Dalí y el surrealismo: El centenario (II)

Con sus luces y sus sombras, con sus contradicciones, sus esplendores y también sus miserias, Dalí es uno de esos escasos personajes universales que dejan su impronta en vida sobre su sociedad y que, tras su muerte, dejan propuestas vivas para ser exploradas por otros. Es el retrato de quien afirmaba conformarse con ser "un hombre honrado" en la acepción del siglo XVIII y vivió su vida con toda la libertad que le dejaban las únicas limitaciones que reconoció, las suyas propias. Contradictorio hasta el extremo de que su egoísmo necesitaba la mirada ajena para sentirse existir. Y nos quedará por saber cuándo, en qué momento, su personaje terminó por suplantar a la persona, y le permitió a ésta hacerse inmune al sufrimiento. Pero eso son las miserias personales que la muerte viene a solucionar; lo auténticamente importante es la obra que queda, exigente, meditada, sorprendente, rigurosa, abriendo siempre nuevos horizontes tanto en sus técnicas como en la temática

Una propuesta de José Ignacio Velázquez y Mercedes Navarro.