregorio XIII y los protestantes rechazaban por proceder del Anticristo. El emperador dictaminó que se trataba de un puro problema matemático y resolvió su adopción [52] .

 En 1582 Rodolfo traslada su residencia a Praga sin que sepamos a ciencia cierta cuales fueron sus motivos, aunque bien pudo pesar en esta decisión, que se trataba de una gran ciudad apta para ser la capital del imperio y además era más segura que Viena ante la amenaza turca [53] . En el castillo de Praga reúne su corte. Una parte de ella ya la había heredado de Maximiliano II, que reunió a su alrededor un grupo de artistas e intelectuales humanistas con amplios contactos en toda Europa en un ambiente cosmopolita y tolerante.

En la corte se reúnen especialistas en diferentes disciplinas científicas, artistas y artesanos. El mecenazgo de Rodolfo II va acumulando la mayor concentración intelectual de la época, destino al cual dedica una buena parte de sus recursos económicos. Sigue de cerca las producciones artísticas y participa a menudo en trabajos artesanales como el pulido de gemas.

Al principio de su reinado compraba joyas elaboradas pero a partir de mediados de los 80 ya compra las piedras preciosas en bruto, lo que nos lleva a la idea de que había logrado reunir artesanos y medios suficientes.  A partir de los 90, las búsquedas y compras de pinturas toman un volumen excepcional [54] . Tiene agentes repartidos por Europa que tratan de atraer a Praga a sabios y artistas además de comprar obras de arte y objetos excepcionales o con atributos sobrenaturales. [55]

Las colecciones del emperador llegaron a ser inmensas y él dedicaba buena parte de su tiempo a atenderlas y contemplarlas.

A la corte van llegando también alquimistas y astrólogos a los cuales el emperador siempre presta interés. Él invita a personas reputadas en esos campos y se interesa por las demostraciones prácticas de aquellos que se acercan a la corte. En la labor de selección de los aspirantes a acogerse en la corte es asesorado por su médico personal Tadeáš Hájek, que les examina si es el caso. Hájek es uno de los médicos alquimistas y paracelsianos que estuvieron en el círculo íntimo del emperador.

En 1584 llega a Praga Jonh Dee y parece que Rodolfo participa en las sesiones espiritistas que organiza con el objeto de establecer contactos sobrenaturales. Dee permanece en Praga hasta 1586, donde una intriga proveniente del partido católico empuja a Rodolfo a exiliarlo a Alemania. Finalmente el conde Rozmberck, que también tenía interés por las artes ocultas, le acoge en su castillo de Treborn donde permanecerá trabajando hasta 1589.

En 1588 Giordano Bruno permanece en Praga durante unos meses dentro de un recorrido por varias ciudades de Europa. Allí continua con sus trabajos y difusión de sus ideas y métodos. Publica un libro “200 artículos contra los matemáticos” y recibe ayuda económica del emperador.

En 1585 nacerá Gulio, su primer hijo, dentro de su relación con Catalina, la hija de Jacobo Strada que era el encargado de las colecciones reales. De esta relación nacieron  5 hijos más. Rodolfo nunca llegó a casarse, tras acabar rechazando el matrimonio con la infanta Clara Eugenia, propiciado por Felipe II y alentado por la madre de Rodolfo.

En 1590 el emperador se aleja de la práctica religiosa y la tensión con el partido católico se irá acentuando con los años. Nombra al calvinista Zelinski vicecanciller de asuntos religiosos. En 1594 encarcela a Popel Lobkovitz, que era la máxima figura del partido español y congeniaba con Spinelli, el intemperante nuncio de la Santa Sede. En la época de Spinelli el desencuentro del emperador es máximo. Este conspira para lograr la expulsión del calvinista vicecanciller Zelinski, el cual dimite bajo presión en 1598.

En 1593 comienza un periodo de guerras con el Imperio otomano que será conocido como la guerra de los 15 años. Desde la época de Fernando I se pagaba un tributo a la Sublime Puerta. El Imperio otomano se está debilitando y además tiene que atender el frente persa al otro extremo de sus fronteras. La guerra tiene varios avances y retrocesos pero se mantiene lejos del desastre. Rodolfo no logra aglutinar una gran liga cristiana contra el peligro turco pero, a su vez, no se decide a establecer una alianza con Rusia de donde le llegan ofrecimientos para hacer un frente común.

En 1599 llega a Praga Tycho Brahe donde continua sus estudios astronómicos además de preparar horóscopos para el emperador, que al parecer, tenía muy en cuenta sus augurios. Al poco tiempo de instalarse convoca a Kepler que será empleado como subalterno de Tycho. A la muerte de este en 1601, es nombrado matemático imperial. En los estudios sobre las mediciones recopiladas por Tycho acerca de las evoluciones de Marte, descubre que su órbita es elíptica, enunciando lo que luego se llamará la primera ley de Kepler. Permanece en la corte hasta el ocaso de Rodolfo II. Posteriormente logrará compilar las observaciones de Brahe en la Tablas rudolfinas.

Por esta época Rodolfo comienza a tener grandes crisis de melancolía. Abandona la vida pública por largos períodos de tiempo. Del bando católico surge el rumor de que está endemoniado. En 1604, los Habsburgos se reúnen en Linz y le piden que nombre sucesor, a lo que se niega.

El castillo de Praga se llena de artistas y artesanos buena parte de ellos de origen o formación noritaliana.

El enfrentamiento entre protestantes y católicos se va radicalizando.

Rodolfo pierde progresivamente parcelas de poder. En 1608, su hermano Matías se ha hecho con Austria, Hungría y Moravia y avanza con un ejército a la vez de que va recabando los apoyos de Roma y de España. El bando protestante le arranca a Rodolfo II la Carta de majestad que permite la libre elección de confesión pero que también da mayor autonomía a los nobles.

El emperador se apoya en Leopoldo que recluta en Passau un ejército de mercenarios para hacer frente a Matías. La soldadesca entra en Praga originando grandes desmanes.

Por fin en 1611 Matías entra triunfalmente en Praga. Rodolfo es obligado a abdicar y permanece en el castillo en un régimen de reclusión. Muere en 1612.

Matías, ya anciano, no logrará hacerse con la situación y morirá en 1619.

Federico V del Palatinado y su mujer Isabel Estuardo reinarán por un invierno en el castillo de Praga, este reinado representa para muchos la continuidad del mundo rudolfino y da esperanzas a los partidarios de las iglesias de la Reforma.

En 1618, el incumplimiento de la Carta de majestad provoca la defenestración de Praga que marca el comienzo de la Guerra de los 30 años que devastó el centro de Europa.

Las tropas de Fernando I acaban con las aspiraciones locales y con el período de esplendor de Praga al vencer en la batalla de la Montaña blanca (1620).

En las décadas siguientes, en varios asaltos y cambios de poder, el castillo de Praga es saqueado o esquilmado y sus tesoros y colecciones se dispersan o destruyen. Parte de sus tesoros se conservan en museos de Austria y Suecia y también una pequeña parte en el castillo y la ciudad de Praga.

También los sabios, artistas y artesanos se dispersan. En los tiempos siguientes y especialmente en el siglo XIX, el fenómeno rudolfino es pobremente valorado y se considera que pertenece a un mundo anticuado y superado.

Hay que esperar hasta el siglo XX para que se vuelva a poner atención sobre esta época con una mirada nueva que rescata su importancia, su creatividad artística y su intento de alcanzar una comprensión profunda de la realidad [56] .


SINTESIS

Tras la fragmentación del Imperio romano se da un retroceso en todas las áreas del conocimiento. Aunque siempre se mantuvo el ideal de una Europa unida que emulara la época imperial, el período feudal marca la división entre las comunidades. Las vías de comunicación se cortan, en los reinos se vive hacia adentro o en relación con los feudos vecinos, en un tiempo histórico que se paraliza.

El caudal de conocimientos acumulado en la época clásica y alejandrina, que había absorbido elementos de antiguas culturas, como la caldea y la egipcia, y que en gran parte fue transferido a Roma, se había perdido para Europa en la desintegración de la Edad Media, con la excepción de los libros que se conservaron en monasterios como los cistercienses.

Sin embargo, en Bizancio y en el Islam, la cultura clásica se conservó y se desarrolló. En el siglo XII y XIII los pueblos orientales disfrutaban de una superioridad en todos los órdenes del saber. El conocimiento venía del este y del sur. Cuando la Edad Media ya estaba agotada y tocaba a su fin,  en Europa comenzaba una búsqueda de nuevos horizontes.

En este contexto, los lugares donde se dio una relación de intercambio entre las culturas tomaron gran relevancia. Tal es caso de Toledo, donde los cristianos en su avance toparon con una cultura altamente desarrollada. Las especiales circunstancias de convivencia entre cristianos, árabes y judíos que se dieron allí, permitieron que se tradujeran numerosos textos, en lo que fue llamado posteriormente la Escuela de traductores de Toledo [57] . Otro caso similar fue el de la Sicilia de Federico II. Las cruzadas concebidas como una empresa de conquista habían acabado por poner en contacto a la cristiandad con el mundo árabe y los conocimientos acumulados allí fluyeron hacia occidente.

Los dos casos mencionados y otros menores hicieron que los textos clásicos llegaran a cortes y universidades europeas, causando gran impacto. Así ocurrió, por ejemplo, con las obras de Aristóteles, que sólo eran conocidas muy parcialmente.

Estos fenómenos de recuperación cultural fueron precursores del Renacimiento. En el siglo XV se establecieron contactos entre Constantinopla y Florencia con el objetivo de lograr un acercamiento entre las confesiones cristianas. En los contactos, las delegaciones de Constantinopla que viajaban a Florencia ya portaban consigo elementos de la cultura clásica. A mediados de siglo, con la caída de Constantinopla, muchos sabios fueron a refugiarse en Florencia llevando consigo los textos clásicos en griego, su idioma original, más fieles que aquellos procedentes del mundo árabe que habían sufrido diversas traducciones y transformaciones [58] .

Y con los textos llegaban saberes y también doctrinas hasta entonces desconocidas en occidente. Personajes como Marsilo Ficino y Pico de la Mirandola rescatan a Platón, al Neoplatonismo alejandrino, la doctrina hermética y la Cábala, que junto a las mitologías griega y romana causarán gran conmoción y se harán presentes en todos los ambientes científicos, filosóficos, artísticos y religiosos por varios siglos. A partir de entonces conviven con el cristianismo todos estos elementos de distinta raíz, creándose múltiples relaciones y manifestaciones.

En el siglo XVI, tras la clausura de la Edad Media, se busca un nuevo punto de apoyo para comenzar una nueva etapa. En esta búsqueda la mirada se vuelve hacia el pasado [59] . El saber rescatado del mundo antiguo se reactualiza. Se retoman investigaciones científicas tras un paréntesis de más de 1500 años en muchos casos. Los artistas, inspirados en los clásicos, han acometido nuevos desarrollos.

Los horizontes se han ampliado, es una época de viajes. Hay una gran cantidad de contactos e influencias recíprocas en toda Europa, los intelectuales se desplazan, mantienen relación epistolar. Con la imprenta, la difusión de las obras se multiplica.

El humanismo se desarrolla como un fenómeno cosmopolita con una impronta de tolerancia. Simultáneamente el extremismo religioso se acentúa y la confrontación alcanza grandes cotas de violencia. Las nuevas ideas y sus portadores son objeto de cruel persecución.

En esta situación, una figura como la de Rodolfo II toma gran importancia porque ofrece mecenazgo y refugio a una gran corte, lo que posibilita que sus componentes puedan llevar adelante sus trabajos produciendo la mayor concentración, desde el punto de vista del conocimiento, de toda Europa.

Esta concentración incluía múltiples aspectos del saber, el arte y la técnica, pero rescatamos algunas características de este fenómeno, que sin ser exclusivas de la Praga rudolfina, pueden perfilarlo.

Una es el del intento de una síntesis del conocimiento. Esto se manifiesta en la convocatoria de variados especialistas, en el atesoramiento de libros en grandes bibliotecas, en las colecciones, en las recopilaciones, en los intentos de sistematización. Se trata de lograr un compendio y una visión del conocimiento como un todo armónico.

Pero para lograr una nueva ordenación del conocimiento había que partir de una verdad fundamental que para algunos permanecía oculta. Esto nos introduce a otro aspecto característico de la Praga de Rodolfo II.

Pitagorismo y neoplatonismo, tradición hermética y alquimia, astrología y Cábala, son corrientes que se habían desarrollado en Europa durante más de un siglo.

Rodolfo tenía gran interés en estos temas y dedicaba buena parte de su energía y recursos a ellos. Ejerció de mecenas, dando a Praga también la capitalidad del ocultismo, y se interesó personalmente por la exploración de sus posibilidades y su comprobación empírica. Estas actividades transcendían su propio ámbito manifestándose en la producción artística de carácter simbólico, las celebraciones y ceremonias, aspectos personales de la vida del emperador y su corte como la salud, las mismas decisiones de estado y aun el propio sentido del reinado de Rodolfo.

Esto ocurría en una época con un ambiente religioso móvil y convulso [60] . La magia, la superstición, la afición a lo extraordinario estaban en todas partes. Se sentía un cambio de época. Las profecías apocalípticas tenían gran difusión pero también se daba la creencia de la inminente llegada de una nueva era de paz y prosperidad asentada en un ser humano reformado espiritualmente.

En los círculos neoplatónicos aparecían referencias a una verdad religiosa anterior al cristianismo, como la religión natural, desarrollada en el antiguo Egipto de la cual derivaban todas las grandes religiones de occidente y oriente medio [61] . Otros buscaban en la Cábala el significado esencial de la revelación bíblica. La antigua sabiduría se había preservado en la tradición oculta y posibilitaba el abordar la reforma del género humano.

Al referirse a una verdad anterior, estas formulaciones creaban la base para la superación de las confrontaciones religiosas. Otros trataron de desarrollar el ecumenismo cristiano y ya hemos hablado del humanismo de corte cosmopolita y tolerante. Todas estas tendencias no lograron cuajar en una fuerza que se impusiera sobre su circunstancia. Tal vez Rodolfo II logró retrasar los acontecimientos que se precipitaron tristemente tras su muerte en la guerra de los 30 años.

La edad moderna comenzó bajo el signo del racionalismo y el naturalismo. Se consumaba el divorcio entre la fe y la razón, entre conocimiento y existencia, entre ciencias y tecnología por un lado y artes y humanidades por otro, en una mezcla incongruente. A esto se suma una fragmentación geográfica, donde el conocimiento se desarrolla hacia las áreas de influencia nacional en lenguajes vernáculos, abandonando el latín como lengua común en el intercambio cultural.

Progresivamente la ciencia y la religión “oficiales”, desde su posición de poder, relegaron a las demás concepciones del mundo a la marginalidad y fueron borrando la huella de su paso. El mundo rudolfino ha permanecido en Europa casi como un desconocido si lo comparamos con otros reinados de la época. Pertenece a ese aspecto de la historia, como la cara oculta de la Luna, hoy menos evidente pero que no podemos obviar si queremos comprender qué es lo que nos ha llevado hasta nuestra situación actual.

Creo que hay un aspecto importante en el tratamiento de este fenómeno histórico, que sin hacerse explícito normalmente, afecta a la valoración que se hace de él. Se trata del antepredicativo referente a si esas corrientes referenciadas en las antiguas tradiciones tienen un fondo de verdad que los protagonistas de esa época trataron de tantear con mayor o menor fortuna.

Por que si se piensa que no hay verdad en modo alguno, se considerará a esas corrientes como desviaciones propias de la superstición y la ignorancia, una etapa o tendencia humana a superar, relegando sus manifestaciones al olvido o convirtiéndolas en sucesos pintorescos para deleite de curiosos y turistas.

Pero si se considera que hay alguna verdad en ello, el ser humano en su avance no podrá dejar de esclarecerla y volverá repetidamente su mirada hacia los mismos viejos y nuevos temas hasta lograr incorporarlos.



[1] Robert John Weston Evans. En la entrevista realizada por Ciudadanos del Mundo adjunta a este trabajo.

[2] En 1598 escribía Kepler: “Hay que creer que el emperador tiene un cierto arte arquimédico del movimiento. Este movimiento es, por ahora, tan poco sensible que no se es consciente de él, pero finalmente hace que las masas se muevan. Este príncipe se encuentra en Praga, ignora todo de la guerra, no tiene autoridad, en el sentido en que se entendía esta palabra, y realiza milagros. Los señores son sumisos con él, hace a los príncipes tratables, detiene a un monarca (el sultán) que ha hecho reinar el terror, le desgasta lentamente mediante una pequeña guerra que a él casi no le perjudica”.  Cita extraída de Philippe Erlanger,. Rodolfo II de Habsburgo. Pozuelo de Alarcón :  Espasa-Calpe, S.A. , 05/1974. Cap. XIV. Página 132.

[3] Toledo y Alejandría, faros de la humanidad. Video. Ciudadanos del Mundo. Madrid 2003.

[4] Eliska Fucikova. En la entrevista realizada por Ciudadanos del Mundo adjunta a este trabajo.

[5] Monasterio premostratense cercano al castillo de Praga.

[6] Se funda el jardín botánico y zoológico de Praga. Profesor Pešek. En la entrevista realizada por Ciudadanos del Mundo adjunta a este trabajo.

[7] R. J. W. Evans. Rudolf II and his World. A Study on Intellectual History, 1576-1612. Tames and Hudson. Oxford, 1997. Capítulo 7. Este es el libro que, en mi opinión, constituye el más extenso y riguroso trabajo sobre Rodolfo II y su época de los que hemos podido consultar. Como además se ocupa preferencialmente de los temas afines a las ciencias y a las artes sobre otros de carácter político o militar, esta obra ha sido la fuente principal de consulta en este trabajo.

[8] Robert John Weston Evans. La monarquía de los Habsburgos : (1550-1700).Cerdanyola :  Editorial Labor, S.A. , 11/1989. Capítulo 10.

[9] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 6.

[10] Frances A. Yates Ensayos reunidos , I. México, Fondo de cultura económica 1996. VI. Filósofos renacentistas en la Inglaterra isabelina: Jonh Dee y Giordano Bruno. Para los interesados en el tema, esta autora, a lo largo de diversos trabajos, rastrea el desenvolvimiento en Europa de corrientes como el neoplatonismo, la tradición hermética, la cábala y otras. Sus opiniones están ampliamente documentadas y sirven de referencia para muchos autores.

[11] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 6.

[12] Yates Citada. Cap. 6.

[13] Giordano Bruno. Sobre el infinito universo y los mundos  Barcelona :  Ediciones Orbis, S.A. , 02/1985. Prefacio.

[14] Evans. Rudolf II. and his World. Citada. Capítulo 6.

[15] Arthur Koestler  Kepler Barcelona. Salvat, 1985.

[16] Koestler. Citada.

[17] Las tres leyes de Kepler son: 1. Las órbitas de los planetas son planas. El Sol está en el plano de la órbita. La trayectoria del planeta respecto del Sol es una elipse de la cual el Sol ocupa uno de los focos. 2. El radio vector que une al Sol y el planeta barre áreas iguales en tiempos iguales.3.Los cuadrados de los períodos de revolución en torno al Sol son proporcionales a los cubos de los semiejes mayores de las órbitas.

Pero esta ordenación de las tres leyes corresponde a un extracción posterior, ya que en las obras originales estaban dispersas. Kepler resolvió geométricamente el movimiento de los planetas y afirmó que su movimiento se debía a causas intrínsecas y no al impulso de potencias celestiales. El movimiento estaba resuelto geométricamente, pero hasta Newton no queda explicado por la acción de la fuerza de gravedad.

[18] Eliska Fucikova. Entrevista citada.

[19] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 3.

[20] Eliska Fucikova. Entrevista citada.

[21] José María Iñurrategui. Profesor de Historia Moderna de la UNED. En conversaciones con Ciudadanos del Mundo.

[22] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 3.

[23] Jacqueline Dauxois El emperador de los alquimistas, Buenos Aires. Vergara. 1998. Biografía de Rodolfo II novelada. Tal vez como recurso para crear tensión dramática, la autora abunda en los temas más escabrosos de las leyendas sobre la época.

[24] El término utraquistas viene de su defensa de que el sacramento de la comunión se debe administrar bajo las dos especies, el pan y el vino.

[25] Evans. La monarquía de los Habsburgos : (1550-1700). Citada.

[26] Evans. Rudolf II and his World. Capítulo 4.

[27] Jean Bérenger El imperio de los Habsburho : 1273-1918. Barcelona : Crítica, 1993. Cap. XVIII.

[28] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista de los Austrias entre Felipe II y Rodolfo II. Madrid :  Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, S.A. , 04/2001. Este libro documenta ampliamente las relaciones entre la corte de Felipe II y la de Maximiliano y Rodolfo. Se centra sobre las colecciones y, en general, sobre las producciones y adquisiciones de objetos de arte, arquitectura y artesanía.

[29] Philippe Erlanger,. Rodolfo II de Habsburgo. Pozuelo de Alarcón :  Espasa-Calpe, S.A. , 05/1974. Cap XII. Esta biografía tiene la especificidad de narrar los acontecimientos en orden cronológico a diferencia del trabajo de Evans que se organiza por temas y dentro de ellos, por personajes.

[30] Matías  luego cambiaría de postura al pretender la corona, llegando a contemporizar con el bando protestante.

[31] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 3.

[32] En el libro de Frances A. Yates La filosofía oculta en la época isabelina.Capitulo VI. (México, Fondo de cultura económica 2001). La autora relata como en una época inmediatamente anterior se reivindicó el carácter melancólico, que en tipologías más antiguas era atribuido a personas apocadas que sólo eran capaces de realizar los trabajos más serviles. Especialmente a partir de la obra de Cornelio Agripa (1486-1535) se valora la “melancolía inspirada” impulsada por un furor propio de héroes históricos , como Platón. Esta puede tener grados, desde la inspiración artística, pasando por la profética, hasta la inspiración divina. Para la autora, este es el sentido de la obra Melancolía I de Durero. Sólo a modo de hipótesis, es casi seguro que estas ideas eran conocidas en el ambiente de Rodolfo II (que quiso poseer el cuadro de Durero) y tal vez el emperador entendiera así esta tendencia de su carácter.

[33] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 6.

[34] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista...Citada.

[35] Philippe Erlanger,. Citada. Capítulo 9.

[36] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 5.

[37] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista...Citada.  Pág. 174. “El bezoar es una pieza extraída del estómago de una cabra persa o india (bezoar oriental) o de la llama americana (bezoar occidental) a la que se atribuían propiedades curativas contra diversas enfermedades, como la peste, la impotencia, la melancolía, enfermedades del corazón, etc. Su precio era superior al oro (podía llegar hasta 10 veces más) y solía ser materia sobre la que se realizaban los más espléndidos trabajos de orfebrería y joyería”.

[38] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 7.

[39] Silo Obras Completas Volumen II. Madrid. Editor: Oscar Elegido. 2002. El bosque de Bomarzo. En este estudio, el autor además de rastrear el origen de las imágenes reproducidas en las esculturas del bosque, trata de descubrir las reales intenciones del artista prescindiendo de las interpretaciones al uso, que atribuyen al jardín la virtud de lograr ciertas transformaciones alquímicas. Recurriendo a la lectura directa de los mensajes que el o los autores inscribieron en sus obras, demuestra que la intención de aquellos no iba más allá de crear un lugar de esparcimiento y diversión, si bien es cierto que se utilizan imágenes alegóricas de moda en esa época y que en buena parte proceden de la Alejandría del siglo III. Creo que el autor nos pone en alerta ante interpretaciones apresuradas que tal vez tengan su motivación en el gusto por lo misterioso y/o en el interés por acrecentar el atractivo turístico de lugares como este.

[40] Carlos Martínez y José María Iñurrategui. Catedrático y Profesor de Historia Moderna de la UNED. En la entrevista realizada por Ciudadanos del Mundo adjunta a este trabajo.

[41] Evans. Entrevista citada.

[42] Evans. La monarquía de los Habsburgos. Citada. 1550-1600 La falsa ilusión: Renacimiento y Reforma.

[43] Evans. Rudolf II and his World. Citada. Capítulo 4.

[44] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista...Citada.

[45] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista...Citada.

[46] Angelo María Ripellino. Praga mágica  Madrid :  Julio Ollero Editor, S.A. , 10/1991. En este libro el autor dedica un buen número de páginas a recrearse sobre la literatura sobre el período rodolfino abundando en los aspectos cómicos o escabrosos. Podríamos inscribir estas visiones en lo que podríamos llamar “la leyenda negra” sobre Rodolfo, que a decir de la doctora Fucikova se formó principalmente en el siglo XIX.

[47] Salvatore Puledda. Un humanista contemporáneo. Santiago de Chile. Virtual ediciones. 2002. Interpretaciones del humanismo. El humanismo histórico occidental. El autor resalta los factores progresivos, desde el punto de vista humanista, que el Renacimiento aportó a la historia de Occidente. Su punto de vista, así como su extraordinaria síntesis del fenómeno del Renacimiento y su valor histórico, han sido referenciales para este trabajo.

[48] F. A. Yates. El iluminismo rosacruz. México. Fondo de cultura económica. 1981.

[49] En el proceso he intentado ordenar los sucesos en orden cronológico fundiendo referencias varias, la mayoría ya citadas en la compositiva y el proceso. Gran parte de los datos están sacados de las obras citadas de Evans y Erlanger. Algunos datos novedosos tienen su propia referencia bibliográfica.

[50] Profesor Pešek. Entrevista citada.

[51] Eliska Fucikova. Entrevista citada.

[52] Philippe Erlanger,. Citada. Capítulo 7.

[53] Profesor Pešek. Entrevista citada.

[54] Pablo Jiménez Díaz. El coleccionismo manierista...Citada.

[55] Por esa misma época en Zurich y Basilea funcionan centros consagrados al estudio de monstruos como hombres-peces, niños-reptiles, pájaros fabulosos, personajes con dos cabezas, centauros, cíclopes... Philippe Erlanger,. Citada. Capítulo 8.

[56] Evans. Entrevista citada.

[57] Ciudadanos del Mundo. Video: Toledo y Alejandría , faros de la humanidad..Elaborado por este mismo equipo, guarda continuidad con este trabajo en un relato de la transmisión, avance y difusión del conocimiento en la historia de Occidente.

[58] Silo Obras Completas Volumen II. Citada. El bosque de Bomarzo. Pág. 342. A su vez en la nota 18 el autor se refiere a: El Sacro Bosco de Bomarzo. Un jardín alquímico. L Roquero. Ed. Celeste. Madrid 1999. Pág. 11.

[59] José Ortega y Gasset. En torno a Galileo. Madrid. Alianza Editorial, S.A. 11/1994. Aunque no en citas precisas, el extraordinario desarrollo que Ortega hace en este libro me ha servido de guía en esta síntesis. El autor defiende que el Renacimiento es todo él una etapa de crisis entre la Edad Media, teocéntrica y la Edad Moderna, que arranca cuando Descartes logra concretar un nuevo punto de apoyo en la razón. Con más precisión, en la época que estudiamos se va dando un giro donde la mirada, que en un momento anterior del Renacimiento se dirigía hacia el pasado clásico y en ese momento se dispone a crear una nueva fundamentación, donde el hombre parte de sus propios medios y se orienta hacia el futuro y la transformación del mundo. El planteamiento de Ortega tiene un interés añadido en cuanto que apunta que en el siglo XX, al haberse agotado la Edad Moderna, se vuelve a dar una crisis con muchos paralelismos con la de la época de Galileo y el ser humano debe buscar nuevamente una referencia para abordar una nueva etapa.

[60] Valga como ejemplo ilustrativo este tomado en Internet (http://www.encuentra.com/, Diccionario de las herejías): “Entre tanto, se multiplicaron las sectas en el seno de los husitas, como la de los milenaristas y la de los adamitas, que se entregaron a toda suerte de inmoralidades, los unos porque creían inminente el fin del mundo, los otros por llegar pronto a la perfección con el nudismo y con la promiscuidad de sexos”.

[61] Yates, Frances A. Giordano Bruno y la tradición hermética. Barcelona: Editorial Ariel, S.A., 07/1994